𝓛𝓪𝓫𝓲𝓸𝓼 𝓻𝓸𝓽𝓸𝓼

𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵 𝓮𝓷 𝓮𝓵 𝓜𝓪𝓻𝓪𝓬𝓪𝓷á

Hoy era el día, se podía cortar la tensión que había en el aire, sabíamos que Brasil no era fácil, cargamos con mucho en los hombros y teníamos un hambre de victoria para cerrar algunas bocas. En toda la mañana estuve preparando a los chicos, los últimos detalles diría yo. A eso de las 6 p.m llegamos al estadio, una vez todo preparado salí junto a los chicos para calentar con ellos.

Podía sentir como, mientras explicaba algunos ejercicios, la mirada de algunos jugadores de la selección de Brasil. Las ignoré porque estaba concentrada en ayudar en lo máximo posible a los chicos. En un momento fui hacia el área técnica a buscar unos conos para los chicos y cuando me di vuelta tenía al mediocampista de Brasil ahí, el señor Richarlison.

-"Olá... você é o DT ou o treinador...?"

-"Hola...nono, Lionel es el DT, yo soy la preparadora física"

Trate de hablar lento para que me entienda, estar casi un mes me familiaricé un poco con el idioma, pero me costaba aún hablar fluido.

-"Ah, e você não poderia me ensinar alguns desses exercícios?"

-"¿Los ejercicios? No, no puedo..."

Él se acercó un poco más dejando un poco presionada entre su cuerpo y el banco.

-"Segura que no puedes? o no quieres?"

Sus palabras salieron en una mezcla de español y un acento portugués marcado. Mis mejillas se pusieron coloradas y solté una risa algo nerviosa, iba a seguirle el juego pero escuché una voz familiar.

-"Hey rubio...la chica esta trabajando asi que via, anda a calentar..."

Richarlison me miró con cierta picardía y me guiño un ojo para irse caminando hacía donde estaban sus compañeros. De Paul me agarró de la mano y me llevó a la ronda de vuelta.

-"No hacía falta eso..."

-"No te iba a dejar con uno de estos brazucas..."

-"No sabía que tenía guarda espaldas"

Rodri me sonrió y volvió con los chicos, pasaron unos minutos más y terminamos la entrada de calor. Me fui a sentar junto a Pablo y ahí fuimos espectadores de un partido tenso, nuestro Angelito metió un gol en el minuto 22, que lo grite hasta quedarme sin voz casi, luego el partido estaba super reñido, Brasil luchaba con todo para empatar pero el animal de un metro noventa y cinco, mejor conocido como el Dibu tapaba todas las posibles pelotas junto a una defensa impresionante. El reloj marcó los 94 minutos con 53 segundos y escuché el pitido del árbitro. Se terminó. Somos campeones de América.

Las lágrimas caían mientras más abrazaba a Pablo y Lionel, sabíamos los tres lo que habíamos sufrido todo este año para este torneo y que se nos dé, trajo tantas emociones. Decidí ir unos minutos después junto a los chicos en la cancha, abracé a cada uno de ellos, les dije lo orgullosa que estaba de todos y eran mi grupo favorito de seres humanos, y que si tuviera que volver a vivir esto, sería con ellos. 

Cuando llegué con Emi, lo quise abrazar y él, solamente me alzo para quedar de su altura y me besó. Me besó con tanta fuerza y pasión que no podía respirar bien. Escuchaba como los chicos de fondo gritaban y decían guarangadas, aunque una parte mía lo disfruto tanto, otra de mí pensaba en qué le estaba pasando a este ser humano de meterle los cuernos en televisión a su novia. Emi me puso a cocochito de él y saltaba mientras cantaba con los chicos, este momento se va a quedar grabado en mi corazón toda la vida. 

Después de algunas ruedas de prensa, nos fuimos a festejar directo a los vestuarios, yo me quedé mirándolo desde afuera con mi botella de vino, creo que era la segunda ya. 

Veía como el Kun estaba en vivo y algunos graban para sus stories. No sabia como actuar por lo que pasó hace minutos, pero el alcohol me estaba llevando a olvidarme de eso e ir a bailar cuarteto con alguno de los chicos. Ví como dejaron la copa tranquila y me fui a sacar una foto con esta.

-"Esa es nuestra preparadora, la más linda del plantel"

Ví como el Kun me enfocaba con su celular y yo saludaba con mi mano algo vergonzosa.

Procedí a saltar, cantar y tomar como si mañana no tendríamos que irnos a la mañana hacía Argentina, donde de seguro seguiría esta locura. Estaba bailando con Rodri un tema de la nueva luna y en eso siento que me agarra la mano otra persona, y si señores, era Emiliano Martinez, sin la remera, despeinado y un poco borracho queriendo bailar conmigo. Lo cuál acepté porque yo también estaba igual o peor que yo. Estabamos bailando unas cumbias y me hizo acordar muchísimo a esos 18 del hermano.

/Flashback/

-"Emiiii...deja eso"

Le sacaba la botella de cerveza a mi novio, ya era la tercera que tomábamos, los amigos de Alejandro estaban bailando con las distintas chicas que había en el cumpleaños, Emi y yo estabamos en el fondo en dos reposeras que habíamos puesto, yo estaba en pedo pero aún cuerda, Emi estaba en otro mundo.

-"Sos re linda...¿tenes novio?"

-"Sí, tonto"

-"Seguro que no está acá porque sabe que no puede competir conmigo"

-"Sos vos mi novio, tonto"

-"¿De en serio..?

-"Si, tontín..."

Le dí un pequeño beso y de ahí no nos separamos en toda la noche.

/Fin del flashback/

-"¿Te puedo besar...por favor?"

Lo miré, sus ojos estaban brillosos, tenía una sonrisa boba, y su cuerpo estaba débil. Solo asentí y lo próximo que sentí fueron sus labios sobre los míos. Mis manos se paseaban por su espalda desnuda mientras la de él me levantaban un poco del piso para que no tenga que estirarse mucho para llegar a él. El beso era pasional, con ganas pero no grotesco.

-"Sos re linda...me encantas (T/N)..."

Mis mejillas se tiñeron de carmesí y me escondí en su cuello dejándole un leve beso ahí.

La noche pasó entre festejos y más alcohol, llegamos a eso de las 3 a.m al hotel y nos fuimos a dormir, aunque yo no me fui sola, el mejor arquero de América me acompañó a la pieza, una vez los dos tirados en la cama, nos dimos un último beso, suave y dulce. Y así se cerró la noche.