Capítulo 5

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16/12/22  19:30

Pablo 

Hace unos cuantos días que no veo a Alba, por temas de trabajo, a ellas estos días le ha tocado turnos que no le ha dado tiempo a hacer casi nada y yo liado con los entrenamientos.

Aunque, ayer hablé con ella y me dijo que no volvía a tener turno hasta el jueves que viene, así que me voy a darle una sorpresa.

Como hace rato he vuelto del entrenamiento y ya estoy limpio, pues nada más me tengo que echar la colonia y arreando.

Una vez ya tengo la colonia echada, cojo las llaves de todo y me voy al coche, lo saco del garage y me voy corriendo a una floristería, cuando encuentro una floristería compro una rosa la pago y me voy para casa de Albita.

Cinco minutos después llego al barrio de Alba, aparcó el coche y me bajo, voy hasta el edificio de Alba y pico a su timbre, minutos después se escucha su voz.

-Diga-dice ella confundida por el citófono

-abre Alba-digo yo con una sonrisa aunque no me la pueda ver, ella rápidamente abre la puerta y yo subo las escaleras corriendo, cuando llego abro la puerta y me la encuentro en el sofá tumbada y con el pijama de Mickey Mouse que tanto le gusta.

-Hola, ¿qué tal peque?-digo dejando mi chaqueta y quitándome los zapatos en la misma entrada

-mal-dice sincera

-¿Y eso?-pregunto curioso

-No estoy bien conmigo misma-suelta un bufido

-A ver, hija mía de mi alma, ¿qué es lo que no te gusta?-digo levantándola y llevándola al espejo tan grande que tiene en su habitación, la pongo en frente del espejo y ella fija la vista en el espejo

-Primero mi cara, tengo mucha papada-dice tocándose la cara

-¿Cuánto pesas?-sé que es de mala educación, pero necesitó comprobar unas cosas (no mal pensar porfa vor)

-Pues el mes pasado me pesé y eran unos 73 kg y este mes, pues unos 63 kg, cosa así-dice tan tranquila

-Alba, por qué has adelgazado diez kilos-digo sentándome en la cama, antes le cojo de la cintura y la atraigo hacia mí, hago que se siente a mi lado y ella me mira

-Cuando me enteré el mes pasado de que pesaba setenta y tres kilos, empecé a dejar de comer a menudo, nada más comía fruta y eso por la mañana o por la noche, y es lo que sigo haciendo. Deje el gimnasio por qué he caído como en una especie de "depresión"-le empiezan a salir lágrimas y yo se las quito con el pulgar de mi mano

-Un momento ahora vengo voy al balcón y vuelvo-dejo un beso en su cabeza y voy al pequeño balcón que tiene en el comedor.

Llamando a Gaviota😊

Gaviota😊

-Hola bro, ¿qué tal?

-Bien, ¿y tú?

-Bien, bueno, necesitó tu ayuda

-Dime

-¿Tu hermana iba a un psicólogo de aquí no?

-Sí

-¿Me puedes pasar el número de teléfono?

-Sí, perdón por preguntarte esto, ¿pero para quién es?

-Para Alba

Destinados a estar juntos- Pablo TorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora