15

3.2K 386 58
                                    

[117 d. C]

— Espera, ¿eres la princesa Daenarya? — Preguntó asombrado el castaño.

— ¿Si? Lo siento, primero agua, después explicación. — Dijo tapando su boca hinchada por el ardor.

— Está bien.

Oberyl busco entre todas las doncellas y en el momento perfecto una paso con una charola llena de vasos con lo que suponía era agua.

— Disculpe, yo me quedo con esto, gracias. — Le quito la gran charola. — Listo princesa, aquí tiene el agua que pidió.

Daenarya sin pensarlo comenzó a beber cada vaso que efectivamente era agua pura, en total bebió más de 5 vasos y por fin el ardor desapareció.

— Muchas gracias, ese bocadillo es los siete infiernos. — Se quejó y al momento que recobró la cordura, no podía creer que estaba hablando de lo más normal con el príncipe de Dorne.

El hombre que daba indicios de amenazas contra el reino se encontraba frente a ella con esa postura perfecta y sonrisa seductora.

— Concuerdo, no pensé que odiarían mi noble regalo.

Así es amigos, Oberyl Martell era el autor de esos bocadillos que desafortunadamente nuestra princesa probó.

— No estaban tan mal.

— ¿No?

— Son horribles, lo siento, pero mejor dedícate como príncipe y déjales el trabajo a tus cocineros. — Dio su sincera opinión, Daenarya no sabía como sacaba confianza de la nada con una persona tan importante.

— Bueno princesa, me honra saber que usted si es sincera.

La princesa iba contestar, pero en eso otra ronda de música volvió a surgir, ella había perdido la apuesta contra Rhaenyra y no fallaría a su palabra.

— Príncipe Oberyl, ¿Quiere bailar con esta Lady? — Remarcó la última palabra aun burlándose de la equivocación del hombre.

— Sería un placer.

Tomados de la mano se dirigieron a la pista donde todos se encontraban bailando con sus respectivas parejas, no le sorprendió ver cómo su hermana y esposo bailaban, si bien la princesa tenía entendido que así se conocieron esos dos. No tomo importancia y toda su atención se enfocó en el dorniense.

— Solo le advierto que el baile no es mi fuerte. — Advirtió la rubia, mientras posaba sus manos en los anchos hombros del hombre.

— No se preocupe princesa, yo seré un buen acompañante. — Con cierto descaro posó su mano izquierda en la cintura de la joven, dando pequeñas caricias sobre el corset.

Al momento que llegó el turno de cambiar parejas, estos hicieron caso omiso y siguieron bailando, el contacto visual era clave, no despejaban la vista del uno al otro, la coordinación era otro nivel por primera vez la princesa era protagonista de un gran espectáculo.

Muchos de los invitados pararon de bailar ante tal espectáculo, era sorprendente como dos miembros de diferentes dinastías lucían tan bien, sin duda ese baile años después sería conocido como "el baile de la paz entre reinos"

......
— Me atrevo a decir que usted príncipe Oberyl es un buen bailarín. — Dijo un poco agitada por el exhausto baile.

— Usted no se queda atrás, para no ser su fuerte es buena, me pregunto para que más lo será. — Meneo un poco su copa de vino sin siquiera mirar a la princesa que por supuesto no capto tal atrevimiento.

— Pues se dibujar, tejer, un poco de habilidades con la espada aunque la última vez que tome una fue a los 10.

— ¿Dibujar?, interesante.

Lovers - HOTD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora