Cinturón puesto, luces encendidas.
Espejos en su sitio y mirada en la vía.
Quito el freno de mano y arrancó.
Sabía que Carlos no era el único que le evaluaba, pues le había informado que otro instructor de la academia le estaría monitoreando a través de la cámara. Acordaron que algunas veces durante el trayecto su instructor le daría las indicaciones de por dónde debía ir, y otras él tendría decisión propia.
Sus amigos habían decidido hacerle compañía, para saber quién ganaba la apuesta de si aprobaba el curso o no, o si hasta incluso se chocaba. Se encontraban todos en el parqueadero observando cómo salía del sitio para dar inicio al examen.
Las piernas y las manos las mantenía firmes sobre los pedales y el volante a pesar de los nervios. Debía tener en cuenta demasiadas cosas sí no quería cometer ningún error. Pero antes de subirse al carro, Carlos se encargó de darle una tonelada de confianza que lo hizo jurar que podía ser hasta rey de Inglaterra si confiaba un poquito en sí mismo.
Así que soltó un suspiro buscando exhalar sus nervios y se concentró. Frenó a la entrada del parqueadero, observó hacía ambos de la calle esperando que estuviera despejado y giró. Oficialmente había empezado su examen.
—Bien, sigue recto y en la segunda calle voltea a la izquierda —indicó Carlos y así acato.
Mantuvo una velocidad constante y ateniéndose al indicador de velocidad. Frenó en la primera esquina, miró a ambos lados, checó los retrovisores y avanzó. Ya no tenía dificultad con la parte mecánica del carro. Lo hacía casi por inercia.
— Más adelante hay una rotonda. Tómala y sal por dónde lo prefieras —informó Carlos mientras parecía escuchar algo por el audífono que tenía puesto sobre su oído izquierdo, con el cual podía comunicarse con el otro instructor.
Avanzó tres calles por el carril del centro evitando bloquear los de los costados que señalizaban los giros hacía la izquierda o la derecha, que él no pretendía tomar. Frenó varias veces en pasos peatonales y mantuvo la distancia con otros autos. Finalmente llegó a la rotonda dónde se decidió por la salida de la derecha. Hasta ahora todo marchaba bien.
Para él estaba bien sí no aprobaba el curso. No porqué no quisiera, porqué se sintiera insuficiente o porque no le interesará. Más bien porqué no iba a frustrarse y estancarse sí no lo lograba. Manejar era difícil y ya tendría otras oportunidades, al fin y al cabo estaba definiendo sí seguía o terminaba un proceso de aprendizaje, y ambas opciones sonaban bien de igual forma.
Sin embargo, no podía negar que le hacía ilusión conseguir la licencia. Ya no por el mismo objetivo que tenía al principio, sino por otros nuevos y mejores que le emocionaban aún más. Durante el curso no solo había aprendido a manejar. Aquella experiencia le había enseñado a hacer las cosas por él mismo y no por los demás. Le había enseñado que podía dedicarse tiempo para él mismo y hacer lo que le gustaba, y aunque nunca había notado que le hiciera falta, sentarse en aquel carro la mayoría de sus tardes le había demostrado lo bien que se sentía aprender algo nuevo y que al mismo tiempo lo disfrutará.
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Como (n̶o̶) aprender a conducir【Carlando】
FanfictionLando estaba harto de que sus amigos se llevarán a las chicas de las fiestas en sus autos, y el no pudiera hacerlo por qué no sabía conducir. Pero lo que no sabía era que al final del curso de manejo, al único que quería llevar en su auto sería a su...