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∆ Muchos de los eventos que habrán en la historia no estarán en orden cronológico de como sucedieron el el lore. ∆


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Era su tercer día en aquel Karmaland. El día anterior no hizo más que dormir, comer y andar curioseando la casa de Luzu, sorprendiéndose por lo distinto que llegaba a ser del Luzu que conocía.

Además de charlar con él una gran parte de sus aventuras con sus amigos, contándole sobre Juan y Sapo Peta, que al parecer tampoco conocía.

Durante su estadía, Luzu lo había estado cuidando mejor de lo que esperaba; le llevaba la comida, lo acompañaba al baño, le prestó de su ropa (un gorro también, ya que había perdido el suyo cuando cayó por la montaña), e incluso le dejó su cama mientras el dormía en su saco de dormir. Le recordaba tanto a su Luzu que a veces se ponía melancólico, pero prefería disfrutar del momento ya que cuando volviese a su realidad, tendría muchos problemas que resolver, y lo más probable es que Luzu y él nunca resuelvan sus problemas y alguno termine muerto.

Y realmente temía por eso.

—Quackity, vayamos a que conozcas Karmaland, bueno, este Karmaland. Estoy seguro que han de haber muchísimas diferencias. — Al escuchar aquello, el mexicano se emocionó, levantándose de la cama ajena y poniéndose el beanie que le había prestado Luzu, arreglándose la ropa para poder salir con el dueño de esta.

—Quiero saber que es Rubius en este mundo. —

—Es el cura e integrante de la hermandad oscura.—

—No mames, eso suena chingonsísimo. —

—No lo es. Se robaron a Manolo, pero luego descubrí quienes eran los de la hermandad, pero ahora solo quiero enfocarme en otras cosas. — El tono molesto con el que Luzu había dicho aquello, hizo sonrojar al menor, ya que en serio extrañaba al Luzu que se enojaba fácilmente y no era un solecito con cualquiera.

—Ay wey, si fueras mi Luzu, ya te había dicho que me prendes con lo que has dicho, así viéndote todo serio y enojado. —

—Quackity, por dios. — Ambos rieron, dirigiéndose a la salida de la casa del castaño, no sin antes dejarle unas cuantas zanahorias al cerdito mascota del castaño.

Siguieron hablando sin notar que ya se encontraban en el pueblo; Quackity notó como algunos pueblerinos miraban a Luzu, por lo que tomó su mano para que dejasen de ver al castaño.

En su Karmaland, no era tan posesivo, ya que ese era papel de Luzu, pero aquí, sentía la extraña necesidad de cuidar de Luzu.

Aunque ya no fuera suyo.

—¿Qué haces Quackity? — Algo que no le gustaba al mencionado era que Luzu lo llamara así, Quackity, claro que era su nombre, pero extrañaba demasiado el Quacks con el que su Luzu siempre se dirigía a él.

—Es que todos te están pinches viendo como si fueras una pinche reliquia. —

—Vale. — Le sonrió, continuando con su camino hacia la comisaría para que el mexicano pudiese ver a Alexby.

Al entrar a la comisaría, encontraron a Alexby en una situación bastante comprometedora con su compañero Fargan. Ambos estaban extremadamente cerca el uno del otro, a punto de besarse, pero con la llegada de los otros dos, tuvieron que separarse algo molestos.

—Pero vaya, Alexbitas, Fargancito, que no es correcto hacer eso en horas de trabajo. — Quackity estaba sonrojado por encontrar a sus ¿amigos? En esa situación, pero parecía que para Luzu era algo totalmente normal.

In another life ✮ Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora