Capítulo 16

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Ernes y la hermosa Pelirosa se habían encerrado una hora, el mismo tiempo que Tayson seguía refunfuñando, Balbuceaba en voz baja y Astrid temia estar junto a una persona de las que se decía tenían la capacidad de ver fantasmas.

Solo habían pedido un café y té y el Secretario se los había servido sin poder evitarlo de mal humor.

—Tayson, ella es—

—Sí sí, lo sé, su nueva pareja, no hay motivo por el que me de explicaciones señor Bright. Me retiro— Ernes se mostró conmocionado por la actitud del padre de su hijo, Tayson nunca se había comportado de esa forma.

Como un niño haciendo una pataleta y era tan jodidamente caliente.

—Debiste presentarme correctamente— Peyton siguió con su estruendorosa risa

"¿Porque  te molestas? Sabías que tipo de idiota era, y aún así lo elegiste como padre de tu hijo. Aquí el idiota eres tú"

Astrid sonrió, el Secretario seguía en su mundo de balbuceos sin importarle ser escuchado.

Quince minutos después las dos personas salieron de la misma forma en la que entraron, sonrientes y demaciado juntos para gusto del chico en el escritorio perfectamente ordenado.

—Me voy, volveré en algún momento—

—Hazlo, pero llamame antes—

—Lo intentaré— Ella sonrió y Tayson creía haber visto centellar luces a su alrededor como en los protagonistas de los ánime que Donovan insistía en ver acompañado de su sobrino, los mismos que eran más efectivos en hacer dormir a Ángel que una canción de cuna.

Los dos trabajadores se levantaron rápidamente para despedir a la joven, pero ella elevó más su sonrisa en sus labios perfectamente pintados cuando su mirada cayó en el joven chico de malisimo humor, verlo le recordaba a Drake en sus días malos.

— Eres Tayson ¿No?... Que alegría conocerte, Ernes me ha hablado mucho de ti— ¿Ernes? ¿Le había contado de su hijo? Si fuese así, Entoces su relación era realmente seria

—Astrid retirate— La asistente salió rápidamente después de su muestra de respeto inclinándose frente a su Jefe

—Dime si esta bestia hace algo para molestarte—

—Perdón, no estoy entendiendo nada—

— perdoname, que grosera no me he presentado. Soy Peyton Bright—

—¿Bright?, creí que eran cuatro hermanos—

—Nuestros padres hacen todo por protegernos, ningúno de los hermanos Bright sale al ojo público antes de convertirse en una persona independiente y pueda defenderse por si mismo, el primero en darse a conocer fue mi hermano Kennard y después lo hizo Ernes y siendo la única princesa me han ocultado muy bien—

—Por eso no entiendo como nuestro padre permitió que aparecieras aquí—

—No lo hizo, sé escabullirme y seguramente ahora está muy molesto pero quería conocer a mi ex cuñado—

Tayson abrió los ojos sorprendido, ¿hermanos?, aún no podía procesar esa información y ahora lo llamaban ¿cuñado? .

—¿Lo saben? —

—Por supuesto, es mi hijo— Ernes fingió indignación, o quizá no lo había fingido

—No te enfades porfavor. Nos contó todo y odiamos la forma en la que te trató, mi hermano es un poco estúpido pero no es malo, mi sobrino también es parte de nuestra familia, mamá está muy feliz porque es su primer nieto, es mi primer sobrino y quisiéramos ser parte de su vida. Pero estaremos bien si mi hermano puede acercarse a su hijo, porfavor, no te lo quitaremos, no estamos en posición de hacerlo —

—Lo pensaré— Peyton asintió con una leve sonrisa deslizando sus manos del brazo de Tayson que en algún momento aprisionó inconcientemente y limpiaba el contorno de sus ojos con disimulo.

No quería creerle, pero una parte muy profunda de él lo hacía.

No le había creído a kennard cuando había intentado persuadirlo con el mismo tema, pero con Peyton era diferente, quizá el secreto sobre su existencia que ella le reveló sin miramientos o sus ojos ilusionados.

Quizá era ese bicho en su conciencia que le repetía con insistencia que en algún momento Ángel preguntaría por su otro padre, o el hecho de él mismo alejandolos, quizá era el desprecio en sí mismo por ser el causante de separar a su propio hijo de su familia porque finalmente Ángel también era un Bright.







—Papi.... quiero ver a Nemo—

—Esta bien corazón, lo veremos cuando tio Doni regrese— La odiosa figura de un pulpo aterrizó en el piso y Tayson sabía que una rabieta estaba a punto de compensar.

—¡No!... ¡Ahora! — los pequeños pies de Ángel pisotearon de forma continua

—Detente Gael, sabes que con migo no funcionan tus rabietas— El labio del pelinegro tembló conteniéndose a llorar, su ceño seguía fruncido en una viva imagen de su padre molesto como solía verse en muchas reuniones. — Veamos a Nemo, voy por ella a la habitación—

Ángel no respondió, cogió con rapidez el estúpido pulpo que reproducía sonidos extraños mientras echaba a correr a la habitación y escabullirse bajo la cama.

Estaba molesto, lo había estado desde el fin de semana por no poder ir al cine y volver a ver al dichoso pez parlanchin en pantalla grande.

Donovan había estado ocupado fuera de la ciudad y no había ido al cine como acostumbraba por una razón tan estúpida como los ridículos juguetes que Ernes enviaba y que Ángel arrastraba con sigo todos los días... No podía decidirse en invitar a Ernes y que conviviera con su hijo por una hora o seguir ignorandolo como lo había hecho desde su reencuentro.








Tayson volvió a respirar intentando controlar su pulso acelerado.

Frente a la puerta de madera de la Oficina de Ernes intentaba inútilmente tocar pero se arrepentía segundos después, la asistente del padre de su hijo no había aparecido en los últimos veinte minutos que el estuvo frente a la Oficina, pero volvería pronto y debía actuar rápido.

Dos golpes suaves y la aguda voz del empresario se dejó escuchar.

Adelante

Podía hacerlo... Debía hacerlo...

—Las solicitudes que enviaron Recursos humanos llegaron, solo falta una firma — Ernes lo observó, Tayson siempre intentaba dirigirse a él con las palabras estrictamente necesarias

—Lo enviaré cuando estén listas—

—Bien... Mañana... Mañana es fin de semana y, Ángel y yo iremos al cine—

—¿Cine? —

—Sí, Cine. Lo sabes ¿No?, habitacion oscura, pantalla grande, palomitas....
Si quieres puedes unirte, o no, como quieras—  Ernes estaba sorprendido, ¿lo estaban invitando a ir al Cine con su hijo?.

—¡Iré! claro que iré, gracias— La emoción en su voz le dio felicidad al menor aunque se empeñase en negarlo

—5:30, no me gusta esperar— Después de eso el menor huyó despavorido del lugar



Ernes sonrió y volvió a sonreír, el grito emocionado que había mostrado frente a Tayson podía haberlo avergonzado, pero no se sentía de esa forma porque estaría cerca de su hijo por primera vez sin tener que ocultarse, todo parecía ir mejorando. O eso había pensado.

—La reunión con los hermanos Abd Rahman se confirmó, lo esperan mañana en el restaurante Alnitak a las 5:30 —









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       Felices fiestas

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