21 (Alessandro)

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Busque a Kat por todas partes con la mirada cuando derepente la música se paró y se escucharon unos gritos en la zona de abajo de la discoteca.
Bajamos corriendo (los que aún estábamos sobrios) y nos acercamos al círculo de en medio donde había cuatro personas que no pude distinguir.
Nos abrimos paso fácilmente ya que la gente de echaba hacia los lados cuando nos veían llegar.
Cuando llegue al círculo antes que los demás (ya que estaba seguro de que serían Kat, Gavi y Pedri) vi a Kat de pie detrás de Gavi y de Pedri que estaban dándose empujones con un tio que intentaba llegar hasta Kat con la nariz sangrando.
Avancé rápido hacia el chico y le agarre de la parte de atrás de la camisa que llevaba puesta.
—¿Que pasa aquí?— Pregunté cuando algunos de los demás habían llegado y se habían puesto delante de Kat y detrás mío.
—Esa zorra me ha metido un cabezazo en la nariz— Le agarre del pelo al escucharle insultar a Kat haciendo que me mirara y cuando sus ojos se encontraron con mi rostro se le abrieron como platos y abrió ligeramente la boca.
—¿Que le has llamado?— Pregunto Nico dando un paso al frente.
—¿Que le has hecho tú?— Le pregunté tirando un poco más de su pelo.
—¡Nada!— Contestó el apretando los dientes de dolor.
Mire hacia donde estaba Kat que se había hecho un ligero espacio en el frontal, ella me miró suspirando.
—Me ha...— Se frotó la cabeza con una mano mientras volvía a suspirar.
—Me ha agarrado de la cadera pegándome la espalda contra su pecho y me estaba agarrando fuerte para no soltarme y pirarme, como no era capaz y veía que me estaba llevando a los baños le di ese cabezazo para que me soltara.
Mire al chico lleno de furia y lo tire al suelo para darle una patada en las costillas en cuanto estuvo acostado.
Me coloqué de cuclillas encima de el y comencé a darle golpes en la cara escuchando gritos de fondo.
—¡ALESSANDRO!— Fue el único grito que me moleste en escuchar ya que era la voz de Kat y me agarraba del brazo mientras me gritaba que parara.
Me levanté del suelo y solté de la camiseta al chico que estaba sangrando por la nariz y por la boca a chorros en el suelo.
Nuestros amigos nos agarraron a Kat y a mí rápido y salimos corriendo de la discoteca para regresar a casa.

Lo que el campo se llevó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora