Un deseo único que anhelo cumplir por ti, verte con esa bella sonrisa que caracteriza tu rostro cada vez que me ves cerca, un revuelco en mi estómago como si fuera un adolescente nuevamente, me haces sentir como una persona nueva.
Pero no quiero se...
Ha pasado un largo tiempo desde que conoces al gigante enmascarado, de por sí, ustedes mantienen una relación un poco más allá de lo laboral
Durante ese período, se veían diariamente, se saludaban e incluso comían juntos a la hora de almuerzo, era tanta la habitualidad que a veces se visitaban para ir a pasear por la instalación de noche.
Pero con el tiempo, sugirieron integrarte al Task 141 por tu gran destreza en el campo y buena habilidad de combate. Cuando te enteraste de aquella noticia, quedaste muy impresionada, no eras alguien que recibiera elogios en su trabajo.
Y mucho menos que te consideraran óptima para poder entrar a un escuadrón de buena fama con excelentes integrantes.
König fue el último en enterarse de la noticia, tus compañeros te elogiaban y felicitaban por un gran logro.
El se enteró por uno de sus compañeros el mismo preguntándole si ya se había despedido de tí, ya que los verías a todos con mucha menos constancia.
De alguna manera aquello le apretujo el corazón de mil y un formas, él no quería que te fueras, aún que estaba muy contento con tu logro, le parecía fatal la idea de que lo dejarás, su único lugar seguro.
Al enterarse de eso fue a paso rápido hacia tu habitación esperando no llegar tarde sin haberse despedido.
Con el corazón en la mano abrió de golpe la puerta de tu habitación encontrando la totalmente desalojada.
Su corazón se rompió, te habías ido sin avisarle y mucho menos sin despedirte, estaba triste y muy desanimado. Con unas ganas de llorar se las aguanto y recorrió tu habitación por última vez.
En la pequeña mesita de noche vio una foto encima, tenía una excusa para ir a verte. Pensó.
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Paseabas sin rumbo como habitualmente lo hacías con König, era relajante el poder sentirse el uno al otro con solo la presencia. Las noches de luna llena eran tus favoritas, daban un hermoso espectáculo desde un lugar que solías llevar a tu acompañante cada vez que podían salir a pasear.
La primera vez que lo descubriste te quedaste hasta que amaneció en toda la instalación, era un lugar muy tranquilo y lleno de sonido animal.
Las nubes abrazaban a la luna con ferocidad, anunciando que estás pasarían por encima de ella.
Era todo tan tranquilo.
König miraba tu rostro fijamente, yacía un tiempo venía sintiendo cosas por ti, pero el miedo lo invadía cada vez que podía. La sensación de arruinar todo lo que llevaban trabajando juntos se echaría a perder por su culpa, pensaba él.
Con el pasar del tiempo lo aguanto bastante, pero detrás de eso estaban más de mil intentos por dejar esos sentimientos, pero solo lo empeoraba más.