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agustina

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agustina


El viaje en el que estaba duró veinte minutos, fue bastante rápido. baje del uber. entre y busque a mi tio con la mirada.

Marcelo Gallardo era mi tio de parte de mi viejo.
estudiaba por la mañana y por la tarde trabajaba con él ya que habia estudiado anteriormente un curso de auxiliar de enfermería. mi tio me dio la oportunidad de trabajar acá un tiempo. conocía a pocos de los jugadores de river y la mayoría me descansaba por ser de boca.

Entre al sector de médicos y me senté en el escritorio, el cual tenia una ventana que daba a donde estaban todos entrenando, incluido mi mejor amigo Julián Álvarez.

Justo vio que miraba hacia afuera y me sonrió saludando con la mano, hice lo mismo y deje de mirar. comencé a llenar formularios que tenia sobre la mesa esperando a que quizás alguno venga por algún dolor o necesite algo.

en ese momento una nena entra corriendo al lugar donde estaba yo sola por el momento.

¿qué hace una nena por acá? nunca la habia visto.
sus ojitos eran preciosos y su pelo castaño.
le sonreí, dejó la mamadera y también me sonrió.

qué bonita.

- hola, ¿cómo te llamas?- le pregunté poniéndome a su altura

- oli- respondío

- ¿oli?- repetí
hola oli, mi nombre es agustina- dije

- agush- hablo con dificultad

sonreí al escuchar que no le salía mi nombre.

- que linda qué sos, ¿cuántos años tenés?- volví a preguntar

-ashí- dijo, mostrandome un dedito

me sorprendió qué sepa hablar y entender bién con un añito. seguía sin entender que hacia por estos lugares.

-¿Con quien viniste hermosa? - pregunté

- con mi tío y mi papi que se shama Enzo -me respondió sin ningún problema

- ¿Enzo?- dije y asintió

- es qué mi papi quiere que este allá pelo me aburro

me muero de amor

-¿tu mamá no se va a enojar si no te ve?- sonreí

-mi mami no eta acá, eta en mi otra cashita.

-¡ooli! -escuchamos una voz

ví a la bebé y sus ojitos se abrieron, asustados. seguramente él que gritaba era su papá. no pude evitar reir.

me paré cuando sentía pasos cerca, ahora ya no estaba a la altura de la bebé. me quedé mirandola, realmente era muy bonita. se notaba que estaba educada con amor.
los pasos se acercaron más y ella no sabía que hacer o para donde ir. y a los pocos minutos, el morocho aparecía en frente de nosotras.

SIENTO || enzo fernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora