Alba POV
El despertador sonó a las seis de la mañana, como cada día. Me enfundé en ropa deportiva y me puse a pedalear sobre la bicicleta estática.
Tras una hora de pedaleo, me duché, me puse el traje, desayuné y salí hacia el trabajo.
Natalia POV
Los rayos de sol cubrían mi rostro. Abrí mis ojos y miré el reloj de la mesilla.
Las nueve menos veinte.
Tenía veinte minutos para asearme, vestirme y llegar a la oficina.
Diez minutos fueron suficientes para asearme y vestirme. Así que corrí hacia el Starbucks que había cerca de las oficinas.
Al llegar a la cafetería, vi que estaba a rebosar de gente, y nada más tenía cinco minutos para pedir y salir hacia las oficinas, las cuales quedaban al otro lado de la calle.
-Natalia, toma-.
La voz de la nueva empleada del Starbucks me llamó.
Me acerqué a ella, saltándome toda la cola, recibiendo caras de mal gusto por parte de los clientes.
-Aquí tienes, tus dos con leche. -Me extendió mi pedido de siempre-.
-Me acabas de salvar la vida, gracias. -Respondí dejando el dinero sobre el mostrador y agarrando los dos vasos-.
Salí del establecimiento medio corriendo, para llegar a tiempo a las oficinas.
Me metí en el edificio, y antes de que se cerrase el único ascensor del edificio, corrí y me metí como pude, con la mala suerte, que me derramé uno de los cafés, al impactar con uno de los empleados de allí.
Alba POV
-Hola Abril. -Saludé a través de la llamada telefónica. -¿Qué tal mi escritora favorita? ¿Has pensado en lo que hablamos? Por qué tengo razón.... Abril, la gente está pelada de pasta, y necesita que alguien de confianza le diga "Oye no veas CSI Miami, mejor lee el libro de Abril. Y ese alguien es Otto. -Me adentré al interior de la oficina, con la hora pegada al culo, pero siendo puntual como siempre. -Abril, la verdad es que todas las novelistas hacen promoción.-.
Natalia POV
-Déjame tu camisa. -Le dije a uno de los trabajadores de la planta-.
-Anda ya..-.
-Los yanquis contra Boston. Dos entradas a cambio de tu camisa... Tienes cinco segundos. -Miré hacia el pasillo, por donde mi jefa estaba apunto de aparecer-.
Nos encaminamos hasta los baños, y nos intercambiamos la camisa. Salí del baño, y pude ver a mi jefa salir del ascensor. Tan estirada como siempre.
Tan "tía con un palo en el culo".
En la planta se hizo silencio absoluto, cada uno se centró en su trabajo. Mientras que yo me adentraba en su despacho para esperarla.
-Buenos días .-Saludé cuando la vi entrar por la puerta de su despacho. -Tiene una conferencia...-.
-Sí, sobre la colección de primavera, ya lo sé. -Terminó la frase mientras agarraba el vaso que le estaba tendiendo-.
-Una reunión a las nueve. -Le recordé-.
-Oye, Llamaste a... em... como se llama... Esa de las manos feas-.
-Jane-.
-Sí, Jane.-.
-Sí, la llamé, y le dije que si no entrega el original a tiempo, no le darán fecha de publicación. A, y llamó su abogado de inmigración, dice que es fundamental...-.
ESTÁS LEYENDO
Kairós 「Albalia」
RomanceAlba es una poderosa y estricta editora de gran éxito de Nueva York, que por un problema con su visado, de repente se enfrenta a ser deportada a Canadá, su país de origen.