Biblioteca de sangre

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—Kath, Kath, Kath... ¡Kath! —Escuché la voz de Jenna entre sueños mientras sentía cómo me sacudía con insistencia.

—¿Qué pasa, Jenna? —Dije con voz adormilada a la vez que trataba de abrir los ojos con dificultad.

—¡Ballenas!

Logré enfocar el rostro de Jenna, su cabello rojo estaba despeinado y me miraba con sus ojos brillando de felicidad, una enorme sonrisa adornaba su rostro.

—¡Pero ven! —Jenna me jaló hacia ella y casi me tira de la cama, estaba tan emocionada que ni siquiera se dio cuenta de ello, daba saltitos mientras señalaba la ventana. — Mira, mira, mira, mira...

Cuando miré por la ventana pude ver que un enorme y largo animal avanzaba paralelamente a nosotros, luego vi otro y otro... todo un grupo de ballenas que viajaban juntas, estaban a una distancia bastante prudente pero seguían estando lo bastante cerca como para ser impresionante. Entonces comprendí por qué a la gente le gustaba tanto el viaje en tren submarino, recordaba en la escuela a gente hablando de sus viajes a otras ciudades y también lo que mencionaban de ellos en la televisión, no sólo era la forma más rápida de viajar de una ciudad a otra en Alcione, sino que era todo un espectáculo, uno muy hermoso.

—Es una manada de ballenas jorobadas, ¡y tienen una cría! —Dijo Jenna con emoción, — ¿Sabías que las ballenas jorobadas viajan muchísimos kilómetros hasta llegar a su destino? Avanzan lento pero siempre de manera muy constante, además de que siempre van en grupo para cuidarse los unos a los otros... me pregunto a dónde viajarán estas.

— A casa. —Dije sin pensar, más como un pensamiento propio que una respuesta.

Jenna no dijo nada, pero ahora toda su atención estaba fijada en mí, como si esa fuera una nueva información que nunca había considerado.

—¿Ya vieron a las ballenas? —Dijo una voz a nuestras espaldas, era Albert en la puerta del camarote. — Oh, eso están haciendo. Creí que seguían dormidas.

—¡Albert! ¡Somos una manada de ballenas jorobadas! —Gritó Jenna y corrió a abrazar al chico.

Ambos la miramos confundidos.

—Somos... ¿qué? —preguntó Albert.

—Las ballenas jorobadas viajan en grupo durante largas distancias de forma constante, con habilidades increíbles para la caza y la comunicación, como las redes de burbujas y sus cantos, que son distintos de otros grupos y aún entre ellos, se cuidan y protegen los unos a otros... ¡Como nosotros! Nosotros tenemos habilidades especiales que nos hacen únicos como grupo y como individuos y que nos ayudan a protegernos entre nosotros de otros, además que estamos viajando de manera constante para poder seguirnos protegiendo. Somos como las ballenas.

­—Supongo que tiene sentido... en una forma extraña de ver las cosas, —dijo Albert todavía confundido.

—Oh... perdón, —volvió a comportarse de una forma más tímida, una forma más habitual en ella, — las ballenas son mis animales favoritos. Kathleen dice que van a casa, aunque pensándolo bien, la manada es su casa, ellos mismos son su familia y su hogar, así como ustedes se volvieron mi hogar.

Albert y yo sonreímos, pensándolo más detenidamente, realmente sí tenía esa sensación de ellos, especialmente de Jenna, Carrie y Ann, era por eso que quería protegerlas a toda costa. Todavía no estaba segura de los otros, al menos Albert me daba ese tipo de seguridad. Albert acarició el cabello de Jenna.

—Y como mi familia, prometo cuidarte por siempre, Jenna. —Dijo el chico, Jenna volvió a abrazarlo. —Por cierto, yo venía por ustedes porque en el vagón comedor hay una vista espectacular y a preguntarles si tenían hambre.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2023 ⏰

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