📅 24/01/2015
📍 Madrid, España.-Marianna de verdad necesito que vengas conmigo cochera- mi intenso hermano siguió insistiendo. -lo que tengo que traer es muy pesado.-
-Pídele ayuda a papá, yo no se- Seguí sin darle importancia a las súplicas de mi hermano.
-Vamosssss, por favor, no te vuelvo a molestar, te lo juro.- con eso me engancho, no ser molestada por mi hermano era una meta de vida y el me la estaba dejando muy fácil de cumplir.
Baje con mi hermano hacia la cochera y entre antes que el. Todo estaba demasiado oscuro. Mi hermano como el bromista que es, me cerró la puerta dejándome encerrada allí.
-Ábreme la puerta, estupido.- le ordene dándole golpes a la puerta. -Carlos, maldita sea abre, no estoy de humor para tus estupidas bromas- qué porque no estoy de humor? Mi mejor amigo no ha podido lograr visitarme para estar conmigo en mis quince. -Abre la puta puerta, Sainz-
-No te he dicho que te ves muy linda enojada?- la voz de mi mejor amigo se hace presente en la habitación. Acaso el...?
Volteo y en efecto, está allí. Las luces ya habían sido encendidas por lo que corro hacia el y me abalanzó haciendo que me tenga que cargar de la cintura.
-Que haces acá?- pregunte como la mayor sonrisa que le he brindado a alguien.
-Un pajarito me dijo que mi mejor amiga cumplía años y no me lo iba a perder.- me abrazo y beso mi cabello. -Espero que no me odies después de que te haya dicho que no iba a venir, era parte del plan.- Volteó a ver a Carlos quien tiene un celular en la mando tomando fotos de todo.
-Te odio solo un poquito, pensaba que te ibas a perder mi cumpleaños número 15 por estar compitiendo por Italia lo cual sabes que no me gusta nada desde lo qué pasó...- al mencionar ese hecho mi mejor amigo y mi hermano se tensaron.
-Tranquila peque, acá estoy.- me abrazo por los hombros y fuimos hacia el auto de Carlos que estaba afuera para sacar sus cosas.
Sobre Italia... El 7 de Marzo de dos mil ocho, Santiago y Carlos fueron a una competencia de Karting por ese país sin avisarme. Cuando volvieron me dieron la noticia de que Santi había sufrido un accidente tratando de rebasar a uno de los competidores y estaba en Italia siendo cuidado por los médicos de allá.
Ese día llore como nunca lo había hecho, el miedo de no saber si ibas a volver a ver a tu Alma gemela otra vez esa horrible.
Pasamos por el comedor de la casa donde estaban mis padres hablando de Mi cumpleaños número quince y sus planes. Creo que era lo único que a mi mamá le gustaba de tener una hija, siempre aseguró que prefería los hombres antes que las mujeres porque no eran drama, etc etc...
Entramos a mi habitación y mi mejor amigo se acomodó en la cama que había debajo de la mía, ahí era donde se acostaba cuando hacíamos pijamada.
Mi hermano también se acomodó con nosotros como el chismoso que es...
Duramos poniéndonos al día unas horas y de tanto hablar nos dio sed así que, como la menor y según ellos la "menos gastada", me tocó bajar las escaleras para buscar agua para los dos monos, digo, hombres que estaban en mi cuarto.
—Carlos, yo te dije que era un error tenerla, mira con todo el estrés con el que tenemos que lidiar solo porque a ella se le dio por tener una estupida fiesta de quince por un capricho—. Escuché a mi mamá decirle a mi papá en el comedor.
—Reyes, ya lo sé, pero es nuestra hija y no podemos hacer nada más, ahora vamos a terminar de hacer los preparativos y luego hablamos con ellos para dejarla lejos por un tiempo—. Siempre, desde que nací, había escuchado a mis papás discutir sobre la desgracia que fue tenerme.