CAPÍTULO XX

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CAPÍTULO XX

Estuvo allí en la oscuridad, eran muchos humanos que si ingresaban serían alimento para las bestias pero no lo suficiente para que ingresaran, solo era factible que alguien abriera las barreras. Entonces lo vió y reconoció al instante, aquel encapuchado siempre codicioso.

—¿Es la chica que enviaste como sacrificio? —escuchó decir

—Si pero supongo que no es inocente, debió saber algo por eso las barreras no se abrieron —respondió el calvo

—No estés seguro de ello, has que hable. No pudo sobrevivir por su cuenta. Algo sucedió

—¿Porque no lo haces tu mismo? Serás el más beneficiado

—No contradigas, de lo contrario todos morirán aquí sin recibir nada. Si yo gano también ustedes, caso contrario sufrirán

—¿La enviamos de nuevo?

—No, ya entró y regresar implica que alguien la devolvió, no puede regresar del mismo modo. Que diga lo que sabe y luego asesinala, como espíritu será más útil —sonrió

Aquello fue un deja vú, la sitúacion y todas aquellas personas pero se negaba a creerlo.
Vió que el calvo se la llevó a un lugar alejado para amenazarla e intentar hacerle algo, fue cuando no se controló y se transformó para destrozarlo, así despertó a todos.
Para cuando lo notó Luna había huido hacia la entrada, la buscó mientras las bestias la asechaban entonces aulló para ahuyentarlas.
Se acercó mientras volvía a su forma humana.

—Tu... —intentó decir

—Lo siento —sus ojos se humedecieron —lo siento —repitió y la abrazó

—¿Que es esto? —lo empujó con la pocas fuerzas que tenía

—Te lo explicaré, vamos

—No qui...

No terminó de hablar ya que se había desmayado, la tomó entre sus brazos para cruzar la barrera y provocar una tormenta. Algo poco usual. Se detuvo en la cascada y algo llamó poderosamente su opinión, el reflejo de Luna en el agua alumbrada por los relámpagos era algo que reconocía muy bien pero era imposible. Cerró los ojos con fuerza recordando una conversación

—¿Recuerdas tu vida humana, como eras? —preguntó con una sonrisa al espíritu iluminado

—No recuerdo absolutamente nada —la escuchó reír —espera solo sé que tenía una marca de nacimiento en mi cuello, en forma de luna

—¿En forma de Luna?

Abrió los ojos con desesperación para revisar su cuello y en efecto allí estaba la marca.

—Es imposible —susurró tomándola para abrigarse en una cueva

La miró un momento, ¿como era posible? Luna y el espíritu no podían ser los mismos, el último fue lo que fue por haber muerto pero Luna estaba viva. En caso contrario debía ser al revés, aquello lo desesperaba.
Se sentó en la entrada al esperar a que despertara mientras la tormenta se hacia más intensa.

—¿Donde estoy? —la escuchó decir con dificultad

—En el bosque, estas segura —la miró

—¿Segura de quien? —se frotó en cabello —V, ¿que demonios sucede?

—Me vi obligado a hacerlo —se acercó —me han traicionado y pronto habrá guerra entre los territorios

—¿Que? —se confundió —¿que tengo que ver con eso?

EL LLAMADO DE LUNA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora