☀️ ; O7

117 17 17
                                    

...

El sol se había ocultado, dando así la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol se había ocultado, dando así la noche.

Una noche silenciosa a la que acostumbraba.

Jeongin estaba en la sala, reposando su cuerpo completo en alguno de los sillones, viendo su celular con audífonos, mientras Chris y yo nos manteníamos en la cocina.

Chan estaba también en el celular y sin querer yo andaba un poco perdido mientras cortaba un poco de carne.

Ya sé, tengo una terca maña de sobre pensar mucho las cosas y la pequeña discusión que tuve con Christopher hace unas horas no me dejaba de dar vueltas en mi cabeza.

—Genial.— mencionó él a mis espaldas, haciendo que dejará de prestar atención a mi cabeza y mirarlo a él despues de todo. 

Tenía una mueca en su rostro, así que desvié la mirada, preparándome para cualquier queja de saldría en ese momento.

—Ahora Félix no me responde las llamadas ni ve mis mensajes.— dijo en voz regularmente baja mientras se escuchaba el sonido seco de como dejaba caer el celular en la mesa.

—Lamento que no hayas podido viajar a Seúl para verlo, pero Chan, tal vez está ocupado con la grabación de la entrevista, deja que las aguas se calmen.— respondí sin más, tal vez tratando de que no reaccioné de mala manera a las acciones del pecoso.

Aunque lo más probable era que Félix si se haya enojado y se este haciendo para no lidear con un terco Christopher.

Y está bien, yo haría lo mismo en su lugar.

—Ajá.— contestó sin ánimo y escuché movimiento detrás mío. 

Supuse que se encaminaba a alguna de las puertas.

—Te diría que te fueras, pero ya viste lo que nos dijo la señora Jung sobre la estancia de Jeongin.— dejé el cuchillo aún lado para pasar a marinar la carne y despues pasarla al sartén.

—Lo sé, aunque mañana me iré, tal vez en la mañana.— mencionó, ahora posicionarse a un lado mío. 

Aunque comencé a sentirme un poco nervioso por su cercanía, que interrumpía mi espacio personal. Podía oler su típica fragancia de aquel perfume considerablemente caro, sólo asentí.

Por alguna razón me sentía algo desanimado.

—Yo me encargó de lo de mañana.— dije, recordando que Jeongin debía hacer su trabajo comunitario. —Ya tramitamos el permiso para Jeongin que era lo que teníamos para este momento, yo acomodó para que la del bebé sea otro día.— alcé los hombros y desvié la mirada del sartén para dirigirla hacía él.

Tenía duda de porque no se movía para nada.

Estaba apoyado en la barra mientras miraba mis acciones, fue un momento donde nos miramos fijamente a los ojos.

𝐔𝐧𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora