Trauma Reprimido

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"El silencio es el único amigo que jamás traiciona"

Confucio

Volvimos al mismo lugar, a la misma hora, el tutor esperaba nuestra llegada.
—¿Listos para su primera misión?—Dijo
—¡¡¡Cómo!!!—Gritamos al unísono.
—Pero si ayer nos dijo que cometemos muchos errores en el combate, y hoy vienes a decirnos que tenemos una misión? Esto no tiene ningún sentido.—Replicó Caeli.
—Es cierto, pero también dije que todos tienen potencial y con las habilidades que tienen en éste momento, son capaces de salir del fuerte a hacer alguna que otra tarea. Además, es imposible cagarla porque iré con ustedes.
Nos mantuvimos en silencio un tiempo y Melchor dijo:
—¡He dicho! Nos vamos de cacería, en el camino les explico que debemos hacer—Mientras caminábamos nos iba contando los detalles de la misión—Nuestro objetivo es un asentamiento de bandidos, no muy lejos de aquí. Han estado pasando muy a menudo por nuestro torreón e intentaron atacar de vez en cuando.
Al escuchar el plan, mi piel bajo mi abrigo negro se erizaba, ya tengo una mala experiencia con los asentamientos de bandidos, no quería tener que volver a pasar por eso. Mis pies temblaban y mis manos me sudaban, pero tenía que mantenerme sereno. Intentaba concentrarme mirando el camino nevado recorrido a pie, marcando las huellas en el blanco suelo.
Nos apartamos del camino, para adentrarnos en el bosque. Después de estar media hora rodeados de árboles, por fin pudimos divisar el humo proveniente de las chimeneas del campamento.
—Esto es lo que vamos a hacer—Dijo Melchor— El campamento tiene una sola entrada, que por cierto debe estar bloqueada desde adentro. Dos de nosotros entrarán subiendo por aquel árbol que sobrepasa por encima del muro, matarán a los guardias y nos dejarán pasar. Después nos encargamos todos juntos del asalto. Eiden, espero que tú puedas encargarte de entrar con Caeli.
Sin decir ni una palabra corrimos hacia el árbol. Subí primero para echarle una mano a mi compañera. La planta no era muy difícil de escalar y parecía bastante robusto. Saltamos de  la rama hacia el muro y listo, ya estábamos adentro, ahora solo teníamos que desbloquear la entrada. Bajé del muro para buscar la cerradura, mientras Caeli me cubría desde arriba. Corríamos escondiéndonos de cobertura en cobertura.
Estaba agachado detrás de una caja de madera y un guardia se acerca silbando, era hora de pasar a la acción. Saqué mi cuchillo de dentro de mi manga y esperé a mi primera víctima. Al parecer el guardia estaba patrullando, y parte de su recorrido era por aquí cerca. Cuando estaba llegando a mí lancé una piedrecita para distraerlo. En cuanto dio la espalda me levanté y le corté la garganta. Que mala impresión al sentir su sangre aún caliente sobre mi mano. Ahora tenía que esconder el cuerpo, revisé la caja de madera y estaba llena de paja. Cargué el cuerpo hasta la caja y luego la cerré, noté como cerca había una pequeña campana que usaban de alarma; le corté el badajo y seguí avanzando hasta encontrar un arbusto donde esconderme. Es entonces cuando me cae un cadáver encima, nervioso intenté de quitármelo de arriba y cuando me asomo estaba Caeli riéndose y me dice:
—La puerta está allí delante. Frente a ella hay dos guardias, no hay nadie más vigilando. El plan es éste, yo ataco a uno desde arriba y tu aprovechas el alboroto para matar al otro.
  La chica Sparrow se prepara para saltar y aparece un guardia errante, quién divisó su presencia y sorprendido, se preparó para gritar. Pero antes, sale de uno de los árboles de los alrededores una flecha iluminada que le atraviesa la sien al bárbaro y queda clavada en el piso. Miré la flecha que estaba desvaneciéndose y luego busqué de dónde provenía algo intrigado, de pronto, recordé que estaba en medio de una misión y le di la señal a Caeli, quién se abalanzó sobre su presa, clavándole las dagas en las clavículas, aproveché el momento para apuñalar al guardia de la puerta restante.
La puerta no era muy difícil de abrir, pensaba que tendría alguna cerradura que tendríamos que forzar o algo parecido, solo teníamos que abrir un cerrojo y listo. Los demás, que esperaban del otro lado corrieron dentro del asentamiento, Melchor nos dijo:
—Estupendo, es el momento del asalto. Carl, está vez te toca con Caeli, Eiden,  ve con Arthur, yo les brindaré apoyo a cada pareja. El objetivo ahora es ésa casa que usan como cuartel, estimo que esté bien protegida así que tengan cuidado.
Arthur y yo corrimos hacia la parte trasera del cuartel. Realmente no había tanta gente, pensé que todos podrían estar adentro. La casa tenía una ventana bien alta, nos miramos e inmediatamente supimos que esa era nuestra entrada. Junté mis manos para darle impulso y él saltó, entró en la ventana y me ayudó a subir. Entramos en lo que parecía ser una cocina en el segundo piso y una cortina nos dejaba ver cuántos estaban dentro, en el lobby de la primera planta. Eran alrededor de quince, así que debíamos pensar algo, en vez de entrar a lo loco. Había un caldero hirviendo con algún tipo de potaje, lo agarramos con cuidado y se lo tiramos a los enemigos. Desesperados se pusieron en guardia frente a la escalera, esperando que saliéramos, pero Melchor, Carl y Caeli irrumpieron en la habitación, empujando la puerta y al guardia que la protegía, dando inicio a un enfrentamiento abierto, Carl sacó su espada y de un tajo le corta las manos a uno de los bárbaros, Caeli le tira un cuchillo en el pecho a otro de ellos, cayendo al suelo. Nosotros bajamos las escaleras tarándonos por la baranda y reuniéndonos con los demás compañeros. Luchábamos a conjuntamente y de forma sincronizada . Todo iba bien, hasta que recibí un golpe directo en la cabeza, dejándome casi inconsciente, lo último que recuerdo fue que rajaron la barriga justo antes de caer a suelo.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2023 ⏰

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