Lando estaba harto de que sus amigos se llevarán a las chicas de las fiestas en sus autos, y el no pudiera hacerlo por qué no sabía conducir.
Pero lo que no sabía era que al final del curso de manejo, al único que quería llevar en su auto sería a su...
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— No es justo —bufó con enfado y el ceño fruncido mientras se tiraba rendido en el sofá y se cruzaba de brazos.
— Vamos Lando, no es nuestra culpa que no sepas manejar —objetó Pierre que entraba en el salón con un par de refrescos.
— Además tu eres el que siempre saca excusas para hacer un curso de manejo —apoyó Charles mientras recibía la soda con un gesto amable que le ofrecía su compañero.
— Pues entonces voy a tomarlo! Y van a ver cómo soy yo el que se lleva a todas las chicas de las fiestas! —rechisto aún más enfadado que antes mientras recibía de mala gana la lata de gaseosa.
— No es tan fácil como crees. Además por más que aprendas a conducir dudo que las chicas se te acerquen —burló Max quien observa la escena desde la bahía en la cocina.
— ¡Cállate Max! ¡Las chicas salen contigo y te pareces a Sid! Estoy seguro que no voy a tener ningún problema —se defendió y sonrió en victoria al escuchar un par de risas de sus compañeros que bastante gracia les había hecho el comentario.
— Aún así, si salieran contigo dudo que no te choques en la primera esquina —contraataco un poco molesto pero con una sonrisa de satisfacción al ver cómo el otro borraba aquella curva de sus labios.
— ¡Oh Max! ¡No seas tan malo con él! —exclamó el monegasco en una muestra de apoyo a su amigo—. ¡Yo digo que llega a la segunda! —afirmó con ironía.
— ¿Apostamos? —reto el neerlandés con mirada desafiante.
— ¡Ya basta! —grito el pequeño británico enfadado—. ¡Voy a tomar ese curso y van a ver cómo seré mejor conductor que todos ustedes y les robaré a todas las chicas! —anuncio para posteriormente acabar su refresco de un sorbo, votar la lata, tomar su abrigo y cruzar la puerta del recinto.
— ¿A dónde vas? —cuestionó el Francés desde la puerta viendo como su amigo se alejaba.
— A inscribirme a un curso de conducción —contesto desapareciendo al fin del panorama.
— ¿Tú le crees? —preguntó Charles a su compañero.
— Pues, le veo bastante decidido. ¿Tú qué opinas Max? —indago con una mirada curiosa.
— Si no reprueba el examen es por qué lo sacaron por chocar el auto más de la cuenta —aseguró mientras soltaba un largo suspiro—. Solo espero que su instructor sea alguien con bastante paciencia.
— Bueno, entonces 10 a que no pasa o se queda en la primera curva, y otros 10 a la segunda curva? —consultó con gracia.
— ¿Y tú qué dirás Pierre? —quiso saber Charles a su lado.
— Yo digo que aprende pero que al final no saldrá con ninguna chica —afirmó.
— Joder, eres igual de malo a Max—suspiro y negó con la cabeza—. Bueno, ¿Qué película vemos?
