Capítulo cuarenta y tres
A la mañana siguiente comencé a sentir la típica molestia por el sol que se filtraba en la habitación y llegaba a mis ojos, la misma molestia que cumplía la función de despertarme todos los días.
Cuando giré un poco la cabeza para ver a la derecha a Damián sentí una fuerte punzada de dolor en mi cuello.
Entonces todo lo que había sucedido la noche anterior fue de golpe a mi mente, mi cabeza dolía mucho y sentía que todo estaba dando vueltas, las cosas no estaban quietas.
Tiré las frazadas que me cubrían suavemente para no despertar al tronco durmiente a mi lado y cuando mis pies estuvieron en contacto con el suelo corrí al baño, cerrando la puerta con pestillo a mi espalda.
Anoche en la ceremonia por los guerreros que habían muerto las cosas se salieron de control con un pequeño grupo de adolescentes, Damián estaba haciendo cosas muy aburridas con las que no quise involucrarme, no había encontrado a Amanda en ningún lugar, así que cuando ese grupo de chicas y chicos que parecían tener de 14 a 18 años me invitaron a estar con ellos, acepté.
No eran una muy buena influencia para mí, de lo que me di cuenta cuando ya era algo tarde.
Cuando me había ido con ellos no había visto que tenían latas de cervezas y de distintos tipos de alcohol en sus manos, escondidos de la mayor parte de la vista de muchachos más grandes.
Nos alejamos un poco de ese lugar, pero no lo suficiente para no escuchar absolutamente nada sobre lo que se estaba hablando en el evento, así podríamos saber si pasaba algo importante, pero ellos no nos escucharían a nosotros porque estábamos casi susurrando.
Poco a poco las botellas pasaban de mano en mano, al igual que las latas de cerveza. No había tenido suficiente voluntad como para negarme a recibirla y marcharme, me asustaba admitir que en el fondo yo deseaba sentir el líquido quemando en mi garganta.
Así que lo hice, cada sorbo era más largo, cada sorbo hacía que me separara un poco más de la realidad, comenzara a sentirme mareada y que el suelo bajo mi se movía rítmicamente. Ese fue el momento en el que me di cuenta que eso no era solo alcohol, ellos le habían puesto más cosas a la bebida.
Yo no sabía que era y estaba comenzando a alterarme, ¿Me desmayaría?¿Me perdería por completo por la droga? ¿No podría recordar nada? Sabía que muchos chicos hacían esas cosas, meter sustancias a una bebida para aumentar los efectos.
No me sentía bien como para caminar tres kilómetros hasta el evento, no sentía que podía levantarme. Solo estaba en mi mente no tomar más de eso.
Cuando la botella llegó a mí de nuevo la rechacé inmediatamente pasándola a quien se encontraba a mi derecha inmediatamente.
Ellos no parecían estar afectados por la drogas que metieron, yo era la única saliendo de mi propia mente por eso, ¿Había algo mal en mí?
-- Te vez mal, ¿Qué tienes? ¿Debo llamar a alguien? -- Dijo el chico a mi lado. Yo simplemente tomé mi cabeza y negué, esto era humillante, chicos que todavía no tenían barba eran más resistentes que yo.
De pronto esa chica se inclinó y tomó muchas respiraciones de la botella, de pronto se sobresaltó y la pasó a el chico a su lado y él había hecho lo mismo.
-- John es el único acá que ha cambiado -- Dijo la chica junto a mí -- Alguien le puso algo a esa botella, te vas a sentir bien en poco rato, agradece que no eres humana.
-- Gabi, hay un problema -- Dijo el chico, John -- Alex si es humana.
Ahí todos los chicos alrededor se pusieron de pie casi inmediatamente, todo parecía demasiado irreal, estaba alucinando por la droga y no podía decir que parte era real y que parte no lo era.
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Luna ∞ | # wattys2015
WerewolfAlexandra "Alex" es una adolescente de 16 años con una vida normal. Todo eso cambia cuando con sus amigos hombres lobo entra a un territorio de paquete y ella termina siendo capturada junto a todos. Cuando llega el momento de encontrarse con el alfa...