Capítulo 03

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Aún si había pasado solo un día desde las ocurrencias en el living, todos los habitantes que la habían presenciado podrían jurar que al menos tres habían pasado.

Tenían esa sensación de cansancio que uno tiene un miércoles tan pesado, que creen que no jueves, pero viernes sería el día siguiente, o eso esperan con toda su alma.

En estos instantes, Jeffrey parecía haberse olvidado de absolutamente todo, dormido en el sofá que Nina había manchado y más tarde por orden de Slender, limpiado. Roncaba con una almohada encima de su cabeza, ropa cómoda de casa, y sin tener idea que en la cocina, se estaba discutiendo sobre él.

Se intercambiaban miradas, o bueno, eso parecía.

Había un par de individuos que pertenecían a la casa, otros que no.

Slenderman y Eyeless Jack, Liu y Laughing Jack.

Los cuatro parecían en su propio mundo, pero en realidad, todos tenían razones de presencia compartidas.

Había comenzado por Liu llegando a la casa.

Liu: Vine a ver si Nina sigue viva, lo de ayer se veía... complicado

Fue lo que dijo al llegar a la casa, Sally había abierto la puerta, así que la entrada le fue permitida, ¿Cómo no? Si el hermano de la máquina de desastres estaba en casa, Jeff tal vez no la molestaría demasiado. Sólo que Jeffrey no la había estado molestando durante las horas pasadas al tema del osito, se veía más tranquilo.

Mejor dicho, distraído.

Jack ni siquiera tocó la puerta, su presencia fue anunciada no sólo por la nube de humo que aparecía cuando se teletransportaba, tanto en el sitio donde iba, como del que se esfumaba, sino también por los gruñidos de Smile, quién estaba casualmente durmiendo en el pasillo de entrada, y no dudó ni dos segundos en comenzar a morder los ropajes del payaso.

Las ropas de Jack eran parte de su cuerpo.

Cuando los alaridos caricaturescos de la criatura se terminaron, Laughing Jack había logrado que Smile le soltase el borde del pantalón, pero no que el perro le dejara en paz. Los habitantes del hogar oyeron unas botas de tacón corriendo siendo perseguidas por las pesadas y enormes patas del perro rojo.

No duró demasiado, Slenderman apareció en frente del ser monocromo, haciendo que se detuviera, para luego alzar una mano, provocando el ladrido del chucho, quién entendió de inmediato, moviendo su cola, para retirarse por donde vino.

Laughing Jack: Uf, gracias Slendy

Slenderman: ¿Qué haces aquí?

Creería que le irían a recibir con un poco de buena onda, pero no, la primera cara en cruzarse con el bufón, fue justamente una en blanco, sin expresión alguna. Apenas oyó la voz de su salvador en su cabeza, fue que alzó la mirada para verle mejor, cruzando sus brazos y balanceándose en sus tacones con una sonrisita simpática.

Laughing Jack: Venga... ¿Así es como saludas a un viejo ami- woah, woah, no vine a molestar.

Tuvo que cortar su amistoso discurso al notar las extremidades oscuras asomándose desde la espalda del larguirucho, levantando las manos en señal de rendirse.

Slenderman: Lárgate de aquí, ahora.

Laughing Jack: Está bien, está bien, no hace falta ponerse agresivos con esas cosas...

Se refería a los tentáculos, de los cuales era un poco complicado escapar una vez te agarraban. Jack desapareció del ambiente, por completo. No había ni rastro de su presencia.

Y eso no era bueno.

Slenderman: Sé que sigues así, a la próxima, tira una bomba de humo para disimular, al menos

El harem yaoista de Jeff the killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora