Parte 02

269 21 0
                                    

Ochoa

Me encontraba molesto por las palabras del de menor estatura, esperaba no volver a encontrarlo, pero oh sorpresa, ahí se encontraba él luciendo una sonrisa un poco arrogante por haber ganado el partido, lo peor es que justo se encontraba frente al camión que me llevaría al hotel.

Mientras caminaba no pude evitar voltear a verlo, nuestras miradas se cruzaron por unos segundos que casi parecían eternos.

-Ochoa, amigo mío. –Messi extendió sus brazos en mi dirección esperando una respuesta positiva, al notar que no tenía ni la más mínima intención de corresponder el gesto se dio por vencido y bajó los brazos. –Con que rulitos está enojado por no haber ganado, que gracia. –Rio para sí mismo, aun así logré escucharlo. Se sentía como la tensión se formaba de a poco. –Venga hombre que es broma, yo que tú me iba a festejar aunque sea para despejarme un poco.

-Te recuerdo que no ganamos. –Musité en tono serio.

-Che que tenéis un humor amargo, anda, invito yo.

-No gracias tengo cosas más importantes que irme de fiesta conti-...

-Déjalo, no vale la pena molestarse siquiera en hablarle. –Guardado puso su mano en mi hombro mientras miraba con enojo al argentino. –Vamos. –Inclinó la cabeza hacía el camión a lo que solo pude asentir y volver a retomar el rumbo.

-Dale que si llegas a cambiar de opinión podés pegarme un tubazo y juro que yo mismo voy a por ti. – Sin más que decir se fue mientras agitaba su mano en señal de despedida.

-Idiota.

Me sentía confundido. ¿Por qué rayos quería salir con él?

Toda la bendita tarde me la pasé pensando en su propuesta. Dudé un momento en hacerlo y de un instante a otro ya le estaba llamando.

-Hasta que llamas, ¿listo para una de las mejores noches de tu vida? –El ambiente al parecer era demasiado bueno pues de fondo se escuchaba la música y los gritos festejando la victoria.

-Si claro, la mejor noche. –Expresé sarcásticamente. –Que quede claro que solo voy a relajarme un poco de lo que pasó lo cual no quiere decir que me la pasaré pegado a ti.

-Te será inevitable no estar junto a mí, seguro te mueres de ganas y solo te cuesta admitirlo. –Su seguridad al momento de decirlo era tanta que rodeé mis ojos y sonreí, deseaba saber sus próximas palabras así que no interrumpí y lo dejé terminar. –Paso por ti, no te vayas a perder y con ese humor que tenes dudo que alguien piense en ayudarte.

-Si eso pasa espero que un idiota como tú no me ofrezca ayuda.

-Gracias, me lo dicen muy a menudo. –Messi comenzó a adularse hasta que se dio cuenta de mis palabras. –Guillermo eso no fue un halago. Espera que llegue para que...

Le colgué sin más, deje mi celular a un lado y me tumbé en la cama reflexionando sobre lo que hice.


Al poco tiempo Lionel llegó al hotel donde se hospedaba la selección mexicana. No fue difícil averiguarlo pues el hotel en el que se estaba quedando quedaba en la zona hotelera del lugar, a solo unas cuantas unas calles del suyo.

Rentó un Honda Civic color blanco. En sus planes no se encontraba ir a festejar con su equipo mucho menos si llevaba al portero del equipo rival, era consiente de las burlas que sufriría pues cuando le hizo aquella invitación algunos de sus compañeros reían ante la propuesta del delantero, no quería que Ochoa se sintiera peor, por supuesto que no, lo que planeaba para esa noche era dar un paseo por la ciudad y poder conocerse fuera de la cancha. Eso sí, lo único que esperaba era no perderse en aquel país.

Sin mucha demora entró al edificio y en la recepción preguntó por la habitación de aquel hombre que recientemente había despertado su curiosidad, se dirigió al ascensor y presionó el botón que le llevaría al cuarto piso.

Su objetivo de esa noche era claro y no se iría hasta conocer más al moreno.

Por Dios, ¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora