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Seguimos sentados en los bancos, pero esta vez estamos ambos en uno solo, a solo unos centímetros de distancia. Estaba nerviosa por lo que había dicho, pero quiero saber quién es y porque quiere estar tanto conmigo.

—Empieza de una vez— dijo con los ojos achinados y voz grave, cada vez que hablaba era un placer escucharlo.

—Bien, solo déjame pensar en qué preguntar primero.

Él apoya su brazo en su pierna y su cabeza en su mano. Se veía cansado y adorable, en sus manos se veían las venas muy marcadas.

—Ya.

—Por fin— dijo impaciente.

— ¿Quién era la morocha del café?— dije entrecortada.

Qué carajos acabo de preguntar, sin dudarlo me puse colorada, no lo podía evitar. Él empezó a reírse sin parar, mis ojos lo miran porque aunque no sabía lo gracioso, él se veía muy lindo. Su sonrisa era muy perfecta.

—Qué pregunta estúpida.

— ¡Responde! — le grité avergonzada.

—Mi modelo.

— ¿Modelo?— preguntó en voz alta, sin querer.

— ¿Te importa?

—Pensé en voz alta— dije apenada.

—Diseño ropa, ella fue a ver cuál será su nuevo atuendo para la competición de fin de mes. Él me estaba dando explicaciones de quién era ella. Creo que voy a arruinar todo esto... —Esto es raro, es...

— ¿Raro?— dice extraño.

—Mejor me voy— dije algo rápido y tomé mi mochila, corrí lo más rápido que pude fuera del instituto. Soy una estúpida, ¿Y si es como en las películas?, y si hizo una apuesta con Andrew de si es capaz de enamorarme rápido, aunque si es eso, maldito Hunter ganaste...

(...)

No hablamos por un mes, solo cruzábamos las miradas en los pasillos del colegio y en las clases. Él lucía más serio y más apagado que antes, o creo que siempre estuvo igual. Admito que cada vez que lo veía quería volver a esa aula y preguntarnos cosas, pero a la vez era muy pronto, nos conocíamos demasiado pronto.

—Hola, Maybe— escuché la voz de Evangeline.

Ella no sabe de lo que pasó, pero sé que algo sospecha porque ya me ha preguntado varias veces lo que pasó después de la cafetería, pero mis respuestas son siempre las mismas, son un nada, nunca pasó nada, y una sonrisita falta.

—Hola, ¿cómo estás?—pregunté dulcemente.

Evangeline busca algo en la mochila.

—Tengo el trabajo de física, ¿Lo hacemos juntas?

—Claro—sonreí.

De repente aparece Andrew.

—Fiesta en mi casa—dice agarrando del hombro a Evangeline.

—Mejor vete— dije con asco.

—Sí, y no me toques—dijo Evangeline sacando la mano de su hombro.

—No te hagas mala sangre, ven— susurra en mi oído.

—Lo vamos a pensar— mi voz cambió y la cara de Evangeline también.

Cerré el casillero. Ir a la fiesta de Andrew no sonaba tan mal, algo de alcohol nunca está de más.

La clase de física por un momento en mi mente se detuvo cuando uno de los chicos de atrás dejó caer un papelito sobre mi mesa, este decía "¿cita?", mi risa fue lo único que se escuchó en el salón, pero duró solo un segundo, ya que Hunter tiró líquido en los pantalones a Andrew.

Lo Que Daría.. Por Haberte Conocido Antes. (no corregido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora