capitulo 46

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                          Año pasado

-¿Sesión de estudio?- Haerin observaba a su mejor amiga guardar sus libros en el casillero.

-Eso mismo, Hae- Hanni respondió rodando los ojos.

Estaban en pleno pasillo, era la ultima hora de clase. Haerin intentaba convencer a su mejor amiga que le acompañara a su casa esta tarde. Hanni se había negado, en este mes matemática comenzaba a dificultarse y, a pesar de ser inteligente, quería quedarse unas horas en la biblioteca repasando las clases de la semana.

La pelinaranja quería tener una noche de películas, pero la pelimorada insistía en tomar la tarde para los estudios.

-¿Y en donde piensas estudiar?- La chica de ojos miel hizo un mohín.

-En la biblioteca Haerin- Al ver los ojos confundidos de su amiga, le sonrío divertida.- Sí no sabes, es una habitación con estatanterias y mesas en donde hay una gran cantidades de libros...

Haerin la detuvo, alzando la mano al frente del rostro de la pelimorada, torciendo la boca un poco ofendida.

-Se lo que es una biblioteca, Hanni- Bufó al escuchar la risa de la pelimorada.

-¿Entonces?

-Me refería ¿No podrías estudiar en mi casa? Es lo mismo- La pelinaranja alzó los brazos.

Hanni negó suavemente con la cabeza, colgándosela la mochila del hombro.

-No podría concentrarme.

-¿Y porque?

-¿Tú me dejarías estudiar en completo silencio y sin hablarme una sola vez en toda la tarde?- Le dijo alzando una ceja, Haerin mantuvo la boca cerrada.- ¿Ves? Prefiero ir a la biblioteca.

Haerin acepto a regañadientes, alegando que aquella tarde pensaba comer un gran razón de helado de fresa y galletas sin ella.

La pelimorada sintió una lagrima caer, ella también quería helado y galleta, pero a duran penas acepto su destino y fue pesadamente esa tarde a la biblioteca.

Planeaba vengarse de Kang Haerin, tal vez encerrándola en su baño mientras Hanni comía una caja entera de pizza al lado de la puerta. Sonrío, más animada por su malvado plan. Esperaba pasar unas horas tranquilas, en estos días no muchas personas acudían a la biblioteca así que estaría prácticamente sola, y con la bibliotecaria, pero a quien le importa.

Al llegar a la entrada sintió que su corazón le subía a la garganta, como un acto de reflejo se ocultó detrás de la puerta, respirando rápido. Cuando ya estaba levemente calmada, aspiró profundo y asomó la cabeza para observar nuevamente. En unas mesas más lejos estaba Kim Minji, de espaldas, pero Hanni podía reconocerla. Digamos que era bastante fácil reconocer ese cabello castaño entre todos los estudiantes.

¡Aparte era Kim Minji!

Se preguntaba en que momento le había tomado importancia a lo que vestía Minji, y eso que solo la había visto una vez en el día.

Hanni sintió la tentación de irse, estudiaría otra tarde y así comería helado en casa de amiga. Pero ella quería estudiar, no se iba a privar de hacerlo solo porque la tonta de Kim Minji estaba en la biblioteca.

Bastaría con ignorarla y ya, no tenía por qué sentirse cohibida por ella de todas formas. La perdedora era la castaña, no ella.

Con la barbilla en alto y la espalda recta, para mostrarse segura, fue hasta una de las mesas junto a la ventana. En ningún momento observó a Minji, no le daría la satisfacción de que la chica de ojos marrones fuera consciente de la atención extra que le daba la pelimorada. Con orgullo abrió su libro de cálculo y empezó a estudiar, anotando las fórmulas.

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