Parte 07

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Despertó por la fuerte voz del guardia catarí. Siete días habían pasado desde que la policía lo tomó como rehén, para no levantar muchas sospechas, se había tomado la decisión de que Lionel seguiría jugando, marcarían la sentencia de ambos tras la eliminación de Argentina en el mundial.

Memo sentía que el mundo se le venía encima, una semana sin ver absolutamente a nadie, sin probar una buena comida, sin un buen lugar para dormir. Empezaba a conocer el infierno en la tierra. Al término del mundial se decidiría frente a toda una multitud su sentencia, todo le perecía como si estuviera en una especie de cinta sobre la inquisición o tal vez la edad media.

Su castigo sería decidido el 18 de diciembre al término del mundial, sin embargo ya se les había informado que se les humillaría públicamente, ambos esperaban algo así pues al ser figuras públicas y ejemplo a seguir de múltiples infantes el castigo tenía que ser mayor, eso era algo que el gobierno tenía contemplado. No sería suficiente con pagar una simple multa, lo mínimo por sus acciones sería la humillación pública y un mínimo de 45 latigazos.

-Vaya, vaya, acabo de encontrarme a un maricón. ¿Te la has pasado bien aquí? –Una voz familiar se hizo presente afuera de aquella celda en la que Memo se encontraba. –Por tu silencio deduciré que estoy en lo correcto, seguro ya dejaste que todos se den un revolcón contigo, ¿Quién lo diría? Sabía que eras una puta pero no imaginé que te abrirías de piernas apenas vieras a Lionel.

-Tata...

-Me gustaría contratar tu servicio, ¿Cuál es tu precio? No debe ser mucho, apuesto que solo abres las piernas y ya. –Tata empezaba a desabrochar su cinturón. A través de las rejas, tomó bruscamente el mentón de Memo. –Si tratas de hacer algo me aseguraré de que hoy mismo te corten la cabeza ¿entendiste? –Antes de pasar a mayores tata fue interrumpido por un guardia, venía a pedirle que se retirara pues solo tenía 5 minutos de visita. –Parece que hoy te salvaste pero a la otra no habrá nadie que venga a ayudarte. –Escupió en la cara de Memo y le jalo del mentón haciendo que Memo recibiera un golpe en su rostro. 

-Eres un hijo de... -Memo maldijo en lo bajo, la ira se apoderaba de él, se encontraba a nada de llorar pero no de tristeza, no, sus lágrimas eran producidas por la ira, la desesperación y el sentimiento de sentirse impotente ante la situación.

[...]

 Los días pasaron hasta llegar finalmente el 18, día en el cual se les daría a conocer su sentencia. Al fin Memo y Lionel se volverían a ver, pues durante todo este tiempo se encontraban separados.

Cuando se vieron lo primero que hizo Memo fue correr a los brazos de Leo, no le importaba lo que pasará, necesitaban volver a sentir el calor del otro aunque fuera lo último que hicieran.

-No sabes cuánto tiempo me la pasé pensando en ti. –Leo pasaba sus manos por la frondosa cabellera rizada de Memo, se abstenía a besarlo, ese día les informarían de que manera serían castigados, si no hacían nada durante el proceso era probable que al final solo pagarán una multa con cierta cantidad y no pasar a acciones más extremas, era lo mejor para salvar a ambos, Leo estaba decidido a compartir su vida con aquel mexicano y no perdería todo eso por un arrebato, necesitaba resistir solo unos momentos. Si todo salía bien celebraría llenando de besos a Memo.

-También te extrañé, solo espero que al final nos dejen ir. 

La audiencia comenzó, fanáticos, gente del pueblo catarí e incluso algunos jugadores escuchaban atentamente lo que Tamim ibn Hamad Al Thani tenía para decir, al cabo de unos minutos Tamim declaró culpables a los jugadores, sus crímenes eran bastante fuertes para la sociedad catarí, normalmente se les cobraría una multa, pero el hecho de ser figura pública era algo que no los beneficiaba. 

Por Dios, ¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora