capitulo 23

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El día fue normal.

Hasta el momento nadie las había molestado y aquello era bueno, o eso pensó la pelinegra, hasta que llegaron a la cafetería durante la hora del almuerzo. Llevaba la mochila en su espalda y hablaba con Danielle, intentando distraerla por si se encontraban con Haerin. Minji no había parado de sonreír en todo el día.

-Nosotras buscamos la comida y ustedes dos cuiden la mesa- Les dijo Hyein guiñándole a Danielle, se fue con Minjeong, dejándolas a ellas dos.

-Bueno ¿Sabías que, según Minjeong, Jimin besa con lengua?- Preguntó mientras se sentaban en una de las mesas, Danielle la miró alzando una ceja.

-Ya se lo que intentas hacer, Minji- Dijo acomodando sus brazos sobre la mesa, Minji abrió los ojos.

-¿Ah si? Porque hablo enserio, es la palabra de la invierno contra la nuestra.

-Descuida... Yo aún no le he visto y cuando lo haga... Igual la voy a ignorar- Dijo bajando el rostro y Minji la hizo alzarlo, sujetándola por la barbilla.

-Ambas sabemos que esa es una gran mentira- Dijo viendo como su amiga rodaba los ojos.- Ella es una idiota.

-Si, es una idiota- Repitió Danielle, sonriendo.

Durante estos meses Danielle le había hablado sobre Haerin y habían tomado como terapia decir que era idiota, cada vez que se sintiera mal. Hablaron durante un rato, hasta que sintió la voz de Sunghoon en su oreja.

-Hola, rarita- Saludó, rodeándole el cuello fuertemente con el brazo, Minji tosió varias veces.- ¿No te gustaría comer con nosotros?

-No... Suéltame- Dijo apretándole el brazo, pero Sunghoon no la soltaba.

-Déjala- Danielle le dijo levantándose y queriendo darle una cachetada.

-Vamos, Kim. Todos te esperan- Agregó el chico, levantándose y arrastrando a la pelinegra con él, Minji parecía necesitar con urgencia respirar mientras la llevaban a la mesa.

-¡Oye!- Le gritó Danielle y los siguió.

-Aquí estamos- Dijo Sunghoon sentando a Minji en la silla, junto a Sunoo, aun rodeando el cuello de la chica.

-¡Minji, que sorpresa!- Dijo Sunoo riendo, al ver el rostro rojo de la pelinegra.

Minji apenas si podía respirar e intentaba soltarse del brazo de Sunghoon alrededor de su cuello. Observó que justo frente a ella estaba sentada Hanni, que la observaba con los ojos abiertos y una notable preocupación en ellos.

-Sunghoon, déjala en paz- Dijo observando con enojo a su novio, él se río cínicamente.

-Amor, ¿no te das cuenta de qué la rarita es una invitada mía? No le estoy haciendo nada.

Minji no opinaba lo mismo y cerró los ojos por un momento, ya que se sentía tremendamente mareada.

-¡Suéltala, las estás ahogando!- Gritó Hanni y Sunghoon la soltó con fastidio, Minji comenzó a toser.

Se sujetaba la garganta mientras observaba de reojo a Hanni.

La pelinegra parecía querer acercarse para frotarle la espalda, pero todos estaban mirándola. Hanni tuvo que resistir la urgencia de tocarla y apretar las manos sobre el regazo, sin dejar de mirar los ojos marrones.

-Danielle...- Murmuró Minji por debajo, pero no veía a su amiga.

Logró encontrarla, al verla salir por la puerta de la cafetería, seguida de Haerin. Minji se preocupó e intentó irse, pero Sunoo le capturó la mano y la obligó a sentarse.

-¿A dónde vas, bonita?- Le dijo sosteniendo su mano entre las suyas mientras Minji seguía tosiendo.

Hanni clavó sus ojos asesinos en Sunoo y este de inmediato soltó la mano de Minji, sentía un frío helado recorrerle el cuerpo y podía jurar que eran por los fulminantes ojos chocolate de Hanni.

-¿lbas con tu novia?- Preguntó Sunghoon, riéndose, al ver la pobre cara de Minji.

Minji comenzó negar mirando a Hanni a los ojos, quería asegurarle que no tenía novia y al hacerlo, Hanni sonrió de forma alegre. Sunghoon se dio cuenta de eso y la llamó.

-Amor, ¿sabes que te amo?- Le dijo dándole un guiño y Minji hizo una mueca, quería irse.

Adiós a mi desayuno, pensó Minji.

Hanni no lo miró ni una sola vez y asintió, sonriendo.

-Yo también te amo- Dijo mirando fijamente a Minji a los ojos, la pelinegra sintió la piel cosquillearle y el corazón en la garganta ¿Se lo estaba diciendo a ella?

Hanni, después de haberlo dicho, abrió los ojos y se sonrojó como una loca, agachó el rostro y comenzó a balbucear.

-Yo... Mmm... Supongo... Bueno... También... Claro- Término con la cara roja, Sunghoon frunció el ceño, observando como las dos chicas se miraban.

-Bueno, rarita. Me contaron por allí, que estás enamorada- Comentó Sunghoon, burlón, y logrando que todos en la mesa soltaron un "Uhhhhh".

Hanni no la dejó de ver ni un segundo.

-Yo... Bueno, no te importa- Dijo con el rostro sonrojado e intentó irse de nuevo, Sunghoon la tumbó por los hombros y la hizo sentarse.

-¿Quién es? Confiesa, ¿es Marsh?- Preguntó burlón, observando a su novia con intención.

Minji lo pudo ver, en los ojos chocolate había dolor.

-No y si fuera así no te lo diría- Gruñó para luego volver a ver a Hanni, la pelinegra le devolvía la mirada y no escuchaba a nadie más.

Sunghoon ya estaba sintiéndose amenazado por la estúpida cara que hacía su novia al ver a la pelinegra, no le gustaba la manera en que se miraban y su orgullo masculino estaba siendo dañado.

-¿No tienes amigas? Podrías largarte de una vez- Le dijo irritado mientras iba al lado de su novia y se sentaba junto a ella, rodeándole los hombros con el brazo.

-Pero, tú...- Comenzó confundida por su actitud y sus ojos marrones se volvieron fríos, al ver el brazo del chico sobre Hanni.

Sunghoon sonrió triunfante, pero, no duró mucho, cuando Hanni se revolvió incomoda y se alejó un poco del chico, cortando el abrazo sobre su hombro. Él la miró sorprendido y después con enojo a la causante de todo esto, que ahora sonreía.

-Quita tu asquerosa cara de mi vista, antes de que te la rompa en dos- Amenazó y Minji abrió los ojos, intentando por todos los medios levantarse.

-¡Sunghoon!- Lo reprendió Hanni, mirándolo con reproche y después volteó a ver a Minji, que ya se había ido, y soltó un suspiro.

Minji salió corriendo rápidamente de allí, para volver a su mesa ¿Qué le ocurría a ese idiota? ¿Estaba en sus días o algo así? Que bipolar, fue mucho para el gusto de Minji, que seguía un poco alegre por haber visto a Hanni. Lo mejor de todo era que esta vez no le había insultado. Tal vez, este lograra ser un gran año.

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