15 (Kate)

5 0 0
                                    

Me despertó una sacudida en el hombro por lo que abrí los ojos y mire arriba para ver quién me estaba despertando.
-¿Vas a venir conmigo a la reunión?- Me pregunto Ale aún en pijama.
-Voy, voy- Le respondí con la voz un poco ronca y frotandome los ojos.
-Pues levántate y prepárate- Me respondió dirigiéndose a la salida de la habitación y cerrando la puerta.
Suspire aún un poco dormida y me levanté de la cama frotandome los ojos.
Fui al baño después de agarrar una toalla y cerré la puerta detrás de mí.

Cuando acabe de ducharme y lavarme el pelo me puse ropa cómoda ya que solo iba a tener que esperar a Ale fuera del anfiteatro dónde iba a ser la reunión el entro a mi habitación después de tocar la puerta y permitirle el paso.
-Ehhh, vale, tengo una actualización- Me dijo acercándose a donde me encontraba.
-Dime.
-No va a ser una simple reunión.
-¿Como?
-Quieren que vengas conmigo porque también va a haber una entrevista y vamos a ir al campo de fútbol a hacer la entrevista con fans en las gradas, y quieren que vengas.
-¿Que? ¿Porque?
-Kat, llevas viniendo a los entrenamientos más de 4 meses, has venido a todos los partidos sin importarte dónde tuvieras que ir, te llevas genial con todo el equipo, eres el ojito derecho del entrenador y te incluyen en algunos entrenamientos, tu eres de la familia.
Sonreí cuando acabó de decirme todo eso y me rasque la nuca pensando.
-¿Me visto de gala o como?- Dije mirándole de nuevo.
-Te ayudo a elegir, yo sé de estos temas.
-¿Tu?- Dije con una pequeña carcajada.
-Ehh, porque sea hombre no quiere decir que no sepa de estas cosas- Dijo dirigiéndose al vestidor y abriendo la puerta de par en par.
Yo le seguí riendo y entre con el en el vestidor.
-¿Dónde tienes los vestidos?- Me pregunto buscando con la mirada.
Fui a una zona del fondo y le señale uno de los armarios más altos donde tenía todos los vestidos y tacones debajo.
-Vale, nos hace falta algo formal pero no tan formal- Me dijo mirando los vestidos.
-Pueeees...- Fui mirando vestidos y saque uno negro con manga larga y el escote en pico que me llegaba por la mitad de los muslos con una enlazada en el lado derecho.
-No, este es muy de fiesta- Me dijo Ale dejando el vestido donde estaba y buscando el uno.
Un par de segundos después saco uno azul azul de tirantes que me llegaba un poco más abajo de los muslos, el escote era en pico y tenía una apertura en el lado izquierdo.
-Este es perfecto- Me dijo tendiendomelo.
-Si, me gusta
-¿Solo te gusta?
-Me encanta.
-Pues venga prepárate- Me dijo dándome el vestido en las manos.
-Pues sal de aquí.
-Ah, ¿No me dejas ver cómo te cambias?
Le di un puñetazo flojo en el hombro y lo empuje fuera de mi habitación.

Después de maquillarme de una manera poco llamativa me peine con una coleta alta dejándome caer varios mechones por la frente.
Me puse unos tacones poco altos plateados de más o menos 2 centímetros más.
Agarre un bolso pequeño a juego con los tacones donde metí mi móvil y algunas cosas más como dinero, pañuelos de papel, bolígrafos y rotuladores permanentes y papeles.
Bajé las escaleras y fui al salón para encontrar a Ale en el con el pelo despeinado como tenía siempre y un traje negro con una corbata roja y unas Jordan negras.
Cuando me vio abrió la boca para decir algo pero terminó cerrándola y mirándome con un brillito en los ojos.
-¿Te gusta?- Le pregunté dando un giro sobre mí misma.
-Estas...estás fantástica.
-¿Lo dices enserio?
-¡Si!- Dijo el acercandose a mi y quedando a poca distancia, primero me miró a los ojos pero luego note que se quedaba mirando mis labios.
-Tu...tu también estas estupendo- Cuando le respondí volvió a mirarme a los ojos y luego fui yo la que dirigí la vista a sus labios.
Di un paso más hacia el haciendo resonar el sonido del tacón en el amplio salón y el dirigió la vista también a mis labios.
Me estire un poco y el se agachó un poco hasta rozar nuestros labios hasta que finalmente (y porfin) los juntamos.
Sus labios eran suaves al igual que el de su lengua rozando la mía, sus movimientos eran suaves y cuidadosos y sus manos en mis caderas precavidas.
Estuvimos casi un minuto besándonos hasta que mi teléfono empezó a sonar en mi bolso y yo me aparte rápido y nerviosa para cogerlo.
Descolgue el teléfono sin haber mirado el nombre de la persona que era.

Lo que el campo se llevó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora