Capítulo 18

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Capítulo dieciocho (Editado)

-- De hecho Amanda, ella es mía. Alex es mi compañera.

Los ojos de Amanda se abrieron y llenaron de emoción al escuchar esas palabras de la boca de Damián, pero de todos modos, gracias a Dios, ella no permitió que él me llevara lejos.

-- ¡Eso es maravilloso! Pero de todos modos, ella ya está acá -- Había respondido Amanda sin apartarse de la puerta -- Nada le pasará con nosotras, hermano. No te tienes que preocupar por eso.

Sentí el quejido de Damián. Yo me había alejado de su vista y me senté sobre la alfombra junto a las otras chicas quienes me miraban algo extrañadas mientras ponían atención a la conversación sin valor como para interrumpir a su Alfa.

-- Se puede quedar si yo también me quedo -- Escuché que decía la inconfundible voz de Damián de manera firme.

-- ¡Nosotros nos unimos también! -- Escuché la voz de otro muchacho desde la puerta. Cuando voltee vi como una de ellas se sonrojaba mientras que todas la miraban con una expresión divertida, al igual que a mí.

Mia movió sus labios sin emitir algún sonido para explicarme de que se trataba esa reacción de parte de la muchacha y yo pude entender la palabra que intentaba decir: Compañeros.

-- ¿Qué dicen chicas? -- Dijo Amanda mirando hacia nosotras. Mis ojos estaban abiertos como platos, esto era una trampa.

Yo negué frenéticamente con la cabeza. No quería que Damián estuviera acá. Quería tener tan solo una noche tranquila, lejos de él.

-- En votación tres contra uno se pueden quedar -- Dijo Amanda abriendo la puerta dejando entrar a tres chicos que no conocía en compañía de Damián son sonrisas de oreja a oreja.

Los ojos de cada uno se fijaron en una chica y fueron directamente hacia ellas. Todos se besaban y abrazaban como si su vida dependiera de eso lo que provocó una mueca de asco en mi rostro.

No me gustan las demostraciones de amor públicas. Eran repugnante que no pudieran mantener su saliva en su boca.

Damián simplemente se sentó a mi lado con nuestros cuerpos a poca distancia y poco a poco se movía un centímetro más cerca de mí.

-- Estábamos por poner una película -- Dijo Amanda -- Es sobre unos amigos quienes entran a una casa abandonada por un reto. Apta para mayores de edad, pero nadie le hace caso a esos indicadores.

No quería hacer el ridículo así que no dije nada, pero no me sientan bien las películas de terror.

Realmente yo asusto con mucha facilidad y prácticamente ver esas películas no me dejan dormir en semanas y cuando lo hago solo vienen pesadillas. Pero no quería parecer una cobarde por lo que fingí que eso estaba bien para mí.

Pusieron la película en el reproductor y todos tomamos asiento con la comida en medio.

Cuando comenzó reí con todos de bromas sobre lo falsa que parecía la película, pero cuando decidieron apagar las luces y los personajes entraron a la casa abandonada estaba en mi límite de ansiedad.

Cuando comenzaron a suceder las peores cosas como ataques casi mortales de espíritus malignos a los muchachos solo quería dejar de poner atención a la pantalla y tapar mis oídos para no poder escuchar los gritos de los adolescentes.

Finalmente no pude resistir estor impulsos y cerré los ojos firmemente para no poder ver nada aunque el sonido no lo podía amortiguar ni con mis manos firmemente en mis orejas. Los gritos se podían escuchar con extrema claridad al igual que los diálogos entre los personajes.

Cuando sentía unas manos tomando mi cuerpo y jalándome hacia atrás no pude recibir más y un fuerte grito escapó desde mis labios.

-- Solo soy yo -- Dijo la conocida voz de Damián en un susurro junto a mi oído para evitar ser escuchado por todos e interrumpir la película que ellos parecían estar disfrutando. Mi corazón estaba latiendo frenéticamente.

No me resistí mientras ponía un brazo sobre mi hombro y me acercaba a su pecho. Era extraño para mí que ese gesto pudiera calmarme de la manera que lo hizo. Definitivamente eso no era normal en mí.

El miedo que sentía poco a poco había comenzado a desvanecerse y mi corazón comenzó a volver a latir a una velocidad considerada como normal. Todo eso lo había hecho la reconfortante presencia de Damián, ¿A caso eso era posible? No estaba segura acerca la respuesta.

Finalmente terminó esa película y el final era predecible para una película de terror: todos morían. Cuando las luces estuvieron encendidas de nuevo no me había movido del cuerpo de Damián. Tampoco había abierto los ojos.

De pronto fui consciente de que yo había envuelto mis brazos alrededor de él como él tenía los suyos alrededor de mí y mi rostro estaba profundamente enterrado en su pecho. Y tenía que admitir que se sentía tan bien que no quería soltarlo.

-- Uh, Alex, ¿Sabes que ya le puedes soltar? -- Dijo la voz de una chica desde mi espalda.

Me había olvidado de que había alguien en la habitación, lo que hacía ese momento muy incómodo. Solté el cuerpo de Damián y le di un empujón para mantener distancia entre nosotros.

-- Pero yo estaba bien así -- Dijo Damián quejándose mientras soltaba una risa. Mis mejillas se habían vuelto rojas por la vergüenza del momento, él lo notó y eso no me hizo sentir mejor.

Escuché la risa de los otros chicos en la habitación. Evité sus miradas a toda costa.

-- Alex, estos son Daniel, Diego y Tyler -- Dijo Damián señalando a los chicos mientras los nombraba.

-- Un gusto de conocerte, Luna -- Dijo uno de los chicos bajando la cabeza en forma de respeto -- Te daré un gran consejo: Pide las fotos de bebe del Alfa a su madre, estoy segura que te las mostraría con gusto.

Miré a Damián esperando que respondiera por mí, pero me hizo una seña diciendo que no hablaría.

-- Gracia, pero me llamo Alex -- Respondí en voz baja -- No Luna.

Supuse que Damián sintió mi incomodidad. Me gustaba la idea de estar ahí con esas chicas, pero los chicos me hacían sentir incómoda.

-- ¿No quieres volver a nuestra habitación Alex? Pareces estar cansada... -- Dijo Damián. Yo simplemente me limité a asentir.

Nos pusimos de pie y despedimos de todos con un apretón de manos antes de salir de la habitación y caminar a la nuestra. Sentí como si un peso se quitara de encima la presión que se había formado en mí. Había logrado superar uno de los retos que se habían puesto sobre mí.

Pero uno nuevo llegaba: pasaría otra noche con Damián.

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Luna ∞ | # wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora