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pov/spreen

-Buenos días, Spreen-

-¿Cómo va la cafetería hoy, Riobo?-

Me fui a sentar como cada mañana en la mesa de siempre, acompañado del empleado.

-Tranquilo, no hay mucho movimiento- Saco una libreta y lápiz -¿Lo de siempre?-

-Si, tráeme lo mismo-

Riobo se fue, dejándome solo, es raro ver a estas horas la cafetería tan vacía, solo habían un par de personas y no mucho más.

-Aquí tienes-

-Gracias, capo-

Tome tranquilamente lo de siempre y una vez acabe me retire del local, no sin antes despedirme.

-Muchisimas gracias, tene una buena tarde-

(...)

Habia llegado al banco, pues lo único que debía hacer era retirar el dinero, camine hasta los adentros del establecimiento hasta estar de pie frente al mostrador de atención al cliente, frente a un empleado del banco, quien parece estar jugando al solitario en su computadora, ignorandome completamente.

Tosi con fuerza para llamarle la atención y solo consegui que me mire con fastidio antes de que me hablase.

-¿Sí? ¿Qué deseas?-

-Necesito retirar 250 TortillaCoin's-

El empleado levanto los ojos por un segundo, como si estuviera disgustedo, pero luego volteo a la computadora.

-¿Y?...¿Qué quieres que haga?-

-Que me los retires-

-Ok... dime tu número de cuenta-

Le dicte los numeros solicitados, aunque el realmente apenas desvío la mirada de su juego para escuchar el número.

Esquivo cuidadosamente el contacto visual conmigo y solo se aseguro de mirar a la pantalla de la computadora y regreso a jugar al solitario mientras murmura algo sobre la gente como yo o algo por el estilo, "Que pelotudo que  es, deberian despedirlo".

-Che, me vas a atender?-

-Ah, si, dame tu carnet-

Solo me dispuse a entregarle mi carnet y insultarlo mentalmente.

-¿Es todo?-

-Así es-

El empleado emitio un profundo suspiro y se levanto de la silla para ir al mostrador.

-Que pedazo de pelotudo-

Al cabo de un rato volvio con mi dinero en mano

-Aquí tienes-

Con una mirada seria, tome el dinero y me marche.

Ahora solo debía de esperar, recién eran las 18:00pm, aun quedaban 5 horas para que me reúna con mi vendedor de confianza.

Camine un largo rato por el pueblo naranja, sin saber que carajo podría llegar a hacer, realmente hoy es un día libre, por así decirlo.

Mariana se esta encargando del negocio y el trabajo que debí haber hecho hoy ya lo hice el día de ayer, lo cual es bueno, ya que pude dejar mi agenda libre.

(...)

pov/narrador

Spreen caminaba por el sendero de grava mientras se dirigía hacia la parte trasera de la iglesia.

A medida que se acercaba, la vista se despejaba y se podían ver los altos muros de piedra.

Al llegar, el híbrido se sentó en el suelo en espera del vendedor y, al cabo de esperar un rato pudo divisar a un hombre quien, según lo que el supone, era con quien hablo por teléfono.

Spreen con cautela se acercó, era un hombre musculoso, con una mirada fría

-¿Eres Spreen?-

-Si, ¿Quien eres?-

-Estoy aquí para la compra que hablaste por teléfono con la otra persona-

-¿Tenes mi pedido?-

-Aqui mismo-

-Joya-

Entregó el dinero al vendedor, quien lo contó rápidamente.

-Me falta dinero-

Antes de que Spreen pudiera reaccionar, el vendedor había agarrado a él hibrido por el cuello y lo empujo contra la pared y, aunque Spreen intento defenderse, el vendedor era mucho más fuerte.

-¡No tengo más dinero!¡Es todo lo que tengo!-

-Esto no es suficiente-

El hombre, al saber que era la primera vez que fallaba con él monto del pago, decidio dejar de agarrarle por el cuello.

Al ser soltado por el otro, cayó al suelo, pasando sus manos por su pescuezo mientras trataba de respirar.

-Dios...- Susurró bajo

En otro lado, cerca de donde se estaba orquestado la venta de narcóticos, Juan observaba detrás de unos arbustos cerca de aquella parte trasera de la iglesia, escuchando lo que ambas personas decian.

-Spreen casi no la cuenta, que imbecil- Susurró para sus adentros

-Esto es una advertencia, si quieres que te sigamos vendiendo, tienes que pagar- Amenazó el enmascarado

Desde el suelo, Spreen, asientio con la cabeza.

-Está bien, esta vez te perdonaré-

El vendedor le entrego los dos frascos acordados, Spreen los tomo con sus manos temblorosas, agradeciendo a la otra persona frente a el, quien se dio la vuelta y se retiro.

Juan saco su teléfono móvil momentos antes y, provechando la luz tenue de la luna, tomo unas fotos del chico y la entrega de los frascos.

El hibrido se quedo sentado en el suelo durante un rato, con la compra entre sus manos, hasta que vio a el vendedor desaparecer en la oscuridad.

-La puta madre, cagonee una banda-

Rio bajo antes de levantarse del frío suelo y retirarse

Por su parte, Juan guardo su teléfono móvil en el bolsillo, se levanto y se alejo lentamente hacia la calle en cuanto el otro se fue.

-Mañana debería visitar a Spreen, creo que con esto tengo suficiente- Rio bajo -¿Que mejor que la compra ilegal de droga? -
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𝙋𝙖𝙥𝙚𝙡𝙚𝙨/𝙎𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora