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suerte no paso a más que gritos e insultos de otros choferes mientras pasaban por su lado al manejar.
Ella sacó los medicamentos y tomó la dosis, solo susurró –me dijo que lo olvidaría.– 

después de un par de minutos, Laila siguió su camino manejando a un ritmo un poco más lento.

Sin embargo, al llegar al lugar Laila se encontraba anonadada y confundida. Llegó a un lugar que estaba en construcción hace un tiempo atrás. Ella pensó
–tal vez; me equivoque de camino,  llamaré a Ismael–

(timbra el teléfono)

El número marcado no se encuentra disponible. 

–¡vaya, que raro!–
Activa  los datos y entro a whatsapp escribiendo el contacto en el buscador para más velocidad.

no se encuentran resultados

Ese último mensaje:  por favor no olvides todo lo que has aprendido,  ni ninguna de mis paradojas.
empezó a recordar todo y fue entonces cuando se dio cuenta:

Laila cayó de rodillas, expresó entre sollozos  con los ojos inundados.  –Ismael fuiste un delirio encantador.

Ella espero que todo fuera un sueño o un ataque más del espectro de psicosis;  sin embargo, al abrir los ojos una vez más yacía en aquel lugar en medio de escombros, se había quedado dormida esperando quizás que fuera efecto de la psicosis, lo que verdaderamente era la cruda realidad.-





Laila.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora