V: Ellos.

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Mientras estoy sentada con un cigarrillo en mis labios, afuera de mi hogar, pienso... Han pasado cerca de dos años, según mis cálculos, quizás un poco menos, ya no losé, desde que llegué a Alexandria, debo admitir que he logrado llevar una excelente relación con todos. He encontrado en Deanna el amor de una madre, el cuál no se compara con el de mi madre, pero ella de cierta forma ha llenado ese pequeño vacío en mí. He creado un gran vínculo con Jesse, la esposa de Pete, el Doctor de la comunidad. La relación con Pete ha sido difícil, es un hombre inseguro, muy mal genio, con él, la relación va de mal en peor, sobre todo ahora que prácticamente la enfermería está a cargo mío. 

-¿Estás lista?- Me hace saltar la voz de quien aquí, se ha convertido en mi mejor amigo.

-Aaron, me asustaste.- Dije riendo y apagando el cigarrillo que tenía.- Estoy lista, ¿crees que hoy al fin podremos hablar con el grupo que venimos siguiendo hace semanas?, bueno, que vienes siguiendo tú y yo solo te espero en un punto fijo.- Suelto una pequeña carcajada, tomando mi mochila con provisiones y colgándola en mi espalda.

-¡PERO CLARO!, es decir, Soy Aaron, ni siquiera tu te resististe a mí.-Él me guiña y solo lanzo una carcajada y comenzamos a caminar.

Me subo a mi moto, la cual la  encontré hace unos meses en plena carretera, he decidido arreglarla para que sea mi medio de transporte en éstas situaciones. Siempre me ha gustado el  el mundo automotriz, si no hubiera estudiado medicina me hubiera encantado estudiar Ingeniería mecánica, ya que a pesar de no tener los estudios, se bastante de mecánica en general. Aron va detrás de mi en una casa rodante, nunca la usamos, pero como en ésta situación necesitamos traer a mucha gente, según Aaron, más de 10 personas, decidimos usarla.

Avanzamos ciertos kilómetros, hasta que por fin nos detuvimos, mire hacia el cielo y note como las nubes empezaban a soltar pequeñas gotas de agua. Con Aaron nos miramos pensando que esto podría arruinar completamente nuestro plan. Claramente ya estaba todo echo un desastre, pero la lluvia nos complicaría el paso para llegar a ellos. 

-Quédate aquí.- Me dice él mientras comienza a caminar en dirección a quien sabe donde.

-Hey, hey!! ¿dónde vas?.- Le pregunto intrigada.-

-Debo saber donde están, cuánto les falta para llegar a donde acordamos y quizás de camino encuentre una placa para nuestra colección con Eric.- Me sonríe y comienza a caminar.-

Al cabo de unas horas, noto como la lluvia se intensifica y comienzo a preocuparme por Aaron. No pasaron más de diez minutos y la lluvia torrencial comienza a caer. A lo lejos veo como él viene corriendo.

-Esto se fue al carajo.- Comienzo a hacerles señas a Aron mientras corro en dirección a la casa rodante. Abro la puerta y veo como Aron viene cerca. Él da un salto que le permite entrar a la casa rodante, cierro la puerta y nos miramos.

-Esto es una completa locura,arriesgarnos así por un grupo que capaz nos mate con el solo echo de acercarnosa ellos.- Dijo moviéndome de un lado para otros mientras siento como rayos y relámpagos comienzan a caer. La casa rodante se mueve de un lado a otro y esto comienza a preocuparme.

-Hey, tranquilízate.- Lo observo con furia en mis ojos.- He visto como uno de ellos ha encontrado un granero, al cabo de unos minutos, cuando la lluvia fuerte comenzó, él los guío hacia el granero.

-¿De qué sirve todo eso?.- Dije sentándome tratando de calmarme- Aaron, haz sido el único que los haz visto y ha escuchado con ese maldito aparato lo que han hablado. Dame repuestas por favor, ¿por qué es tan importante tenerlos en nuestra comunidad?.- Lo miro seriamente, el rueda sus ojos y sonríe.

Through your eyes | Daryl Dixon +18  ✓ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora