𝒟𝓇𝒶𝑔𝑜𝓃𝑒𝓈

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Luego de la cena esa misma noche, Visenya se despidió de sus anfitriones, ya que tendría que preparar todo para el reclamo de su hermano el día siguiente, al llegar a su cuarto el guardia que estaba fuera de su habitación le dijo que no hace mucho una criada había ido a dejarle una pequeña bolsa, por órdenes de uno de los príncipes.

La princesa le agradeció por informar y entró a sus aposentos, encontrándose con lo que ya el guardia le había mencionado, al acercarse al pequeño saco y sacar su contenido, se encontró con un conjunto de vieja ropa que constaba de unos pantalones de tela gastados y una camisa con mangas igual de gastadas, acompañado de una nota.

''Veme tras el castillo, en la fosa de los dragones, recuerda nuestro secreto''

A.

Visenya sabia de quien se trataba, la única forma de llegar a la parte trasera del castillo sin ser visto era por un pasadizo que estaba en esos mismos aposentos, ya que años atrás ella y Aemond lo habían descubierto mientras buscaban alguna forma de llegar a la fosa para que Aemond se uniera a un dragón, y solo ellos dos sabían de la existencia de ello.

La joven dudo mucho si ir o no, por muchos motivos, si alguien la llega a ver con su tío fuera de sus aposentos y tan pasada la noche, su pureza seria puesta en duda y eso mancharía el nombre de su familia, pero el mayor motivo por el que dudaba de ir era el miedo, sabía que hace unas cuantas horas había mantenido su control estando cerca de él gracias a su hermano y a su tía, pero estando solos sus sentimientos simplemente explotarán.

...

—Viniste— el príncipe se notaba sorprendido al ver la presencia de su hermosa sobrina, pensó que ella nunca llegaría.

—Si, y mi moral me está diciendo que me regrese por donde vine— ella iba a dar la vuelta, pero sintió como la agarraban del brazo con suavidad.

—Quédate— susurró cuando ella volteo— Por favor— su mano bajó hasta la palma de su sobrina y entrelazo sus manos.

La joven asintió con suavidad, Aemond comenzó a caminar adentrándose a la fosa aún de la mano con Visenya, hasta llegar a la gran Vhagar, Viserion era grande, si, más grande que caraxes incluso, pero no tanto para compararse con Vhagar, o incluso Vermithor, pero se le consideraba uno de los dragones más grandes de Westeros, aunque Visenya lo veía como un dragón mimado, igual que Syrax, el dragón de su madre.

—Ven— el príncipe jalo a la princesa más cerca de su dragón, Vhagar estaba despierta y soltó un gruñido al ver a la joven acercándose, pero no hizo ningún intento por atacar, muy posiblemente por el vínculo con su jinete.

—Aemond, no creo que sea buena idea— habló la princesa un poco asustada.

—Confía en mí, 'Nya...

Visenya, con ayuda de Aemond se acercó un poco más a Vhagar, el dragón acercó su cabeza a la palma extendida que la princesa tenía, fue entonces cuando la princesa se calmó un poco.

—Ves, nunca te lastimaremos—habló de nuevo el tuerto, acercándose más a la princesa.

Visenya sonreía ante el acto de Vhagar, pero al sentir el calor de él que estaba a su lado volteo, ambos se miraban fijamente, muchos sentimientos se reflejaban en esos ojos, la joven subió una de sus manos a la mejilla de su tío, tocando la cicatriz que hace 6 años se había formado, ella tomó la iniciativa de acercarse aún más, y Aemond acortó el poco espacio que les quedaba, uniéndose ambos en un beso lento e inexperto al principio, el cual iba mejorando conforme sus bocas iban encajando aún más a la perfección, Aemond dejo que Visenya explorara su boca, suponía que este sería su primer beso, hasta que Visenya decidió romper el beso debido a la falta de aire.

—Esto no está bien y lo sabes— dijo en un susurro la princesa— No podemos, y no tiene que ver con honor o pureza, tiene que ver con nuestras familias.

Aemond no quería hablar sobre eso, no aun, extendió su mano, quedándose callado, guiando a la princesa hasta el lomo de Vhagar— Sube.

—Estás loco si crees que me voy a subir a tu dragón— dijo la princesa sonriendo nerviosa.

—Vamos, la montura es lo suficientemente grande para dos personas— la princesa dudo, pero al final accedió y subió al lomo de Vhagar, quien la aceptó muy tranquilamente, Aemond dejo que ella fuera quien estuviera al frente, dirigiendo a Vhagar, luego el subió.

Salieron de la fosa, ninguno de los dos habló hasta que Aemond le ordenó a vhagar comenzar a volar, Vhagar subió, la dragona voló hasta muy arriba, permitiéndole a los príncipes disfrutar de un cielo hermoso, con muchas nubes debajo de ellos, Visenya se sentía tranquila, serena, hasta que una voz tras ella hablo— Te extrañe.

Visenya no respondió, las mismas palabras no salieron de su boca, pero el príncipe sabía que ella también sentía lo mismo. Siguieron volando tranquilamente, Vhagar comenzó a bajar y quedaron a la altura del mar, el dragón los llevó hasta el muelle por el que salían los barcos y luego de eso ambos bajaron.

—Yo también te extrañe— susurro la princesa viendo al príncipe mientras la ayudaba a bajar de su dragon— Te queda bien el negro.

Aemond dio un asentimiento y tomó la mano de su sobrina para caminar, no estaban seguros de cuánto tiempo caminaron por el muelle, pero pronto se sintieron cansados y simplemente se sentaron en la arena, y se quedaron ahí, en silencio, era un silencio cómodo, se sentían bien con el otro al lado.

—Sabes— habló el primero— Cuando te fuiste, me sentía devastado, el que no respondieras mis cartas me mataba— Visenya empezaba a sentirse culpable— Muchas veces Helaena me detuvo para que no tomara a Vhagar y fuera hasta Dragonstone a buscarte.

—Son mi familia, Aemond...

—Lo se, y lo entiendo— no se daría por vencido— Pero tú también tienes que entender que no puedo soportar más tiempo lejos de ti

—Aemond, se a donde va todo esto— si seguía hablando la princesa terminaría siendo capaz de dejar a su familia y quedarse con el príncipe, ella tenía miedo— No los puedo dejar, y tú a los tuyos tampoco, hace 6 años te recordé que la lealtad a mi familia era muy importante para mi.

—Y lo se, no tendrás que romperla—Tomó la cara de Visenya entre sus manos y con su pulgar limpió la primera lágrima que comenzaba a caer por la mejilla de la joven— Mi princesa... Tengo un plan...

Esa noche, bajo el cielo estrellado, en ese bello muelle y con un beso sellando una promesa, a Visenya se le arrebató la primera cosa de muchas, su familia.


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Maratón 2/4

Aca otra parte, es un poco corto pero los demas lo compensan. 

Muah. 

Z.

𝕷𝖆 𝖓𝖔𝖛𝖎𝖆 𝖖𝖚𝖊 𝖓𝖚𝖓𝖈𝖆 𝖋𝖚𝖊- 𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora