Capítulo 23.

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Llegó a aquel edificio que se le hacía tan conocido.

Un hombre musculoso con los brazos cruzados ante el pecho bloqueaba la puerta.

El hombre le dio una mirada y le reconoció.Se echó a un lado dejándole paso a Calum,el cual con un movimiento de cabeza le agradeció y el hombre sonrió de lado como respuesta.

En todo el tiempo que llevaba trabajando con Valdati a penas había visto sonreír a aquel hombre por lo que supuso que algo grande tenía el equipo entre manos.

Valdati se encontraba sentado tras la mesa de su despacho con las manos cruzadas sobre la mesa y una sonrisa en su rostro.

-Aquí está lo que pediste-dijo mientras dejaba de mala gana unos papeles sobre la mesa.

-¿A qué se deben esos humos,Hood?

-No entiendo que papel pinta ella aquí ahora.

-Es la chica de Hemmings,todo lo que tenga que ver con él forma parte de esto.

-Pero ella no es su chica.

-Eso ella aún no lo sabe-respondió con una sonrisa burlona adelantando cuál sería su siguiente paso en aquel juego.

Eran las nueve de la noche cuando salió de allí.

Observó a Sam a un par de metros de distancia riéndose con un par de tíos del equipo.En el momento en el que sus miradas se cruzaron una sonrisa se dibujó en el rostro de Sam sabiendo el efecto que aquello provocaba en Calum.

Él sabía lo que Sam trataba de hacer y se permitió no darle el gusto de seguirle el juego.

Sabía que él había sido el responsable de que Brooke estuviese en el punto de mira como venganza a lo acontecido el otro día,pero no le daría el placer de montar en cólera delante de aquella gente y que Valdati le echase de allí.

Le devolvió la sonrisa haciendo que Sam borrase la suya de su rostro.Satisfecho,se subió a su coche y manejó rumbo a su casa.

Una vez llegó observó a Ashton y Michael cenando, a los cuales no dudo en unirse al ver la pizza sobre la mesa.

Subió a su habitación a darse una ducha rápida antes de meterse en la cama.

Se encontraba tumbado en la cama con los ojos cerrados y los brazos bajo la cabeza tratando de dormir.

Una pequeña brisa entraba a través de las puertas que daban a la terraza,las cuales estaban entrecerradas.La cortina se movía ligeramente y un claro de luz se filtraba por las ventanas.

Todo aquello en cualquier otro momento le habría parecido lo suficientemente relajante como para caer rendido en los brazos de morfeo,pero no aquel día.

Comenzó a dar vueltas en la cama en busca de la mejor posición.Desesperado se levantó de la cama de un salto y cogió la cajetilla de tabaco que se encontraba sobre la mesilla.

Se dirigió a la terraza con tan solo un pantalón cubriendole,y no le importó el aire que a esas horas recorría la ciudad.

Sacó un cigarrillo,lo encendió y se lo llevó a los labios.Aspiro con fuerza para acto seguido expulsar el humo tomándose su tiempo.

Una vez terminó su cigarro,lo arrojó al vacío y dio una ultima mirada al cielo.

Quería ir donde su cuerpo le pedía a gritos que fuese.

(...)

Era la una de la mañana cuando llegó al apartamento de Brooke.Comenzó a lanzar trozos pequeños de asfalto que había en el callejón apuntando hacia la ventana esperando que Brooke la abriese.

Robbers. {c.h}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora