Bad Decisions || JongSang

Pasado II

POV JONGHO

Justo ahora me encontraba rodeado de mucha gente, siendo halagado por mi gran trabajo, ya que el proyecto había sido todo un éxito y estábamos teniendo una fiesta en un gran salón, donde asistió bastante gente perteneciente a un estatus social alto.

Todo había salido de maravilla y me sentía orgulloso de mi trabajo, por lo que me dediqué a disfrutar de aquella grata velada en compañía de mis superiores y compañeros, quienes también asistieron con motivo de mi logro.

— Muchas gracias, todo esto fue un gran éxito, no sólo por mi, sino también por el arduo trabajo de mis compañeros y del gran modelo

Me gustaban los elogios, pero no podía llevarme todo el crédito, este tenía que ser compartido como el gran equipo que éramos.

Realicé una reverencia ante los demás para indicar que me retiraba, a veces era bueno tomar algo de aire fresco. Por lo que salí a la terraza, el frío viento de la noche golpeó mi rostro, y la luz de la luna brillante era hermosa, digna de sacarle una fotografía, pero para mí mala suerte, no traía mi cámara.

— Pensé que estarías con los demás

Gire un poco mi cabeza para ver quién era la persona perteneciente a esa voz, era el chico modelo, la nueva imagen de SWIN.

— Necesitaba tomar aire, me sentía un poco sofocado

— Ya veo

No había visto bien al chico, pero cuando se acercó, y la luz de la luna se posó en él, creí haberme quedado sin palabras, se veía tan hermoso, parecía un completo ángel. Las hebras de su cabello parecían ser hilos de plata, el café de sus ojos contrastaban con el ligero delineado y las suaves sombras de sus párpados, esos finos labios con un toque de carmín en el centro, y el color de su piel de porcelana hacían que mis ojos se sintieran frente a una ilusión.

— Hiciste un buen trabajo

— Eh, no, yo, tú también hiciste un buen trabajo

— No seas tan modesto, yo sólo pose, el artista con la cámara fuiste tu

— Pero tu belleza hizo la mayor parte del trabajo

— Gracias

Al parecer mis palabras lo hicieron sonrojar, de manera inconsciente quite un mechón de su cabello y lo coloqué detrás de su oreja. El contrario se sorprendió por mi acción, no obstante sentía como mi corazón comenzaba a acelerarse cuando sus pasos acortaban nuestra distancia. Yo por inercia caminaba hacía atrás, y me detuve cuando ya no tenía camino, dejando que Yeosang se acercará lo suficiente como para estar a centímetros de mi rostro.

— Habitación 206, te esperaré

Había susurrado dicha frase en mi oído, sentí como coloco una especie de tarjeta en mi bolsillo, al poco tiempo me dio un beso en la mejilla, se alejo de mi y se retiro con un caminar tambaleante.

Sino fuera por que mi corazón está rodeado por mis pulmones y mis costillas, ya se hubiera salido de mi pecho en el instante que lo tuve tan cerca de mi, ¿habitación 206? Suponía que era el lugar donde se estaba quedando, saque la tarjeta de mi bolsillo y esta coincidía con el numero de la habitación, era la llave. Trague saliva al tener ese rápido pensamiento, el no era nada bueno, pero, ¿debería aprovechar la oportunidad?

Luego de pensarlo unos minutos, decidí ir a su cuarto, el salón se encontraba en el primer piso, por lo que todos los invitados del hotel se encontraban allí, así que los demás departamentos deberían estar vacíos.

Pasé entre la multitud, y me escabullí hasta el segundo piso, no quería que nadie me viera, busqué el cuarto y me detuve cuando estuve frente a su puerta, mis manos comenzaban a sudar, mi corazón latía rápidamente, varias veces tuve que tragar saliva debido a la gran resequedad de mi garganta. Respire profundamente, tomé la manija y abrí la puerta lentamente, de inmediato mis fosas nasales se inundaron con un aroma a lavanda que salía de aquella habitación. Cuando me adentre por completo, la tenue luz de la luna era la única fuente de iluminación que se asomaba por medio de una ventana, cerré la puerta detrás mío, avance un poco y mi vista se fijo en una esbelta figura sentada en la cama, su espalda descubierta, al igual que sus hombros.

— Sabría que vendrías...

Su cálida voz retumbó en mis oídos, me sentía completamente atontado, como si me hubieran hipnotizado, pero la verdad era que su belleza me atraía en demasía como si de la Diosa Afrodita se tratase.

Sin duda es una noche que nunca voy a olvidar...