ᵉⁱᵍʰᵗᵉᵉⁿ

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agustina

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agustina

estaba viendo tiktoks mientras esperaba a enzo,
le había dicho que venga una hora antes de lo acordado ya qué mis papás y lauti se habían ido de casa a retirar algo que no me quisieron decir que era.

al ratito escuché el timbre sonar y cómo una nena de cinco años, bajé las escaleras con una sonrisa de oreja a oreja al saber que iba a ver al morocho más lindo que había conocido.

abrí la puerta y ahí estaba.
vestía una bermuda negra y una remera ancha blanca con una gorra puesta.

¿tanta iba a ser mi suerte?
me miró y sonrió.

díos

iba a decirle un simple "hola", pero fuí interrumpida cuando él me tomó rapidamente de la cintura, besándome.

imaginen chapar con Enzo Fernández.
un sueño.

llevé mis brazos alrededor de su cuello, mientras que él mantenía una mano en mi mejilla y otra en mi cintura. de a poquito nos separamos.

- feliz cumpleaños hermosa- me susurró

ya eran las 00:00
¿estoy soñando o qué?

- gracias -respondi sonriendo como boba
te extrañé- susurré está vez yo

- yo mucho más -confesó

miraba sus ojitos y él los mios

- ¿puedo pasarme el dia entero llenandote de besitos?- me acerqué más a él

estaba hasta las manos

-si vas a estar así de tierna el sábado entero, podes hacerme lo que quieras- respondío y sonreí poniéndome roja

dejo su mochila en uno de los sillones y fué hasta el otro y se sentó, ví como daba leves golpecitos en sus piernas, indicandome que me sentara encima de él. fuí hasta sus piernas y me senté a horcajadas, pasando mis brazos por su cuello. A penas lo hice Enzo llevó sus manos a mi espalda acariciandola.

acercamos nuestras caras, dándonos un lindo pico y hundi mi cara en su cuello. Respire su rico perfume, iba a morirme en cualquier momento, lo disfrutaba tanto, sentí mi pecho vibrar al escuchar su risa. Me separé y lo miré.

- ¿de qué te reis?- pregunté

- cuándo tenes vergüenza siempre te escondes- dijo y rodeé los ojos

- mentira- dije y sonrió

- no puedo creer qué tengo a tremenda mina encima mío- precionó mi cintura

y volvió a sonreír
dios, su sonrisa se volvió debilidad

- quería invitarte a cenar mañana, osea hoy.- dijo y me sorprendí

SIENTO || enzo fernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora