Era nuestro hogar... pero aun así debíamos de huir lo antes posible.
Un albino y un azabache estarían tras ese chico de un año menor que ellos, ¿qué tenia el de especial como para que con una sonrisa deje a 2 personas con mariposas en el estómago...
Pov: Victor Emma y Oliver les explicaron mi historia a los demás para que no me quisieran tener de rehén otra vez. No dimos muchos detalles de lo que tenía o el porqué no había muerto, pero parecieron convencidos en que no les haría daño. Yo también me dispuse a hablar, incluso se presentaron y pidieron disculpas, aunque creo que lo que realmente les hizo cambiar de opinión sobre mi, fue que Oliver mantenía su mano sobre mi hombro o acariciando el cabello de mi nuca de vez en cuando. Eran 9 miembros en total.
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Oliver comenzó a hablar sobre el lugar, al parecer era un patio de juegos donde traían a niños para que los demonios se divirtieran cazando y así sacando sus instintos salvajes. Incluso reponían las pérdidas trayendo más niños y dando armas y municiones.
Todos eran de una de las granjas de humanos de alta calidad, Grand Valley. Excepto por Oliver que era el primero y único de Grace Field.
Oliver era el que mas hablaba y nos explicaba la situación, Emma permanecía atenta y a la vez pensativa, mientras que yo me quede algo embobado mirándolo, no podía despegar mi vista de el. Había momentos en que su expresión era realmente seria debido al tema del que hablábamos, pero cuando su mirada chocaba con la mía me dedicaba una leve sonrisa haciendo que las "cosquillitas" en el estómago aparecieran una y otra vez.
Oliver: muchos de nuestros compañeros fueron a luchar con estos a mano... -dijo con un arma en mano observándola con una expresión seria- y así, muchos más niños no pueden ser instruidos a tiempo. Antes de que siquiera comprendan que está pasando, no pueden ni sostener un arma, ellos pierden sus vidas -soltó un suspiro, el enojo y la impotencia que sentía se notaba a kilómetros- esos monstruos... en este lugar... han matado, y matado, y matado
Dejó el arma con brusquedad y una mirada que almacenaba odio puro. Me asustó por un segundo el movimiento tan repentino.
Oliver: ¡e incluso así! Soportamos la muerte rodeándonos constantemente, y encontramos razones para seguir viviendo -me miró, por alguna extraña razón logró dejarme estático- por lo que... -volvió hacia el frente- vamos a destruir este lugar con nuestras propias manos... ¡VAMOS A MATARLOS A TODOS! Cada... uno... ¡DE ELLOS! -jamás imagine verlo de esa manera, con tanto odio, si que había cambiado-
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