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—Hunter sé que nos conocemos muy poco pero—hable pero me interrumpió saltándose de los brazos.

Desvió su mirada para otro lado.

—Ya lo sé, ¿Es patético no?— trago saliva— sos la primera chica que no es una imbécil, necesito de vos para estar bien, ¿Sabes lo difícil que es que tu estabilidad dependa de una persona que no conoces?

—La verdad es que no...

—Es muy doloroso. No te lo deseo.

—Te acompañaría ahora y siempre— lo abrace de nuevo.

Apoyó sus manos cálidas en mi espalda, estaba temblando, realmente él estaba mal. Su familia parecía muy lujosa pero algo desatenta en sus sentimientos.

Quería que él tuviera a alguien que lo sepa amor pero yo no sé lo que es amor sin importar lo que pueda llegar a pasar y no quería decepcionar.

—Lo siento...

Me soltó y tomó su bolso.

—Yo necesito descubrir el pasado de mi familia, vos y yo, mejor dicho, esto es muy rápido, no hay un nosotros...

Me tomo de la mano y nos fuimos a la parte trasera de la casa, tu rostro está tenso y apagado tal idéntico como el primer día que lo vi.

—Evita que te vean, vete por allá—dijo señalando un lado de la calle.

—A donde iras Hunter—le grite ya que estaba a unos metros de distancia.

—Nunca debí involucrarme en esto Maybe...Solo vete—dijo sin girar.

Tuve que irme a mi casa caminando pero a mitad de camino tomé un uber que me condujo hasta casa. Allí no había nadie, solo uno de los perros de mi tía.

Me acosté sin dejar de pensarlo, cada minuto duraba el doble de segundos. ¿Eso quería él?, todo este tiempo quería que lo acompañara pero porque confiaba tanto en mí, quiero tenerlo cerca pero quizás después de todo solo me odie.

Pasaron unos 10 minutos y no paraba de moverme por toda la casa hasta que pensé en la cafetería. Él nunca se iría sin un café de sus favoritos.

Volví a pedir un uber y como pude armé un bolso, le deje una nota a mamá diciendo:

Vete de este puedo si quieres pero déjame buscar la felicidad.

Llego el auto y cuando llegue, allí estaba, sentado con un abrigo negro sus pelos todos despeinados y sus labios rojizos por el calor del café que estaba tomando. Entre y las meseras me preguntaron si quería una mesa, conteste que no la necesitas y agradecí con ternura para luego ir a buscarlo.

Me senté frente a él sin hablar, él sólo bebía café, corrió la mirada hacia otro ángulo porque sabía que mis ojos buscaban una respuesta en su mirada.

—Te necesito en esta vida y en mil más...

Logre tener su atención y me miró con una mirada oscura y fría.

—No necesito tu lastima.

Agarré su mano y apreté con fuerza. Trague saliva.

—Quiero quedarme contigo, de verdad te quiero, y no por inercia o por que hayas creado una necesidad mía hacia ti- trate de mantenerme firmé— quiero acompañarte porque amo tu compañía, porque tu sonrisa me hace feliz, y por qué puedo ser yo misma a tu lado sin importar lo que opinen los demás al respecto, te quiero porque simplemente me haces bien y estoy a gusto con eso. —pude respirar.

Él se quedó quieto haciendo que me pongo más ansiosa que antes, hasta que apretó mi mano.

—No tengo palabras para describir lo que siento ahora o para contestar eso, yo..

Lo Que Daría.. Por Haberte Conocido Antes. (no corregido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora