24 (Kate)

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No habíamos ganado el mundial pero lo habían dado todo y lo habían echo genial por lo que no estabamos decepcionados.
Había pasado un año.
Un año en el que habíamos perdido al bebé que esperábamos en el parto.
Un año de muchos problemas.
Un año de lesiones.
Un año de partidos.
Un año de entrevistas.
De lágrimas.
Gritos.
Risas.
Psicólogos.
Pero estábamos bien.
Ale y yo estábamos bien.
Nos habíamos recuperado después de la perdida de nuestra hija.
Teníamos todo, la habitación, los juguetes, la cuna, la bañera...
La íbamos a llamar Helena.
Y la habíamos perdido en el parto porque mi cuerpo no estaba preparado para eso, yo creía que si, pero eso solo fue mentalmente, físicamente no estaba ni un poco.
Estaba esperando a Ale a que acabarán de entrevistarle sobre el gol que había echo en ese partido, la entrevistadora era amiga de Ale y me la había presentado aproximadamente dos meses atrás, no me daba buena espina pero no quería que Ale se enfadara conmigo y me llamará toxica.
Los estaba mirando fijamente con los ojos entrecerrados ya que siempre que se veían y estaba yo delante se miraban de una manera...peculiar para ser amigos.
—¿Que tal estás?— Me pregunto Pedri mirándome y pasándome un brazo por los hombros.
—Podría estar mejor.
—Sabes que lo que paso no fue tu culpa, ¿Verdad?
—No es por eso Pedri— Dije mirándole suspirando.
—¿Porque es entonces?
Volví la cabeza y mi mirada en dirección a Ale y a Eva (así de llama su "amiga") el giro la cabeza y les miro entrecerrando los ojos y suspirando.
—Vale, si, admito que es un poco rara la manera en la que se miran y como están cuando tú no estás y-— Le corte antes de que pudiera terminar de hablar.
—¿Cómo están cuando no estoy?
—No se si decirtelo...
—Porfavor.
—Bueno...— Mire a Pedri esperando su respuesta mientras el apartaba el brazo de mis hombros y se frotaba la cara.
—A veces ella se sienta encima de él o a veces el le pasa el brazo por los hombros y la estrecha contra el y cuando están de pie se agarran la mano o ella se monta al caballito con el, a veces se susurran cosas al oído y el le pone la mano en el muslo y se lo apreta o se dan besos en las mejillas o cerca de los labios.
—¿Desde cuando?— Dije entrecortadamente notando como las lágrimas empezaban a formarse en mis ojos pero las conseguí contener.
—Desde que fue lo de Helena— Cuando dijo eso ya no pude contener las lágrimas y las dejé salir todas con algunos sollozos.
Note como Pedri me abrazaba mientras me acariciaba el pelo pero después de unos segundos yo lo aparte y me fui corriendo a la parte de detrás del estadio.
Me senté en el suelo y lloré hasta quedarme sin aire porque era obvio, Ale ya no me quería a mi, quería a una puta entrevistadora rubia de ojos azules, no lo culpe, ella era más guapa que yo y tenía mejor cuerpo pero eso no lo justifica.
Mientras tenía los ojos cerrados y la cabeza entre los brazos note los pasos de alguien y al levantar la cabeza lo vi a el.
Alessandro.
Me levanté y intenté pasar por su lado para salir por la puerta pero el me agarró de la cintura y me estrecho contra el, yo lo aparte de un empujón y me aleje de el unos centímetros.
—¿Que te pasa?— Me pregunto con toda la inocencia del mundo.
—¿¡Que me pasa!? ¿¡Que coño has echo con Eva!?— Note como el dejaba de respirar por unos segundos y suspiraba.
—Ya te he dicho que solo somos amigos Kat...
—¡Los amigos no se miran así Alessandro, y tampoco hacen lo que tú haces con ella cuando yo no estoy!
—¿Quién te lo ha contado?
—No te lo pienso decir.
—Vale Kat, escucha, es ella, yo te prometo que no, no quiero que haga esas cosas y ya se lo he dicho, solo te quiero a ti Kat, joder créeme porfavor— Vi la sinceridad en sus ojos y como empezaban a acristalarse por lo que di unos pasos al frente y le abraze.
—Te creo...te creo.
El me beso la cabeza.
Y ese fue el mayor error que cometí, creerle.

Lo que el campo se llevó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora