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Y bien ¿Cómo hacemos para que esto funcione?

Es la pregunta clave que Lionel suelta al dejarse caer sobre el sofá con una botella de agua en la mano, el ambiente tenso chocando por las paredes de la habitación.

Y Memo sentado en la cama king zise se pregunta ¿Cómo es que había terminado aquí? Lo único que podía decir es que había aceptado tener una cita con el delantero en algún restaurante famoso de Qatar justo después de su vergonzosa escena de llanto, pero los nervios le habían traicionado en último momento y el miedo de ser relacionados intimamente por algún medio de televisión lo habían atraído hasta ahí, a la habitación de hotel del argentino.

Con una gorra cubriendo sus rizos, cubrebocas negro y de incógnito.

Y aunque ciertamente no quería que la gente malentendieran la situación pese a estar ahí, era inevitable. Un humilde omega como él entrando a la habitación de un alfa de élite como era "Messi" que además de ser su contrincante, estaba casado y tenia tres adorables hijos se escuchaba escandaloso, más aún cuando los resultados del partido no eran lo esperado.

Casi podía sentir las respiraciones en su nuca de los aficionados mexicanos, presionandole y juzgando por venderse, por dejarse coger por el contrincante (aún cuando eso no estuviera pasando), por ser un omega débil que no podía dejar su celo de lado ni detener un gol.

Aun así nada de eso importaba en ese momento, la pregunta de Leo seguía rodando por su cabeza y él se sentía incapaz de responderla como le gustaría.

El estrés y la ansiedad estaban volviendo de su estómago un lío, el olor característico del alfa lo mantenía alerta e incómodo. Ochoa se sentía al borde de sus instintos, con el cuerpo caliente y la espalda tensa. Y si de verdad era honesto consigo mismo algo que Guillermo no se atrevía a negar era que Lionel era un hombre guapísimo, aún con su baja estatura el alfa exudaba poder y autoridad en el campo, dominando tan bien la cancha que cada vez que lo observaba lucia duro y caliente, pero dulce fuera de esta. Tan dulce como para ponerse de rodillas ante él y mostrarle el cuello, tan dulce como para darle todos los hijos que quisiera.  — No se, ¿Qué tal si empiezas explicando qué hay entre ustedes dos? — Su voz salió suave pero firme, sus manos jalando la manga de la chaqueta prestada.— Si quieres llegar a algo, empecemos con eso. Sin trampas o mentiras.

Leo al otro de la mesa del centro exhalo agitado, pero enfocando la mirada en la suya respondió la pregunta. — Estamos casados — Dijo con voz firme, le tomo de la mano estirándose hasta donde él estaba y la sostuvo fuerte para evitar que huyera. — Se que suena como una excusa, Guille. Pero deje de buscarte hace tiempo, los años seguía pasando y me estaba volviendo viejo.

Guillermo no lo culpaba, el también se había cansado de esperar por su pareja destinada, tomando como decisión salir con otras personas, perdiendo el tiempo con hombres que no tenían compromiso o siquiera metas y cuando al fin estuvo exhausto de las decepciones amorosas, del enfoque enfermizo al trabajo lo siguiente que le preocupo fue el tema de los hijos, atormentado por no tener uno.

— Lo que menos quiero ahora es mentirte. — El acento argentino lo saco de sus pensamientos, algo tenía Lionel que lo hacía sonar natural y sexy — Antonela es importante, es mi esposa y la madre de mis hijos. Somo amigos, la conozco desde que eramos unos críos, ella estuvo de acuerdo en tener a mis hijos porque ambos estábamos solos y de verdad que amo los niños, no me imagino una vida sin ellos.

Algo que también le cautivaba del argentino es que las palabras sobre sus hijos le hacían saltar de alegría el corazón, la ternura con la que hablaba de ellos y el como los ojos se le ponían brillosos como si fueran el mejor trofeo, le hacía sentir cálido.

RESILIENCIA. | MessiOchoa/BottomOchoa! 🍃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora