que se arme el desmadre

#04

Disclamer: Tokyo Revengers y sus personajes son de la autoría del fabuloso y sádico Ken Wakui yo solo me divierto haciendo historias ningún personajes es mío solo hago adaptaciones o cambios para mis historias pero todo crédito de Tokyo revengers y sus personajes son de Ken Wakui

Takemichi reconocería esos adorables ojos miel dónde fuera y sin importar el paso del tiempo, si bien al principio se regañó por volverse a meter en problemas, no iba a permitir que una joven estudiante fuera ultrajada por un viejo cochino en un callejón y menos en su territorio.

-ugh, viejos asquerosos los odio- refunfuñaba la morena mientras arrastraba al bulto inconsciente hacia un lugar donde sabía la policía lo recogería después de llamar para que se lo llevarán, claro que eso no evito que le diera una golpiza. Se giró hacia atrás para ver a la joven a la que ayudo.
- lamento que hayas visto tanta violencia ¿Estás bien pequeña? -
-no se preocupe, estoy bien muchas gracias- decía la rubia quien aún estaba sentada en aquel callejón, la pelinegra se acercó para ayudarla a levantarse extendiéndole la mano, la joven levanto su cara, cuando hubo contacto visual ambas jadearon con sorpresa. Takemichi quería reírse por sus desgracias primero se encuentra al hermano de su antiguos amigo se la infancia Shinichiro Sano y ahora se encuentra a su hermanita, aquella a la que le tomo mucho cariño en el tiempo que la conoció.
—¿Ta..take-chan?, ¿Eres tú?— preguntaba la rubia aún incrédula
—Emma.. Cuánto has crecido, si soy yo—

Ante esto la menor se lanzó a los brazos de la morena para abrazarla quien la recibió con efusividad soltando algunas lágrimas nostálgicas ambas mujeres.

—te ves tan diferente Take—decía ella una vez se separaron y comenzaron a avanzar para salir de aquel callejón.
—bueno tú me recuerdas cuando tenía el pelo de rubio, pero la que ha cambiado eres tú mi dulce niña ahora eres una jovencita muy linda—
La rubia se sonrojo ante el comentario de la mayor, jugando un poco con su pelo. Gesto que la pelinegra encontró adorable, aunque eso no iba a evitar que la regañara.

—emma, ¿Porque estás tu sola por aquí? Mejor dicho ¿Por qué estás en el distrito rojo? Este lugar no es para alguien de tu edad—
—yo... Bueno es que quería ver unas cosas... Es vergonzoso y sé que fue muy tonto de mi parte venir sola pero no quiero decir porque estaba aquí. — la menor jugaba con sus dedos y evitaba hacer contacto visual con la ojiazul

La cuál soltó un suspiro de cansancio,
—está bien, no tienes que decirme, vamos te llevaré a tu casa mi motocicleta está estacionada cerca—
Los ojos de Emma se iluminaron y asentía con emoción siguiendo a la pelinegra

Emma tenía ganas de preguntarle muchas cosas, mientras la pelinegra conducía entre las calles de Tokyo, la rubia iba abrazándola cómo Koala por la espalda

-al abuelo le encantará volver a verte Take chan, el aún te menciona con cariño cada que vemos el álbum familiar además quiero ver la cara de Shi-nii cuando te vea de nuevo -
La pelinegra se tensó ante esto, cosa que Emma noto, odiaba romper la ilusión de la pequeña rubia pero tenía que ser honesta
-Yo ... No voy a entrar contigo Emma,solo te dejare en la entrada de tu casa.
-Pero creí que te gustaría volver a ver a todos después de encontrarnos- espero con tristeza la ojimiel

Takemichi se mordió el labio, Shinichiro no le había contado nada a emma y por consecuente a ningún otro del porqué de su distanciamiento. Se sentía culpable al imaginar a la pequeña Emma sintiéndose abandonada nuevamente cuando no se despidió .
-Emma, tu hermano y yo no nos hemos hablado desde hace años, no creo que sea conveniente -
-Shini, nunca nos dijo nada solo dijo que ya no ibas a volver a ir a nuestra casa, nunca quiso decirnos porque-
takemichi decidió pausar aquella conversación, para poder terminar el último tramo que faltaba para llegar a la casa de los Sano.
Una vez ahí, la mayor estaciono la moto, Emma se bajó primero luego ella.

-sé que quieres una explicación, lamento que tú hermano cabeza hueca no te haya dado una y me disculpo por no despedirme de ti, ni de tu abuelo y de Izana, tuve mis razones, pasaron cosas y Shini decidió que lo mejor era que separamos caminos-
La rubia la veía con ojos tristes, pues no quería volver a verla partir para siempre, pero dejo continuar a la pelinegra,
-No quiero que pienses que te voy a dejar mi dulce niña, pero no quiero ver a tu hermano ni a los demás por ahora, te voy a pedir que no les comentes sobre mí, te daré mi número para seguir en contacto y si tú deseas te contaré lo que me pidas y ayudaré en todo lo que pueda-

La pelinegra anoto en un papel verde esmeralda su número para luego dárselo a Emma, ella le sonrió para luego abrazarla. Para emma fue el abrazo más cálido que había tenido, no quería soltarla. La ojiazul se separó para luego dirigirse a su motocicleta colocarse el casco y arrancarla
-entra Emma deben de estar preocupados por ti, adiós mi dulce niña cuídate mucho.
La rubia asintió aliviada y despidió con su mano a takemichi viendo como está se alejaba

El sonido de un motor de motocicleta había alertado a las personas adentro de la casa quienes salieron como viejas chismosas a ver qué estaba pasando solo viendo a la pequeña Emma viendo hacia donde se iba una moto con su misteriosa conductora.
-Nee~, Emma ¿Dónde andabas? ¿Quién te trajo? - preguntaba el rubio cenizo con curiosidad y preocupación genuina.

La joven se giró para ver a su hermano y sus 4 amigos, a los cuales les sonrió con gesto de confidencialidad mientras se adentraba a su casa

«No les comentes sobre mi»

-Una amiga-

-No sabía que tenías amigas tan geniales- exclamó el pelinegro de cabellera larga