La princesa se encontraba tomando un baño mientras su doncella se encargaba de preparar su vestido para la cena de esa noche.
—Mire— le sonrió cuando salió de la bañera cubierta por telas— Este es el vestido que la reina escogió para usted.
—Es muy bonito— no era mentira, era de un tono verde oscuro, tenía detalles plateados, un pequeño escote en los hombros y las mangas eran largas y abiertas, ya había visto un vestido así, le recordaba a un vestido rojo que su madre había usado en su adolescencia, en su gira en busca de pretendientes.
—Si lo es— ambas mujeres se asustaron ya que no habían visto llegar al hermano de la princesa a sus aposentos.
—Dejanos solos, Drea— ordenó el joven, inmediatamente la doncella hizo lo que se le fue ordenado.
—Luke— corrió a abrazarlo, y él respondió el abrazo tan fuerte como ella— Están decepcionados... ¿cierto?
Negó— Simplemente están sorprendidos— veía como a su hermana se le comenzaban a cristalizar los ojos— Verás que pronto se solucionara todo— trato de consolarla— Es por el bien del reino.
—Era nuestro trono, mío y de Jacaerys— quería llorar— Desde niños soñamos con compartirlo como Reina y Mano, y ahora por mis caprichos podemos perderlo.
—No pasará— no lo permitiría— Es su derecho, así como es mío ser el señor de las mareas, justo como tu lo dices— volvió a abrazarla.
En ese momento, entró el príncipe Aemond, viendo a su joven amor y a su hermano.
—Ya casi es hora— los miro a ambos, Lucerys se limitó a asentir y se dirigió a la puerta.
—Luke— su hermana lo llamó— Recuerda lo de esta noche.
—Cómo no hacerlo— dijo viendo a Aemond para luego retirarse de los aposentos.
Aemond vio fijamente a Visenya, quien aún tenía los ojos cristalinos, le tomó la mano y la sentó en la cama, él hizo lo mismo al lado de ella, aun con las manos entrelazadas él decidió hablar primero.
—Tengo algo para ti— de su bolsillo sacó lo que parecía ser un collar— Es de parte de mi madre, lo mandó a buscar para ti.
Lo reconoció, era el mismo collar que una vez Aegon el conquistador le había dado a su esposa Visenya, era de acero Valyrio, tenía solamente piedras rojas y en la parte trasera se miraba grabada la letra V.
—Es hermoso— sonrió— Pero esta noche no lo usare.
Asintió entendiendo por qué—Todo saldrá bien— tomó su barbilla para depositar un cálido beso en sus labios.
—Lo sé...
...
Viseya estaba lista, su cabello platinado había sido recogido en una moña, esta vez sin trenzas, nuevamente con piedras verdes. El vestido se adaptó completamente a su silueta, y era aún más hermoso una vez puesto.
—Es hora de la cena, princesa— habló su doncella.
Fuera de sus aposentos estaba Sir. Criston Cole, a quien había mandado la reina para que escoltara a la joven princesa y a su doncella. Una vez llegando a las puertas del comedor se encontró con Aemond, quien la esperaba para entrar juntos, y así fue, juntos los príncipes entraron a el salón, ganándose las miradas de todos los presentes, sus lugares estaban en uno de los extremos de la mesa, frente a Lucerys y su ahora prometida Rhaena.
Daemon seguía sin mirar a su hija, Rhaenyra tenía la misma mirada lastimosa que en el salón del trono, Aegon, Helaena y Lucerys estando al tanto de todo mantenían una mirada inexpresiva, Alicent la miraba con una sonrisa maternal, sus primas estaban igual de confundidas que hace unas horas, su hermano Jace tenía miedo, miedo de perder, no el trono, sino a su hermana y finalmente Otto simplemente sonreía victorioso.
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𝕷𝖆 𝖓𝖔𝖛𝖎𝖆 𝖖𝖚𝖊 𝖓𝖚𝖓𝖈𝖆 𝖋𝖚𝖊- 𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓
FanfictionVisenya Velaryon, hija mayor de la princesa Rhaenyra y Sir. Lenor Velaryon, heredera al trono de hierro despues de su madre. No, no es asi como se le conoce... A la princesa que dio todo por amor, todo por fidelidad, incluso su reino, a la princesa...