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Nota: este no es un capítulo como tal y no es necesatio leerlo pero queda en ustedes, hay un pequeño aviso al final del capítulo por si quieren leerlo.
Comencemos.


Narra Nico:

Después de que mi hermana Bianca y Percy se fueran me quedé prácticamente solo, fui al bosque pero me perdí, resbalé con unas ramas y me enterré una roca en la rodilla, me escondí de las arpías. Al día siguiente traté de salir del bosque pero no podía, me senté en una roca y me puse a llorar, en serio pensé que me quedaría ahí hasta morir cuando...

- Oye, ¿estás bien? - me dijo un chico que salió de detrás de un árbol - ¿cómo te llamas? - me dijo con sus ojos ambar brillantes de curiosidad - ven - yo estaba lleno de tierra y algo de sangre, pero me levanté de la roca en la que estaba sentado y lo seguí cojeando un poco hasta llegar al campamento - ¿Qué te pasó? - me preguntó apuntando a mi rodilla.

- Tropezé con una rama y caí sobre unas piedras.

- ¿Qué hacías en el bosque?

- No tenía nada que hacer.

- Hmm....oye, ¿te enseño algo increible? - me preguntó sonriendo, yo asentí.

Se agachó hasta la altura de mis rodillas, puso una mano en mi herida, cosa que me dolió un poco y empezó a cantar, su voz era suave y tranquila, me hacía sentir calmado y sereno, tanto que por un momento olvidé la herida, al terminar su canción quitó la mano y ¡me había curado! Estaba muy sorprendido, el niño se rió de mi expresión y despeinó su cabello castaño.

- Eres nuevo aquí, ¿cierto?

- Sí, llegué hace poco.

- Soy Ángel, hijo de Apolo - se presentó y me tendió la mano.

- Yo soy Nico Di Angelo, ¿hijo de..? No lo sé - respondí y estreché su mano.

Nos hicimos amigos después de eso, le enseñé a jugar mitomagia y él me enseñó sobre pokemones y demás, era muy agradable estar con él. Cuando llegó Percy y me enteré de que mi hermana había muerto me fui del campamento y no regresé hasta dos años después, cuando terminó la batalla.

Lo volví a ver mientras arreglaba mi cabaña, chocamos pero no lo había reconocido.

- Fíjate por donde vas.

- Como diga se... ¿Nico? - Él me reconoció primero, yo solo me quedé viéndolo tratando de recordar quién era.

- ¿Ángel? - debía admitir que se veía bien para haber terminado una guerra.

- ¡De verdad eres tú! - se lanzó a abrazarme cosa que quise pero no pude evitar, aunque en el fondo me alegraba volver a verlo - pensé que te habías ido o que habías muerto pero no, ¡Sí regresaste! - me apretó más fuerte.

- Res...pi...rar - susurré

- Oh, sí, claro, lo siento, debemos hablar - me dijo con una pequeña sonrisa, fuimos al bosque - ¿recuerdas esto?

- Como olvidarlo, me encajé una roca en la rodilla.

- No, aquí nos conocimos, cuéntame, ¿Qué has hecho? - dijo recargándose en un árbol.

- No demasiado - él me miraba atentamente como esperando que continuara, me puse algo incómodo y le dije - estaba buscando algo sobre mi familia.

- ¿En serio? - se rascó la nuca - ¿Sabes? Me enteré de lo de tu hermana poco después de que te fuiste, sé lo que es perder a un hermano, lamento mucho lo que le pasó... ¿por...eso...te fuiste? - yo desvié la mirada, si lo seguía mirando no le podría mentir.

- No quiero hablar de eso, - tonto, dos de sus hermanos murieron - lo lamento.

- ¿Qué cosa? - me miró algo confundido.

- Por tus hermanos.

- Ah sí, gracias - su expresión se tornó en tristeza, melancolía y dolor, luego cerró los ojos, suspiró y volvió a sonreir - en fin, que bueno que estés aquí, pensé. . . que no volverías - fue disminuyendo su tono de voz hasta que solo fue un susurro.

- ¿Acaso me extrañaste? - le pregunté en tono de broma pero se quedó callado, luego sonó la "alarma" de la cena.

- Hay que irnos - dijo atropelladamente para irse igual de rápido.

Al día siguiente Percy había desaparecido, Annabeth me pidió que la ayudara a buscarlo y acepté, estaba por irme pero una voz me detuvo.

- ¡Nico! - Ángel llegó corriendo hacia mí - ¿Ya... ya te vas?

- Sí - contesté y me di media vuelta.

- Espera - me detuve y lo miré - hay algo... que quería decirte - esperé a que me dijera pero se quedó callado.

- ¿Y? - pregunté impaciente.

- Mira, ni espero que respondas de ninguna manera ni creo que lo vayas a hacer - dió un paso hacia mí mientras evitaba mi mirada - espero que no me odies por esto - otro paso - Y no espero que sientas igual, solo quiero que lo sepas ya que te vas a ir y no sé cuando te vuelva a ver - terminó nesviosamente dando un último paso, estaba demasiado cerca

- Me gustas Nico Di Angelo, de verdad, desde que tenía diez años hasta ahora que has cambiado tanto... sinceramente, me dolió cuando te fuiste del campamento y por un momento pensé que era mi culpa, que había hecho algo mal, desde que te fuiste no había podido sacarte de mi cabeza, solo he estado pensando en una maneea de que regresaras, sé que no te gusto y sé que probablemente solo seremos amigos por el resto de nuestra vida pero quería que lo supieras porque no me gusta guardar cosas ni tener secretos, la verdad nunca puedo guardar secretos, siempre los termino soltando pero eso no viene al caso... - yo me quedé en shock - ¿entonces? - me miró con miedo.

Yo no sabía que decir, me quedé paralizado, era un muy buen tipo y todo pero no me gustaba - Ah, em, no, yo, me - estaba sin palabras, él se empezó a reir una mezcla entre histeria, nervios y una pizca de diversión - ¿Qué es tan gracioso? - Le pregunté enojado.

- Yo pensé que me gritarías o te irías o me darías una de tus miradas de hielo o no lo sé, todo menos esto.

- No me gustas - él solo asintió de repente más serio - y no creo que algún día lo hagas aunque eres una muy buena persona.

- Lo sé, solo quiero que seamos amigos, ¿podemos?

- Supongo.

- Bien, pero aún así te digo que no me rendiré tan fácil y...que siempre contarás conmigo - me extendió su mano y yo la estreché.

Me despedí y me fui, no nos hablamos por un gran tiempo hasta que supieron de mi relación con Will, solo me dijo que se alegraba por nosotros y que ahora entendía porqué su hermano estaba tan feliz.

Volviendo al presente, obviamente no le conté TOOOOODO a Leo, solo le dije lo más importante que era básicamente que éramos amigos y que nos separamos, no sé si aún le gusto aunque no lo creo.

Ahora íbamos a la cocina a intentar preparar comida, aquí vamos...

1087 palabras, nunca había escrito tanto aunque este capítulo solo es para agregarle un poco más de drama a la historia.


Sin más que decir, adiós, espero les haya gustado. Gracias por leer.

¿Qué Le Pasa A Will?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora