No hay mucho contenido de esta hermosa serie por lo que he visto, así que decidí hacer mi propio libro, espero y los disfruten.
Los personajes no son míos
Lunes por la mañana y ya tenia a más de media escuela mirándome, lo entendía, mi rostro mostraba varios moretones al igual que unos cuantos raspones, a pesar se que había echo lo posible por cubrirlos estos seguían a la vista de todos, y ni hablar de las marcas de asfixia que tenía en el cuello y pecho, esas al final solo pude cubrirlas con el cuello de mi sudadera. Muchos en la escuela sabían mi situación más sin embargo no hacían mucho, la última vez que alguien había enfrentado a mi hermano salió con un brazo roto y expulsado. Así que con el tiempo la gente se dio cuenta de que ellos serían las personas perjudicadas por sus intentos de ayuda.
Los profesores no hacían mucho, sabían el poder que mis padres tenían y eso hacía que se detuvieran mucho, mi hermano hacía y deshacía a su gusto, en cuanto a mi yo solo era la hermana menor a la cual golpeaba, las primeras veces recuerdo que me daba mucha vergüenza que me vieran con los moretones y las marcas, pero cuando un video de mi hermano golpeando me se filtro y nadie hizo nada, dejé de sentir esa vergüenza y emergió de mi tanto coraje, nunca me golpeaba delante de nadie pero tampoco era un secreto que lo hacía.
El tiempo libre había iniciado, no quería bajar a la cafetería por la cantidad de gente que había, ni quedarme en el salón por que el grupito de chismosas iban a intentar adivinar el por qué de los golpes.
El salón de música se encontraba en silencio, solo se escuchaba el sonido de mi boca masticando y el golpeteo de mis uñas contra el suelo, mi mente se encontraba dispersa, los exámenes, mis padres, mi presencia de piano y mi hermano, ocupaban mi cabeza.
-emmm... hola- la voz de alguien me sorprendió, haciendo que subiera mi vista. El chico al cual mi hermano había golpeado esta frente a mi con unas leches de fresa en su mano. -oye, yo quería agradecerte por lo del otro día, me salvaste de quedar peor. - no lo hice por ti, nao es un abusivo, siempre cree que puede hacer lo que quiera. - de verdad gracias, yo te compré esto es una muestra de agradecimiento, por favor, acepto lo- me acerco las leches de fresa. - no te hubiese molestado -de verdad, tómalo.
Acepte le leche de fresas y le di una sonrisa. - gustas desayunar conmigo?
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Las semanas pasaban con rapidez, después de invitar a shin a desayunar conmigo ese día, nos hicimos rápidamente amigos. Ya que teníamos mucho en común aparte de traumas. A pesar de tener estilos diferentes, y gustos diferentes, estar con el se empezó a sentir real, no conversaciones vacías sobre el estatus y poder. Me sentía a gusto, con el todo era tan especial. Después de dos meses desayunando juntos decidimos salir, fue una tarde en el parque, lo suficientemente lejos para no topar a nadie cercano a mi hermano y lo suficientemente cerca para regresar rápido. Las semanas se convirtieron en meses, los amigos de shin se volvieron los míos, tanto los de la escuela como los de fuera, Akiko se volvió una amiga para mi, y rápidamente ayudó a ocultar todo. <<voy a salir con Akiko>> voy a salir con shin. <<no me esperes Akiko vendrá por mi>> shin vendrá por mi. << me quedaré en casa de Akiko>> estaré con shin. Incluso cuando Shin no iba ellos seguían incluyendo me, al principio eran un poco serios conmigo, pensando que sería como mi hermano pero luego, me empezaron a aceptar.
