¿Que es lo peor que puede pasarte?
Enamorarte de tu mejor amigo, es el error más hermoso y terriblemente doloroso que puede sucederte.
¿Por qué a mi y no a otra chica?, ¿Por qué especialmente a mi?
Bien me ha dicho mi madre:
"El convivir con esa persona hace que magicamente y quieras o no, se produzca el amor.. es inevitable. "
Esto es un error. Es mi error. Pero admito este error ha cambiado mi vida radicalmente.
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— Estoy enamorada de ti. — Susurro. Conteniéndome las lagrimás al ver la escena de Nora acariciando el abdomen desnudo de Jake.
El la quita de inmediato.
— Nora, no es un buen momento. — Susurra. Se gira hacia ella y toma el rostro de Nora con delicadeza entre sus manos. — Regresa a la habitación. - Le dice dulcemente, planteándole un suave beso en la frente. Aush
Ella iba agregar algo. Pero antes de que lo hiciera, Jake estaba postrando su dedo indicé en sus labios.
— Shh, bonita. En la habitación, dije. — Palmea su trasero con picardía. Doble aush.
Ella eleva sus hombros de arriba abajo y se pierde entre la oscuridad.
— Imposible. — Se gira hacía a mi. Me mira con egoísmo, tratando de estudiar mis movimientos y leer mis pensamientos.
Su tono de frialdad calaba hasta mis huesos.
— Es un amor pasajero. — Susurra. Se toma del cabello con irá, para luego mirarme. Cierro mis ojos y inconscientemente una lágrima baja por mi mejilla.
Las palabras se clavan como daga en mi pecho, llena de veneno, aquél veneno que mata todas tus ilusiones, como una bala mata a dos pájaros. Mata a dos pájaros de un solo tiro, así era como me sentía.
Jake mata mi mente y mi cerebro.
— Solo tienes 16 años. — Suspira profundamente. Enciende un cigarrillo, y deja escapar el humo, su mandíbula se tensa al verme tan frágil, y vulnerable. — No puedo. — Me dice. Y una lágrima más se escapa de mi. No sabía cuánto más iba a poder retenerlas, pero tenía que salir de aquí, lo antes posible. — Simplemente no. — Se acerca a mi cuidadosamente. Acaricia mi cabello, acomoda aquel mechón rebelde que sale por mi oreja izquierda, y besa mi frente como si dijera algo más. — Oh, mi pequeño lyubov. — Dice una palabra rusa, un apodo que seguramente romperá aún más mi corazón. Inhala fuerte y exhala profundo. Casi sentía que el me aspiraba, tratando de recordar mi olor. El me consumía, a su manera . - No debí acercarme a ti. Jamás
lyubov = cariño
— No. — Me separó de el. Mi corazón dice abrázalo una vez más, sabía que me despedía de el en este momento. Me duele el alma. —Debes de entenderme. — Bajo la mirada, en un movimiento rápido e inoportuno para aguantar un poco más el agua que esta apunto de salir de mis ojos. —Tal vez tengas razón. Es un error. — Mi voz se quiebra. — Un terrible error. — Suspiró con agotamiento. Y le miro, muerdo mis labios con fuerza, y pronto mis ojos producen lágrimas tras otras.
Salgo corriendo de ahí. Lo escucho gritar mi nombre pero no me detengo. Continuó corriendo con rapidez, mis mejillas arden, la sangre había subido lo suficiente a mi rostro que sentía hormigueo, mis labios dolían de lo fuerte que apretaba el hecho de no llorar por la calle.
No quería mostrarme débil para el. Ni para ninguna persona. Nunca más.
Me acerco a un contenedor de basura. Me voy deslizando por el mismo, y mis rodillas llegan a mis ojos. Lloro desconsoladamente, la pérdida de algo que nunca tuve.
Él tenía razón. Fue un error, un terrible y estúpido error.
Lo que parecía ser golpe de suerte cuando lo volví a ver, fue una terrible bala directo al corazón. A mí corazón. Mi corazón, el que le pertenece.
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-TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS-
Por favor evitemos el plagio.
Nota: Esta historia me esta ocurriendo a mi, es de mi vida real. Pero cambiare nombres, disfrutenla mucho.
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Dedicatoria: A mi idiota preferido, mi heroé, mi estupido, mi acosador, controlador, el mejor amigo más terrible del mundo: Alfredo Ayala, el hermoso error que ha cambiado mi vida♡.