5 (Kate)

17 1 0
                                    

Le dieron el trofeo a Alma la entrenadora de nuestro equipo y nos indicaron donde nos teníamos que poner para hacer la foto de equipo, me puse detrás de Alma y cuando empezaron la cuenta atrás levantamos todas los brazos con la entrenadora incluida felicitando que habíamos ganado el partido.
Después de hacer unas cuentas fotos más nos indicaron ir a los vestuarios, estaba un poco desanimada ya que Metri se había marchado de las gradas cuando acabó el partido y no había vuelto aún.
Me dirigí a los vestuarios cogiendo la camiseta por el final y levantándola un poco para airear el tronco.
Cuando estaba llegando al vestuario alguien me agarro del brazo con un "¡BU!" De fondo. Di un respingo con un pequeño grito chillón y mire a la persona que me había agarrado del brazo descubriendo a Matri.
—Joder, casi me da un infarto.
—Para eso hay que tener corazón.— Me respondió con un tono burlón.
—Ja, ja, ja, que gracioso eres.
Matri se rió agachando la cabeza y poniéndose las manos en las caderas mientras que yo agarraba la camiseta por el extremo de abajo y me la levanté pasándola por la cara para eliminar el sudor.
—¿Porque te fuiste después de que acabará el partido?
—Me llamo un amigo por si quería quedar con el, pero no me pensaba ir.
—Oye, si qre quieres ir con el de verdad ve, nos podemos ver otro día.
—No, me quedo contigo.
—Bueno, pues me voy a duchar y cambiar rápido, nos vemos en la salida luego.
Metri asintió y yo me dirigí trotando a los vestuarios a un paso rápido.

