▷ Familiares

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Habían pasado unos días desde que nuevamente ambos chicos volvieron a trabajar en la guardería, habían hecho cambios a la rutina al momento de estar trabajando en la guardería, habían quitado el horario nocturno ya que Moon no estaba en condiciones para ello, ahora ambos chicos ahora cuidaban de los niños durante la tarde hasta que finalmente se iban todos a su casa y ellos podían descansar juntos en la habitación que ambos compartían. No volverían a su rutina de antes hasta que Moon estuviera mejor.

Durante esos días ambos tuvieron varias charlas sobre lo que había pasado y que pasaría con ellos en un futuro, ambos estaban de acuerdo de que podían continuar juntos si ambos se mantenían al pendiente de las necesidades del otro. Claro que también durante esos días nuevamente se había presentado el problema de que ahora Moon se la pasaba pegado a Sun y tenía esa inseguridad al dejarlo solo, cada vez que el solecito entraba al baño el chico de cabellos bicolor esperaba de manera impaciente fuera de la puerta mientras dudaba si romper la puerta y entrar para asegurarse de que todo estuviera bien. Sun no lo culpaba, le parecía algo dulce de su parte saber que estaba preocupado pero otra vez se sentía una carga ya que le había causado una inseguridad a su pareja, por más que le dijera que se tranquilizara Moon no podía, la preocupación era demasiada.

Era la quinta noche que pasaban juntos después de días en los que ambos estuvieron en el hospital.

Eran justo las 2:23 am cuando unos suaves sollozos empezaban a sonar por toda la habitación. Con las manos temblorosas y sudando frío Sun miraba sus brazos con vendas alrededor, ya no sangraban pero mantenía aquellas vendas ya que detestaba ver las heridas que seguro dejarían más cicatrices en sus brazos. No quería ser demasiado ruidoso ya que a su lado estaba su novio descansando.

"¿Por qué lo hice? ¿Por qué?"

Había sido tan patético que ni siquiera pudo acabar con su vida. Una sola cosa que quizo hacer y había fallado. Otra vez.

Claro que también estaba feliz de tener otra oportunidad para continuar con su vida después de casi perderla, quería estar junto a su pareja y morir hasta que finalmente fuera su momento de irse de ese mundo, pero lo haría a su lado. El arrepentimiento que ahora vivía constantemente y le pesaba en sus hombros era lo que le estuvo molestando durante esos cinco días que había salido del hospital. Con cuidado empezó a remover las vendas que tenía alrededor de su brazo izquierdo y en cuanto deja caer aquellas vendas en la cama mira las varias heridas que ahora estaban completamente cerradas, se muerde el labio inferior mientras su llanto aumentaba y cada vez era más ruidoso con aquellos sollozos.

— Y-Yo... Lo odio...

Estaba tan envuelto en sus pensamientos que apenas pudo reaccionar cuando unos brazos lo envolvieron por completo, su pareja lo acerca a su pecho para que pudiera tranquilizarse.

— ¿Todo bien?

— No...

No dudó en responder siendo sincero, no quería mentirle a su pareja, además sabia que el podría llegar a hacerlo sentir mejor de alguna manera. Adoraba que el mayor lo apoyara en todo momento.

— ¿Qué sucede? ¿Estás pensando en esto?

Siente una cálida mano pasar por encima de sus heridas con cuidado, siente escalofríos pero a la vez había dejado de temblar al sentir su tacto. Asiente un par de veces con su cabeza mientras cerraba sus ojos dejándose llevar por la calidez y cercanía del contrario. Todo estaba bien, Moon había recordado todo y no tenía porque sentirse mal, ¿verdad? Además esto no era un sueño, ¿cierto?

— Está bien Sunny... No te sientas culpable.

— No sé como pretendes que por decir eso me voy a sentir mejor... — Habló entre lágrimas y sollozos.

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora