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viendo juntos el sol ponerse sentados en la grama con aquella hermosa vista.
Laila –ya me hacia falta esto–
ismael –sí, a mi también—

Laila haciendo una leve inclinación se recuesta sobre su hombro.
Ismael pregunta curioso mientras la acoge con su brazo.
¿En medio de todas tus sensaciones nunca he causado ningún tipo de alteración?
–sí, solo una vez! —suspira.— Aquella semana que no apareciste tuve un ataque de ansiedad.

–oh, ya veo.. lo siento Laila debes tener presente una cosa, nunca he querido que seas dependiente de mi por eso en determinado momento me desvanecí, quiero que seas una chica independiente porque así, si un día no estoy seguirás adelante.–

–Te agradezco, lo que haces por mí, pero, confío en que no tengo que preocuparme por que no estés, citame uno de tus escritos–le dice Laila mientras sonríe.

— este lo escribi para ti–dice ismael
—mi existencia contigo está, pero a ella soy capaz de renunciar si eso es lo que requiere la presencia de  tu bienestar.— 

El ocaso llegó a su final después de un largo silencio y después de un nuevo ataque de ansiedad Laila se quedó dormida
Ismael la levantó y se fueron juntos adentro.

Al día siguiente emplearon nuevamente la rutina diaria de cada quien. Siguió así por un buen tiempo y a Laila en psicología le mandaron nuevos medicamentos.  Al llegar la noche le contó a Ismael el cambio de medicinas  y con un poco de preocupación inició una conversación.

– Ismael me cambiaron los medicamentos, mi psicóloga dice que de tanto tomar los otros mi organismo se está volviendo inmune así que me mandaron estos. – ella extiende su mano con la caja.

Laila.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora