Capítulo 6

302 25 4
                                    

Alba POV

Dormía plácidamente, hasta que me desperté agitada.

-¿¡Dónde estoy!? -Susurré levantando medio cuerpo de la cama y viendo que aún seguíamos en la casa de la morena. -Qué hora es. -Susurré mientras agarraba el reloj que había sobre la mesita de noche, con la mala suerte que piqué uno de los botones de las persianas-.

La persiana comenzó a subir, agarré el mando rápidamente, y apreté otro botón, ya que no sabía cual de los botones había tocado, las otras persianas comenzó a elevarse, haciendo que la claridad del día entrase a la habitación.

-Mierda, no, no, no... -Decía mientras toqueteaba los botones-.

Hasta que finalmente toqué uno de los botones, el cual hacía parar todo.

Me incorporé y gateé hasta el otro lado de la cama, para mirar si la morena aún dormía.

Y efectivamente, dormía plácidamente bajo sus mantas. 

Volví a gatear sobre la cama, hasta la almohada. Giré mi cara hasta la otra mesilla, donde descansaba un pequeño espejo.

-Uf... Qué cara... y que pelos....-.

Agarré un peine que había sobre la mesilla, y me desenrede por encima el pelo, a continuación, agarré un bote de gloss que estaba junto al peine, y me lo unté por los labios.

Finalmente cerré mis ojos, y me dejé caer sobre la cama.

Pero tres golpes hicieron que mi alma se me saliera del cuerpo.

-Servicio de habitaciones. -Escuché que decía María al otro lado de la puerta. -El desayuno para la parejita-.

-Natalia, Natalia. -La llamé susurrando-.

Pero la tía ni siquiera movió un solo pelo.

-¡Natalia! -Pero nada-.

Así que agarré uno de los cojines de la cama, y se lo lancé a la cara.

-¡Natalia, tu madre está en la puerta! -Le susurré. -¡Levántate y ven aquí!. -Le exigí. -Un momento -Grité para que María lo escuchase-.

Ella se metió a mi lado, pero antes de tumbarse me miró.

-Espera... ¿Te has maquillado?-.

-¿Qué? ¡No! -Exclamé medio susurrando-.

-¿Qué hacemos?-.

-Shh, abrázame, abrázame-.

Nos tumbamos de lado y Natalia me abrazó por la espalda, quedándonos en la famosa postura de la cucharita.

-Puedes pasar -Habló la morena-.

La madre abrió la puerta y se adentró con una bandeja llena de alimentos.

Ambas como auto reflejo, nos separamos y apoyamos las espaldas en el cabecero de la cama.

-Qué bien huelen los rollitos de canela. -Habló la morena-.

-No tenías que haberte molestado-.

-Nah, ya eres de la familia. -Contestó María. -No es ninguna molestia. -Agarró el mando y abrió todas las persianas de la habitación-.

-Eh, ¿Hay sitio para uno más? -Mikel, el padre de Natalia, apareció por la puerta de la habitación-.

-Oye, ¿Podemos dejar la reunión de familia feliz para otro momento? -Habló la morena. -Es que acabamos de despertarnos-.

-Es que tu madre y yo, tenemos una propuesta que haceros, y a mí me parece una maravillosa idea-.

-¡Queremos que os caséis aquí mañana! -Exclamó María cogiéndonos por sorpresa-.

Kairós 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora