XXX: Agradécele a tu jefe.

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Narra Madison:

Las semanas han pasado, y no he obtenido noticias de Alexandria ni de Hilltop, quiero creer que nada malo ha sucedido, ya que dicen que las noticias malas siempre son las que llegan primero. Hace unos días me enteré que Carol es la persona que el Rey Ezekiel tiene viviendo en una casa no tan lejos del reino, y luego de tanto insistir, por fin pude venir a verla.

-Le dije a Richard que no más visitas.

-Lo sé, tu deseo es la soledad. Ordené que te facilitaran eso. Mis hombres vinieron a despejar el lugar, los muertos son desconsiderados con quienes buscan eso – habla el Rey.

-¿Madison?

-Carol, enserio eres tú – digo con una pequeña sonrisa, casi sin creer que me da alegría verla - ¿Crees que podamos hablar?.

-Solas tú y yo – responde seriamente Carol.

-Entendido – dice el Rey con una sonrisa traviesa – Las dejamos. Madison, tu ya conoces el camino devuelta.

Nos adentramos en su casa, una pequeña casa muy acogedora, demasiado silenciosa para mi gusto, pasamos el resto de tarde conversando, como nunca creí que podríamos hacerlo, a veces anécdotas, a veces experiencias, buenas y malas, pero conversaciones en fin.

La noche ha caído, hemos encendido la chimenea, y la casa se ha vuelto aún más acogedora.

-¿Por qué te fuiste? – pregunto al fin, mirando a la mujer arrodillada frente a la chimenea.

-No podía perder a nadie, no podía perderlos.. no podía perder a Daryl – dice con lágrimas cayendo por su rostro – Y por favor, no me mal entiendas...

-Oh Carol, por favor, no soy una niña de doce años, sé muy bien a lo que vas – digo en un tono tranquilo.

-No podía matarlos, bueno, podía, si hacía falta, si lastimaban a nuestra gente, a más de lo Nuestros, lo habría echo, y ya no quedaría más en mí después de eso – la mujer hace una pausa mientras seca sus lágrimas - ¿Vinieron Los Salvadores?

-Sí – respondo con mi voz entre cortada al recordar cada una de las personas que ya no están.

-¿Lastimaron a alguien? – pregunta esta vez girándose hacia mí para mirarme a los ojos - ¿Están todos bien?, ¿Los Salvadores... en casa están todos bien? – pregunta entre sollozos y yo solo guardo silencio – Madison, por favor..

-Vinieron, los vencimos, hicimos un trato con el resto, como hizo Ezekiel, todos están bien – respondo rápidamente, con mi corazón apretado por la mentira, pero sé que en estos momentos, para ella, es lo mejor - ¿Cenamos? – pregunto rápidamente para cambiar de tema.

***

-Puedes quedarte si quieres – dice Carol mientras recoge la mesa – Me haría bien un poco de compañía.

-¿Estás segura que no te incomoda?

-Oh por Dios, claro que no – dice entre risas.

***

Diría que han pasado dos horas desde que nos acostamos, y a pesar de todo estar en completa oscuridad, el sueño no llegaba a nosotras y seguíamos conversando como si fuéramos las mejores amigas.

-Madison, ¿por qué estás en el reino? – pregunta en un tono calmado Carol.

-Cuando todo estalló y vinieron los salvadores, vino también su líder, quien resultó ser mi padre a quien creía muerto hace años.

-¿¡Qué!?

-Tomaron como prisionero a Daryl, por la sencilla razón de que no quise irme con él – hice una pequeña pausa, respire profundo y continué – La impotencia me invadía desde que se lo llevaron, lo planeé bastante, y un día, sin decirle a nadie, decidí irme con él, y el trato fue que lo dejara libre.

Through your eyes | Daryl Dixon +18  ✓ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora