Roomies ♡ Xavier Thorpe

XII

Dedos estaba en mi habitación, con mi mochila, por suerte.

- Dedos, hola. - Dedos me saludó, me acerqué a él y ví si aún mi mochila tenía el archivo de mi padre.

Estaba ahí.

Me alivié por completo. En un rato más vamos a ir a la terapia familiar, les voy a jurar algo: no va a terminar nada bien.
Lo digo porque ya lo hemos hecho varias veces, ninguna dio al caso.

Llegamos en la limosina que trajeron con mis padres.

Una mujer rubia salió de un edificio.

- Hola, bienvenidos, adelante. - Dijo esa mujer, que supongo que es la terapeuta de mi hermana. Mis papás entraron y nosotras fuimos las que entramos últimas. Nos sentamos en un sillon y la mujer en frente de nosotros. - Bien, ya que estamos todos reunidos, ¿Que les parece, cómo viven sin Merlina ni Kristin? - Todos se callaron por un momento.

- Nunca creí extrañar como me torturaban.

- Sí, para nosotros también ha sido una tortura vivir sin Merlina. - Dijo mi madre, como siempre, no mencionandome.

- Sí, y Kristin. - Dijo Pericles. Sacando algo de un plato de vidrio y comiéndoselo.

- Mhm. Y Kristin. - Dijo falsamente mi madre, al escuchar eso, sentí de nuevo esa ola de angustia que me causa mi madre. Ahora me sentí de lo más mal, recordé lo que me dijo Xavier, pero no sirvió.

- Bien, padre, madre - Dije parándome. -, ¿Por qué padre es acusado de homicidio y por qué el sheriff lo odia tanto? ¿Quién es Garrett Gates? - Les mostré el archivo abierto. Merlina estuvo atenta a lo que decía y al archivo.

- Woow... - Dice mi hermano, que sigue tragandose esas cositas que habían en el plato.

- Ya no hay cargos, Kristin. Hace mucho tiempo no hay cargos. - Dijo mi madre, quien tenía una cara de enojo, y mi padre estaba preocupado.

- ¿No me piensan decir? - Dije en un tono que no es vulgar, si no un tono calmado.

- No, Kristin, eso es cosa del pasado y ya esta olvidado.

- Eso no es lo que dice el sheriff. - Dice Merlina, que estaba sonríendo levemente.

- Que no, Kristin. Además, no es el lugar adecuado para hablar de esto.

- De hecho, es el lugar perfecto. - Dijo la terapeuta.

- Oiga... - Le dice mi madre. Por lo que ella se calla. - Kristin, no te diré nada porque no te importa y no te lo mereces, lamento una y más veces al día por haberte tenido, ¿y ahora me molestas por algo que está en el pasado? ¿¡No crees que es mucho!? - Gritó mi madre. Me siento juzgada, humillada y despreciada.

- Lo sé madre, si fuera por tí, me lo dirías TODO el tiempo, pero madre, si no me dices lo que pasó, te prometo, que lo descubriré yo misma. - Dije y me fui, no quería que se me salgan las lágrimas en frente de mi madre, no quería que ella sientiera la satisfacción de verme llorar. Merlina me siguió.

- ¿Cómo sabías lo de nuestro padre? - Empezó a caminar al lado mío, tendré que aguantarme más tiempo las lágrimas.

- Mm, Tyler me dió el archivo esta mañana. Me dijo que te lo pasara.

- Y no lo hiciste.

- No me hizo jurarle. No siento culpa.

- Bien, ¿Quieres ir sola a la escuela?

- Mhm. - Ella asintió y se fue. Merlina no sabe consolar a la gente, pero si da mucho espacio cuando alguien lo quiere.

De camino a la escuela, lloré, lloré porque mi madre me odia y nadie hace nada al respecto. Pero en realidad, no se puede hacer nada al respecto. Si no me quería, ¿Por qué me tuvo? Hubiera sido genial no haber nacido. Me sentí vacía, caminando sola en la calle.