Cuando salí de los vestuarios vi a Metri en mitad del campo solo contemplando el atardecer ya que aunque había tardado poco en prepararme ya empezaba a hacerse de noche bastante pronto.
El cielo estaba precioso, tenía un color amarillo y morado combinado por las nubes que quedaban, entre las nubes aún quedaba un poco de color azul pastel, el efecto del solo golpeando las nubes hacia que el color amarillo se intensificará convirtiéndolo en un color dorado por algunas partes.
Caminé hacia Metri a paso rápido aún mirando el cielo y me puse a su lado cuando llegue hasta el.
—Esta precioso— Me dijo.
—Ya lo veo ya, pocas veces hay algo así.
—¿Aquí se ve pocas veces?
—Si.
—Ah, no lo sabía, casi no estoy en Valencia.
—Me lo imagino.
Deje el bolso de deporte en el suelo y le pase un brazo por el suyo cruzandolos modo abuelita.
—¿Me vas a venir a ver al partido de mañana?— Me pregunto el.
—Claramente, haber si me dedicas un gol.
—Te prometo que lo haré— Dijo el apartando la mirada del cielo y mirándome directamente a los ojos.
—¿Enserio? ¿Y como lo vas a celebrar?
—¿Como quieres que lo celebré?
Me quedé pensando unos segundos mirándole a los ojos también para un minuto y medio aproximadamente después levantar el puño y guiñarle el ojo.
—¿Así?— Me pregunto.
—¿No te gusta?
—Me encanta.
Le dedique una sonrisa y el me la devolvió para luego apartar la vista al cielo.
—¿Jugamos?— Le pregunté.
—¿Un partido?
—No, un parchís no te jode.
Vi como ponía los ojos en blanco y solté una pequeña risa.
—Voy a por un balón— Le dije empezando a caminar hacia el almacén del campo.
Agarre un balón y volví corriendo al campo con Metri dejando el balón en la mitad del campo y tirando la bolsa de deporte fuera del campo y yéndome al palo de una portería y mirando a Metri imitarme.
—¡A la de 3!— Le grité desde el lado de mi campo.
Vi como asentía en la cabeza y empecé con la cuenta atrás.
—¡3!
—¡2!
—¡1!
—¡Ya!
Comencé a correr hacia la pelota lo más rápido que pude para intentar cogerla primero pero Matri era muchísimo más rápido que yo y se apoderó de la pelota antes que yo.
Empezó a correr hacia mi portería y yo le seguí consiguiendo ponerme a su lado, saqué todas mis fuerzas y conseguí apoderarme del balón y correr hacia su portería.
Cuando estaba apunto de tirar para marcar noté un empujón que me tiro al suelo y me hizo rodar por el campo.
Me puse a orcajadas en el suelo y mire como Metri marcaba en mi portería.
Suspiré un poco picada con el y me levanté del suelo de forma brusca dándole un puñetazo a la hierba artificial del campo.
—¡Te he ganado!— Me grito desde el otro lado del campo respirando por la boca y poniéndose las manos en las caderas.
—¡Vete a la mierda!— Le contesté acostándome en el suelo del campo para mirar el cielo que empezaba a oscurecer y ya no tenía los mismos colores tan bonitos de antes.
Note como Metri se acostaba a mi lado y me pasaba un brazo por los hombros.
—Eres un tramposo— Le reproche.
—¿Te has enfadado?
—Si.
Metri se rió y sonreí al escuchar la dulzura que su voz desprendía y me estrecho contra el para estar más cerca.
—Quita, no quiero juntarme con tramposos— Le dije empujándolo hacia un lado.
—Ayyy, pero no te lo tomes tan a pecho mujer— Me dijo mientras me abrazaba aún tumbados poniéndose encima de mi.
—Me estás aplastando— Le dije poniéndole las manos a los costados y empujandole cara arriba ya que me costaba respirar.
Hizo un movimiento rápido e hizo que me pusiera encima de el.
Me ruborize un poco pero apoye la mejilla en su pecho y le pase los brazos por la nuca mientras que el me los pasaba por la espalda de manera que quedamos abrazados.
—Gracias por venir— Le dije.
—Gracias a ti por invitarme.
—Se que tienes trabajo y estás muy ocupado pero sabes que cuando quieras puedes venir a verme, siempre tendrás los horarios de los partidos en la página web.
—Lo sé, y aunque no lo creas, vendré más veces de las que te imaginas, siempre que pueda lo haré.
Levanté la cabeza de su pecho y me quedé a pocos centímetros de su rostro mirándolo a los ojos y sonriendo sin importarme si me veia ruborizada.
—Muchas gracias, por todo.
El me sonrió como respuesta y nos quedamos mirandonos lo que me pareció una eternidad.
Poco a poco nos fuimos acercando más hasta que nuestros labios casi se rozaron.
Justo cuando estábamos apunto de besarnos mi móvil empezó a vibrar con el sonido de mi tono de llamada de fondo. Me aparte rápidamente quedando sentada en el campo al lado de Metri y cogí mi teléfono del bolsillo trasero del pantalón de la equipación.
—¿Papá?— Dije al descolgar la llamada.
—¿¡Dónde estás!?
—Lo siento, de me olvido avisaros a ti y a mamá de que había quedado con una amiga— Mire a Metri de reojo y vi como subia y bajaba las cejas y susurraba "Amiga eh".
—Ven viniendo para casa, tenemos que hablar— Me dijo mi padre.
Cuando mi padre o mi madre me avisaban de que teníamos que hablar se me erizaba el bello de todo el cuerpo y me entraban escalofríos.
—E-esta bien, hasta ahora.
Colgué el teléfono y lo guarde para luego levantarme y me imitó Metri.
—Me tengo que ir— Le dije.
—¿Ya?
Asentí con la cabeza dirigiéndome a la bolsa de deporte para cogerla mientras Metri me seguía.
—Mis padres tienen que hablar conmigo.
—¿Luego hablamos?
—Claro, luego te cuento.
Agarre mi bolsa de deporte y nos dirigimos a la salida del campo.
—Hasta luego Kat.
—Hablamos Metri.
Me encamine al paso de peatones pero note que me agarraban del brazo y me giré.
—¿Metri?— Me pregunto Metri.
—Asi es tu apellido.
—Sabes que me puedes llamar Ales.
Le miré a los ojos unos segundos para despues asentir con la cabeza.
—Gracias— Le dije.
El me sonrió como respuesta y me soltó despidiendose con la mano y tomando el camino opuesto al mío.

Lo que el campo se llevó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora