Hoy iría de campamento con la familia de Camila, iba a ser muy raro por que solamente iria la familia, nada de amigos, pero Camila insistió en invitarme.
Con ella somos... ¿un casi algo? No lo se pero, estar con ella es estar en las nubes, es una de las personas más hermosa, dulce, tierna, atenta, alegre y miles de adjetivos más.
Nadie sabe de lo que tenemos pero creo que su hermana menor, Sofia, está empezando a sospechar.
Al llegar a su casa toque, aunque tengo llave y Camila me dice directamente que pase, soy muy vergonzosa como para hacerlo.
- _____, te puedo jurar que si la próxima vez que vienes, tocas y no entras no te dejo pasar. — Sentí los gritos de Camila desde adentró.
Cuando me abrió la puerta me vio seriamente y yo simplemente le di una sonrisa de niña buena que no mataría ni a una mosca.
- Yo ya te dije que no voy a pasar como si fuera mi casa, mira si justo esta tu madre o tu padre y me ven llegar como si fuera mi casa. ¿Sabes lo vergonzoso que seria para mi?
- Ash, pasa de una vez por todas.
- De acuerdo. Cami. — Cuando pase por su lado deje un beso fugaz en su mejilla.
- Si vas a besarme aslo bien. — tiro de mi hacia atrás para poder darme un beso lleno de amor. Tal cual como los que ella sabe dar.
- ¡Camila! ¡¿Puedes apurarte?! — apenas escuchamos el sonido de la voz de Sofia la empuje para que se separe de mi. — Oh, Luli, no sabia que estabas aquí. — sip, ella me llama Luli ya que mi segundo nombre es Lucila.
- Pues aquí estoy pequeña Cabello. — Dije acercándome para poder saludarla con un beso y un abrazo.
- Ven, vamos al comedor, allí están mamá y papá. — Dijo para después empesar a jalarme de mi brazo guiándome.
- Uhm, de acuerdo, ¿vienes, Cami?
- voy detrás de ustedes dos.
Al llegar al comedor Sofia me soltó y fue a sentarse serca de sus padres.
- Señor Cabello, Señora Estrabao, es un placer verlos de nuevo. — Dije acercando lentamente hacia ellos para poder saludarlos.
- ¡_____! Estábamos esperándote, y ya hablamos sobre cómo nos tienes que llamar. — Dijo la madre de Mila.
- se lo se pero es por costumbre y respeto.
- Es un caso perdido contigo, no es así. — Dijo el padre de Mila ahora. Ese hombre es una figura paterna para mi ya que desde pequeña que no tengo uno.
- _____, acompáñame a buscar algo a mi habitación. — Dijo tomándome del brazo y guiandonos hacia arriba.
Llegamos a su habitación, cerro su puerta con seguro, me estampó contra ella y comenzó a besarme apasionada y lujuriosamente. Fue descendiendo hasta mi cuello dejando alguna que otra marca.
- Camila... - Dije en un jadeo. — Tus padres y tu... hermana están abajo... pueden subir en cualquier momento.
- Pues que suban y se enteren de que eres completamente mía. — Dijo descendiendo sus manos hasta mi cintura con intención de bajar mi pantalon.
- Prometo que... si paramos ahora... en la noche... te lo recompenso. — Dije para mirarla.
- Es una oferta tentadora, señorita Monacky. — Dijo para empesar a jugar con el elástico para después tirarlo para abajo y empesar a quitarme la parte superior del pantalón para dejar al descubierto mis bragas. — Pero... creo que la usaré en otro momento.
Empeso a estimular mi clítoris sobre la tela, logrando sacarme jadeos y algunos gemidos.
- Camila... pa- uhmm. Dios, esto... esta mal, t-tienes que pa- ahh — hable al sentir como introducía dos dedos dentro de mi.
- ¿Que me querías pedir, linda?
- Eres una- ahh, si uhmm, no pares, por fa-
Reaccione que lo que estábamos haciendo esta mal, aunque encerio tengo ganas, abajo están sus padres y hermanas y ella es muy chica para dejarla traumada tan pronto.
Se que me iba a arrepentir de esto pero tenia que hacerlo.
- Ahh, Mila, pat-para. — Agarro su mano y tire hacia abajo para sacar sus dedos de dentro mío para que de una ves por todas parecemos.
- ¿Encerio haces esto para que mi familia no te oiga?
- No quiero que tu... hermana quede traumada desde pequeña. — Dije acomodandome mis bragas totalmente mojadas seguidas de mi pantalón.
- Sabes que a la noche no te salvas de mi, ¿no es así?
- Lo sé, pero... quiero arriesgarme...
Esta mujer va a volverme loca.
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