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"Caballero, Un hechicero,

El man se las de goodboy,

Traicionero, Ego en el cielo,

No es más que un fuckboy"

Solo habían transcurrido unos tantos minutos del segundo tiempo, cuando Ochoa jadeo, cansado.

Con las gradas llenas de personas portando banderas de ambos equipos, México y Argentina se debatían por una oportunidad en la copa del mundo.

Y es que el primer tiempo había empezado fuerte, sus compañeros corrían de un lado a otro marcando posiciones e intentando que este no se les fuera de las manos, algunas veces arriesgándose para anotar el gol y así poder avanzar un poco más.

Los aficionados gritaban nerviosos cada que algúno de sus rivales se acercaba con el balón lo suficiente como para hacer una jugada que no terminaba en nada. Y él se mareaba cada vez más con el constante movimiento del balón y los jugadores en el campo.

Justo ese día no se estaba sintiendo bien.

Aún cuando había entrenado muchísimo para ese momento, trabajado en sus debilidades y pulido su condición física, su posición de omega no estaba ayudando.

La respiración se le estaba poniendo pesada y lenta, más de lo normal. Sus piernas flaqueando por el esfuerzo y la necesidad de acurrucarse en la cama del hotel le rasgaba el interior.

Definitivamente no era un buen momento para estar en celo.

Pero ahí estaba, medicado hasta el tope con supresores fuertisimos que no le dejaban dar el cien y lejos de ayudarle le estaban causado malestar.

Algo que definitivamente tampoco estaba ayudando era ese estúpido diez moviendose rápido por el campo, soltando feromonas y llenandole los sentidos con olor a chocomenta.

De pronto los recuerdos de la noche anterior le cayeron como balde de agua fría, un recuerdo borroso de ese diez acorraladole entre la puerta del baño e impregnando su ropa en reclamo.

Una gota de sudor resbalo por su frente, acalorado y nervioso, el juego estaba avanzando demasiado rápido para su gusto. La gente seguía avanzando pero no podía calmarse, el tener que cuidar de su posición ante él único hombre que había logrado ponerle ansioso y sumiso lo estaba sofocando.

Se maldijo.

Todo era culpa de ese argentino.

Y de su incapacidad para cerrar la boca.

Hasta ayer por la noche estaba tranquilo perdiendo el tiempo, cuándo algunos de sus compañeros irrumpieron en su habitación para llevarlo consigo, los chicos de la selección habían decidido salir del hotel para conocer algo de la gastronómia y fiesta en Qatar. Si era sincero al inicio la propuesta le parecio absurda, se suponía que tenían partido mañana y debian descansar, pero aún así termino aceptando.

- No mames, no puedo creer que este aquí. - la voz del más pequeño del grupo capturo su atención, Kevin Alvarez estaba a su lado susurrando algo con Hirving, parecía emocionado casi como si los nervios le estuvieran traicionando.

Así que aparto la vista de su celular para enfocarse en lo que sea que ellos estuvieran viendo y la sorpresa fue sincera cuando sus ojos chocaron con los de él, al otro lado del lugar.

Lionel Messi.

Ahí estaba Messi, el jugador estrella de Argentina.

Uno de los alfas más importante en el mundo del fútbol.

RESILIENCIA. | MessiOchoa/BottomOchoa! 🍃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora