Capítulo 8

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-Ey, Abuela. -La saludé con un beso en la mejilla-.

-Que guapa estás mi niña. -Me susurró mientras me miraba de arriba a abajo-.

Los invitados iban pasando y cogiendo sitio. Mientras que yo esperaba a la rubia en el altar.

Mi padre entre los invitados me miraba con rabia.

Lo ignoré cuando escuché las primeras notas de la canción que la rubia había escogido para caminar hacia el altar.

Georgia, wrap me up in all your
I want you in my arms
Oh, let me hold you
I'll never let you go again like I did
Oh, I used to say

La canción Until i found you - Stephen Sánchez, sonaba por todo el granero.

Alba apareció por la puerta, dejándome ver que iba vestida con el vestido de la familia. Su pelo estaba perfectamente peinado. Y su maquillaje hacían resaltar sus grandes orbes dorados.

Definitivamente estaba preciosa.

La abuela se acercó hasta ella y le ofreció su brazo, para así caminar juntas hacia el altar.

Aquella imagen me puso la piel de gallina. Y es que por primera vez en la historia, estaba empezando a confirmar, lo que tanto miedo tenía que pasara. 

Cuando llegaron al altar, Alba se soltó del brazo, y dejó un tierno beso en la mejilla de mi abuela. Se giró y agarró mi mano, para así ayudarse a subir al altar.

Alba POV

Me agarré de su mano y finalmente subí al altar.

El cura apareció dejándome ver.

Espera.

¿Ramon?

-Siéntense por favor. -Pidió a los invitados-.

Este señor trabajaba en todas partes, era omnipresente.

-Ramon. -Le sonreí al verlo ahí. Ya nada me sorprendía-.

-Mi amor. -Me sonrió. -NOS HEMOS REUNIDO AQUÍ HOY PARA AGRADECER, Y CELEBRAR, UNO DE LOS MEJORES MOMENTOS. RECONOCER DELANTE DE LA FAMILIA, LA BELLEZA, LA SINCERIDAD, Y LA GRAN GENEROSIDAD, DEL AMOR VERDADERO QUE HAY ENTRE NATALIA Y ALBA-.

Mi mirada fue hacia la de la morena, y conectamos por unos minutos.

-POR QUE FUERON SU FAMILIA Y SUS AMIGOS, LOS QUE LE ENSEÑARON A NATALIA Y A ALBA A AMAR. COMO ERA DE ESPERAR, LA FAMILIA Y LOS AMIGOS, ESTÁN TOD...-.

Levanté mi mano, para así parar la misa que Ramón estaba gritando.

-Mi amor, ¿Quieres preguntar algo? -Susurró Ramon-.

-Me gustaría decir algo. -Le susurré-.

-Alba. -Susurró la morena-.

-Déjalo para luego. -Susurró Ramon-.

-No...No-.

Giré mi cuerpo y vi como todos los invitados tenían su mirada fija en mi.

-Hola, muchas gracias a todos por venir. Tengo algo importante que anunciaros, sobre mi... Sobre la boda... Una confesión en realidad-.

-Cállate. -Susurró la morena-.

-Soy Canadiense. Me caducó el visado, y me querían deportar. Y como no quería marcharme de su maravilloso país, forcé a Natalia para que se casara conmigo-.

-Alba, ya basta. -Volvió a susurrar Natalia-.

-Sí, Natalia es una extraordinaria trabajadora. Al parecer lo aprendió de ti. -Llevé mi mirada a su padre. -Durante tres años, he trabajado más que nadie en nuestra empresa. Y sabía que si la amenazaba con destruir su carrera, podría ser capaz de cualquier cosa. Así que aceptó venir aquí, para mentiros, por que la verdad es que la chantajeé. Lo siento. Creí que seria fácil, pero me equivoqué. No es fácil arruinar la vida de personas maravillosas. -Una lágrima brotó por mis ojos. -Tenéis una familia estupenda, no permitáis que esto os separe. A sido culpa mía-.

Kairós 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora