Alba POV
Dormía plácidamente, hasta que me desperté agitada.
-¿¡Dónde estoy!? -Susurré levantando medio cuerpo de la cama y viendo que aún seguíamos en la casa de la morena. -Qué hora es. -Susurré mientras agarraba el reloj que había sobre la mesita de noche, con la mala suerte que piqué uno de los botones de las persianas-.
La persiana comenzó a subir, agarré el mando rápidamente, y apreté otro botón, ya que no sabía cual de los botones había tocado, las otras persianas comenzó a elevarse, haciendo que la claridad del día entrase a la habitación.
-Mierda, no, no, no... -Decía mientras toqueteaba los botones-.
Hasta que finalmente toqué uno de los botones, el cual hacía parar todo.
Me incorporé y gateé hasta el otro lado de la cama, para mirar si la morena aún dormía.
Y efectivamente, dormía plácidamente bajo sus mantas.
Volví a gatear sobre la cama, hasta la almohada. Giré mi cara hasta la otra mesilla, donde descansaba un pequeño espejo.
-Uf... Qué cara... y que pelos....-.
Agarré un peine que había sobre la mesilla, y me desenrede por encima el pelo, a continuación, agarré un bote de gloss que estaba junto al peine, y me lo unté por los labios.
Finalmente cerré mis ojos, y me dejé caer sobre la cama.
Pero tres golpes hicieron que mi alma se me saliera del cuerpo.
-Servicio de habitaciones. -Escuché que decía María al otro lado de la puerta. -El desayuno para la parejita-.
-Natalia, Natalia. -La llamé susurrando-.
Pero la tía ni siquiera movió un solo pelo.
-¡Natalia! -Pero nada-.
Así que agarré uno de los cojines de la cama, y se lo lancé a la cara.
-¡Natalia, tu madre está en la puerta! -Le susurré. -¡Levántate y ven aquí!. -Le exigí. -Un momento -Grité para que María lo escuchase-.
Ella se metió a mi lado, pero antes de tumbarse me miró.
-Espera... ¿Te has maquillado?-.
-¿Qué? ¡No! -Exclamé medio susurrando-.
-¿Qué hacemos?-.
-Shh, abrázame, abrázame-.
Nos tumbamos de lado y Natalia me abrazó por la espalda, quedándonos en la famosa postura de la cucharita.
-Puedes pasar -Habló la morena-.
La madre abrió la puerta y se adentró con una bandeja llena de alimentos.
Ambas como auto reflejo, nos separamos y apoyamos las espaldas en el cabecero de la cama.
-Qué bien huelen los rollitos de canela. -Habló la morena-.
-No tenías que haberte molestado-.
-Nah, ya eres de la familia. -Contestó María. -No es ninguna molestia. -Agarró el mando y abrió todas las persianas de la habitación-.
-Eh, ¿Hay sitio para uno más? -Mikel, el padre de Natalia, apareció por la puerta de la habitación-.
-Oye, ¿Podemos dejar la reunión de familia feliz para otro momento? -Habló la morena. -Es que acabamos de despertarnos-.
-Es que tu madre y yo, tenemos una propuesta que haceros, y a mí me parece una maravillosa idea-.
-¡Queremos que os caséis aquí mañana! -Exclamó María cogiéndonos por sorpresa-.
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Kairós 「Albalia」
RomanceAlba es una poderosa y estricta editora de gran éxito de Nueva York, que por un problema con su visado, de repente se enfrenta a ser deportada a Canadá, su país de origen.